jueves, 1 de mayo de 2014

El cónsul español en Puerto Rico, oriundo de Totana, es homenajeado antes de su regreso a España


SAN JUAN DE PUERTO RICO.- El cónsul general de España en Puerto Rico, Eduardo Garrigues López-Chicheri, oriundo de Totana (Murcia), será homenajeado por el trabajo realizado para reforzar vínculos políticos, sociales y, particularmente, culturales entre ambos territorios durante los cuatro años en que ha ocupado este cargo.

"Siempre es agradable que a uno le reconozcan el trabajo que ha hecho", dijo el cónsul, que está a punto de concluir su etapa en Puerto Rico, para regresar en los próximos meses a España.
El homenaje ha sido organizado por Eduardo Bhatia, presidente del Senado de este Estado Libre Asociado a EE.UU., que ha querido así despedir a un cónsul que ha trabajado muy activamente por poner en valor y vigencia los lazos históricos y culturales entre España y Puerto Rico.
"Esta es la última etapa de cerca de veinte años de mi carrera profesional dedicados al mundo hispano", explicaba Garrigues, quien entró en el cuerpo diplomático en 1973 y, entre otros destinos, pasó cinco años en Nueva York, donde fue consejero en la Representación Permanente de España ante Naciones Unidas y asesor de su Consejo de Seguridad.
También fue director del Instituto de España en Londres y consejero cultural en la embajada en la capital británica, así como director general de la Casa de América en Madrid y embajador en Namibia, Botsuana, Noruega e Islandia, entre otros cargos.
"Mi interés por las comunidades hispanas en EE.UU. comenzó en Los Ángeles, donde viví entre 1989 y 1992", recordaba este licenciado en Derecho por la Universidad Complutense, que ha dedicado también gran parte de su vida a la literatura y el periodismo.
Desde entonces, "he dedicado muchos años a estudiar y conocer a la población hispana en EE.UU.", asegura quien también fuera secretario general de la Fundación Consejo España-EE.UU. (sigue siendo miembro de su patronato), convencido a estas alturas de que "los puertorriqueños son el centro de todo ese fenómeno".
Durante los cuatro años que ha pasado en Puerto Rico, Garrigues impulsó la celebración del bicentenario de las Cortes de Cádiz y organizó un congreso en octubre de 2011 sobre "la Constitución de 1812: La participación de los diputados de América".
Igualmente, durante su estancia en la isla Garrigues pudo encabezar los esfuerzos para que los restos de Ramón Power y Giralt, diputado por Puerto Rico en las Cortes de Cádiz celebradas en esa ciudad española en 1812, se trasladaran a San Juan, coincidiendo con el bicentenario de su muerte.
Los restos del prócer puertorriqueño, que fue también capitán de la Armada de España, llegaron a Puerto Rico en abril de 2013 en el buque escuela Juan Sebastián de Elcano, desde Cádiz.
Power y Giralt llegó a la vicepresidencia de las Cortes de Cádiz cuando se buscaba en España una Constitución que cambiara el régimen político del país.
Así, fue uno de los firmantes de las once propuestas presentadas el 16 de diciembre de 1810 a las Cortes de Cádiz de las reclamaciones colectivas hispanoamericanas en favor de igualdad entre peninsulares y las colonias.
Igualmente trabajó para que el Museo de Arte de la ciudad puertorriqueña de Ponce pudiera inaugurar una ambiciosa muestra con cuadros de la exposición permanente del Museo del Prado de Madrid, firmados por grandes maestros como El Greco, Velázquez y Goya.
"A través de actividades culturales he querido suscitar el interés de la clase política y empresarial", resumía así el cónsul, que dice dejar Puerto Rico con un grato sabor de boca.
A su juicio, esta isla es "la bisagra entre el mundo latino y el anglosajón", que "es la nueva frontera".
"Desde el primer día aquí me encontré como en mi casa", confiesa Garrigues ya más a nivel personal, porque "además del entramado histórico que aquí confluye, los estilos de vida, modos y costumbres son muy similares a los españoles".
En ese sentido, dice entre risas que "los puertorriqueños han sabido conservar muchas de las virtudes de los españoles, aunque también algunos defectos, como la impuntualidad".

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