CARTAGENA.- Durante casi dos meses, varios voluntarios de la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE) trabajarán permanentemente en Isla Grosa al objeto de estudiar el fenómeno de la migración de las aves en el Mar Mediterráneo.
Desde el pasado 26 de marzo tres investigadores de ANSE se
encuentran en la isla realizando una campaña de anillamiento científico
de pequeñas aves paseriformes a su paso por la isla, y está previsto que
permanezcan allí hasta mediados de mayo.
Las aves que se capturan son en su mayoría pequeñas aves
migradoras que viajan desde sus cuarteles de invernada en África hasta
sus lugares de cría en Europa. A todas las aves capturadas se les
aplicará una anilla metálica con remite del Ministerio de Medio Ambiente
antes de volver a ser liberadas.
Por su situación geográfica, Isla Grosa posee un gran potencial
para estudiar el fenómeno migratorio. Su situación estratégica en las
proximidades de Cabo de Palos hace que lleguen numerosas aves que
abandonan África desde un amplio sector de la costa argelina y marroquí.
Las pequeñas aves paseriformes, después de cruzar el desierto se
enfrentan a otra gran barrera geográfica que es el Mar Mediterráneo,
según informa ANSE.
Para superarla deberán volar largas distancias sobre el mar de
cientos de kilómetros y es entonces cuando las islas adquieren un papel
fundamental como lugar de parada, siendo probablemente los mejores
sitios donde estudiar el fenómeno migratorio.
ANSE lleva estudiando la migración en esta isla desde 2007, siendo
esta la sexta campaña que se realiza en primavera, quinta de forma
consecutiva. En las campañas anteriores se han capturado un total de
10.573 aves de 68 especies distintas.
Se han recuperado aves anilladas en lugares tan lejanos como
Bélgica, Suecia, Reino Unido, Noruega y hasta de Rusia mientras que
otras anilladas en Isla Grosa han sido recuperadas sitios como en
Alemania, Escocia o Suecia.
Los resultados son incluidos dentro del 'Proyecto Piccole Isole'
de anillamiento en pequeñas islas del Mediterráneo, en el que participan
numerosas estaciones de anillamiento de diversos países ribereños y que
tiene como objetivo el estudio de la migración de los paseriformes
europeos.
Isla Grosa tiene además un gran valor por sus colonias de aves
marinas reproductoras. La presencia de miembros en ANSE contribuye a que
se conserven estas poblaciones evitando las posibles molestias humanas
que podría causar la llegada incontrolada de embarcaciones a la isla. La
Isla Grosa está declarada Zona de Especial Protección para las Aves
(ZEPA), y cuenta con un Plan de Gestión aprobado en el otoño de 2010,
aunque apenas ha sido desarrollado.
Los trabajos en Isla Grosa se realizan por anilladores y
colaboradores, principalmente de ANSE, de forma totalmente voluntaria, y
cuenta con la autorización de la Dirección General de Patrimonio
Natural y Biodiversidad de la Región de Murcia, así como de la Dirección
General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar del Ministerio de
Agricultura y Medio Ambiente.
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