MADRID.- El ‘hombre tranquilo’, como lo llama alguien que conoce bien los entresijos del Banco de España, mueve ficha. El gobernador Luis Linde ultima el relevo de Jerónimo Martínez Tello como director general de Supervisión. Es decir, del jefe de los servicios de inspección de las entidades de crédito, un puesto clave en el organigrama del banco central, según adelanta www.elconfidencial.com
Su salida sería la primera en importancia desde el que Linde
tomó posesión del cargo antes del verano, y supone desprenderse del
funcionario que mejor conoce las tripas del sistema financiero. No en
vano, ha sido director general de Supervisión desde el año 2009, lo que
significa que le ha tocado vivir los años más duros y difíciles del
sector prácticamente en 30 años, desde la última crisis bancaria.
Fuentes del Banco de España, sin embargo, aseguraron ayer a este diario
que no constaba una decisión en ese sentido.
La salida de Tello no estaría directamente relacionada con las críticas
que ha recibido la inspección por sus actuaciones, en particular en el
'caso Bankia'. Al contrario. Tendría que ver con el fin de un ciclo y
hasta con el agotamiento físico de Jero, como se le conoce en la inspección.
El
gobernador estima que los servicios de inspección han trabajado
correctamente en los últimos años y, según las fuentes consultadas, lo
que han fallado son las interferencias políticas. O dicho en otros
términos, los informes de la inspección estaban ahí, pero el
anterior equipo de gobierno -gobernador y subgobernador- no procedieron
en consecuencia, como era de esperar.
Como sostiene alguien que
conoce bien el Banco de España, el "error de Mafo" fue querer resolver
los problemas del sistema financiero sin dinero público para no
aumentar el déficit, lo que al final agravó la situación. En este
proceso, Martínez Tello “se ha dejado las pestañas”, y de ahí que el
nuevo gobernador aborde su primer cambio relevante, que no tiene
por qué ser inmediato. De hecho, Linde ha viajado a Tokio para
participar la cumbre anual del Fondo Monetario y el Banco Mundial, y
allí permanecerá hasta la semana próxima.
Momentos delicados
Linde,
que conoce al dedillo la institución por dentro, ha preferido no hacer
cambios en profundidad en unos momentos especialmente delicados para la
entidad, que ha perdido buena parte de su credibilidad a causa de
escándalos como el Bankia o Banco de Valencia.
De hecho, ha mantenido hasta ahora a los cinco directores generales de la entidad. Incluido el jefe del Servicio de Estudios, José Luis Malo de Molina, quien en los últimos tiempos había tenido frecuentes divergencias con el exgobernador Fernández Ordóñez.
Su política ha sido y es recuperar la credibilidad perdida, y de ahí
que se mueva con pies de plomo en la entidad. Sobre todo en unos
momentos como los actuales, en los que todavía no ha concluido la
reforma del sistema financiero.
Las aguas internas en la inspección, en cualquier caso, han estado revueltas desde que estalló la crisis financiera. Los inspectores redactaron a finales del año pasado un
escrito en el que cuestionan abiertamente la labor del gobernador Fernández Ordóñez. Y no sólo eso. Se desmarcaron de la actuación del regulador en cuestiones tan sensibles como la permanencia en el cargo de Alfredo Sáenz tras ser condenado en firme por el Tribunal Supremo o el papel del banco central en el asunto de las indemnizaciones a ex directivos de las cajas de ahorros.
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