CARTAGENA.- La Asociación de Naturalistas del Sureste
(ANSE) ha remitido una nueva denuncia a la Comunidad para que tome
medidas urgentes que garanticen la "recuperación y mantenimiento" de las
Salinas de Marchamalo (Cartagena, Mar Menor) debido a la nueva
"desecación".
A lo largo de los últimos dos meses, la Asociación había advertido
también al director-conservador de los Espacios Protegidos del Litoral
de la Región de Murcia de la situación a la que se enfrentaban de nuevo
las salinas, "debido a la más que insuficiente aportación de agua".
Tras recordar que la empresa propietaria de parte de las Salinas
(Salinas de La Manga, S.L) "denunció ante los tribunales a los
activistas de ANSE en 2001 por una acción de protesta, denuncia que fue
sobreseída", se intentó también por parte de ANSE "un acuerdo con la
Dirección General de Costas del Ministerio de Medio Ambiente, la
Comunidad y propietarios de las salinas para intentar recuperar la
extracción de sal, sin que hubiera respuesta por parte de las
administraciones".
Durante los últimos días, reprueba ANSE, "las salinas han estado
nuevamente a punto de secarse completamente y tan solo una laguna
permanece actualmente con algo de agua, siendo ésta completamente
insuficiente para el mantenimiento de los procesos ecológicos
fundamentales para la conservación de la biodiversidad de las salinas en
unos mínimos aceptables".
Para ANSE, "las salinas de Marchamalo corren de nuevo un serio
peligro de desaparecer como humedal" y son un enclave de elevado valor
ambiental y cultural, tal y como lo atestiguan las figuras de protección
que les dan cobertura habiendo sido declaradas Espacio Natural
Protegido, LIC (Lugar de Importancia Comunitaria), ZEPA (Zona de
Especial Protección para las Aves), Zona Especialmente Protegida de
Interés para el Mediterráneo (Zepim) y Humedal de Importancia
Internacional Ramsar.
Las Salinas de Marchamalo eran, junto con las Salinas de San
Pedro, las únicas en la Región de Murcia que "presentaban una lámina de
agua permanente acogiendo un importante contingente de aves acuáticas
reproductoras e invernantes, así como una interesante población de
fartet, un pececillo endémico amenazado. El resto de salinas del litoral
se encuentra abandonadas (por ejemplo, las Salinas de Lo Poyo), o están
siendo urbanizadas o lo serán en breve (caso de Mazarrón y Los
Narejos)".
En similar estado a las salinas de Marchamalo se encuentran las
del Rasall (Calblanque), "donde la inversión de importantes sumas de
dinero por parte de la administración ambiental no ha logrado aún el
mantenimiento de una lámina de agua permanente, y también se encuentran
actualmente casi secas".
Como denuncia ANSE desde hace años, "el abandono de la actividad
salinera está conduciendo a la desecación de los estanques y a una
acumulación progresiva de sales y sedimentos, ya que éstos no se
retiran".
Por otro lado, advierte, "al no llenarse adecuadamente los
estanques, el proceso de desecación que ha ocasionado la pérdida de
muchos de ellos".
A su vez, dice ANSE, "la pérdida del agua por evaporación y la
ausencia de manejo salinero está ocasionando la progresiva salinización
de los mismos, acabando con buena parte de las formas de vida que antes
encontrábamos en muchas de las charcas".
Este proceso conlleva la "desaparición" de aves acuáticas tanto de
los estanques que se han secado como de otros con altas concentraciones
salinas.
A juicio de ANSE, "es paradójico que esta degradación se esté
produciendo precisamente después de que la Dirección General del Medio
Natural invirtiese cuantiosos fondos comunitarios dentro de un proyecto
LIFE para la conservación del fartet".
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