ÁVILA.- El obispo de Ávila, Jesús García Burillo, ha
propuesto a los sacerdotes, a la vida consagrada, fieles laicos y
personas de buena voluntad, hacer "un signo de solidaridad, renunciando a
la próxima paga extraordinaria, o a una parte de ella según las
posibilidades de cada uno" y entregarla a Cáritas para atender a los
afectados por la crisis.
"Este será un gesto evidente que la Iglesia de Ávila hace por los
empobrecidos", indica en una carta con motivo de la festividad del
Corpus Christi y el Día de la Caridad, ya que esta jornada "se nos
presenta este año en medio de la crisis económica que prolongadamente
aflige a un gran número de hermanos nuestros y ahora acompañada por un
gran agobio financiero".
El prelado hace alusión a la campaña "sobre lo que llaman
'privilegios de la Iglesia', que se manifiesta en los medios de
comunicación escritos, televisivos, redes sociales, y es promovida
abiertamente por algún partido político que manifiesta su carácter
anticlerical.", para luego preguntarse "¿por qué estos partidos no se
exigen a sí mismos lo que requieren a la Iglesia? ¿por qué no lo exigen
a las demás entidades sin ánimo de lucro?".
A la vez, subraya que la Iglesia, "como se viene demostrando a
diario, no tiene privilegios", aunque sí "algunas exenciones fiscales
sobre sus bienes", como "todas s aquellas entidades que no tienen fines
lucrativos".
"Del mismo modo -añade- que lo tienen los partidos políticos, los
sindicatos, la Cruz Roja, las federaciones deportivas, los consulados,
las embajadas, la Renfe, el museo de El Prado, la SGAE, y la religión
musulmana, evangélica o hebrea".
Destaca, a la vez, que "las personas más desfavorecidas están
siempre en el centro de atención de los obispos y más concretamente de
Cáritas", y que "cada año los obispos renuncian a una importante
cantidad para entregarla con el fin de ayudar a los necesitados", que
este año ha sido de cinco millones de euros.
"Con tal gesto demostramos, como lo hacemos a diario, que la
Iglesia existe para hacer el bien, que genera cohesión social, aporta
esperanza y responde con prontitud a los efectos dramáticos de la crisis
en el momento presente", añade.
"Ante esta realidad social, que se declara católica y que alcanza
al 80 por ciento de la población española, cuesta trabajo entender cómo
puedan nacer campañas como la actual, precisamente en los momentos en
que la Iglesia solicita la aportación de los fieles para sostener este
inmenso servicio espiritual y social; lo cual demuestra que la Iglesia
no son sólo los obispos y los sacerdotes sino que somos todos".
El obispo dice que "al contrario" de lo manifestado, "la Iglesia
hace un incalculable servicio a la sociedad no sólo religioso, humano y
social, sino también económico", a través de 22.700 parroquias, 13.000
entidades religiosas (cofradías, hermandades, ong's), de reunir
semanalmente a un millón de fieles que asisten a la Eucaristía, bautiza
anualmente a unos 280.000 niños y entierra a unos 370.000 fieles.
"La Iglesia -añade- ahorra al Estado con su austeridad en los
servicios educativos, sanitarios y sociales, patrimonio monumental y
cultural, miles de millones de euros anuales", además de "servir a los
pobres" 60.000 voluntarios en Cáritas y en Manos Unidas colaboran cien
mil socios, "un volumen ingente de servicio social, además del religioso
y antropológico que pretende formar una persona basada en la verdad y
unas relaciones sociales fundadas en la fraternidad y en una generosidad
que sólo es posible conseguir si nace del Evangelio".
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