GRANADA.- Los trabajadores de los servicios centrales de CajaGranada afrontan con "incertidumbre" la "posible segunda ronda de fusiones" que según los datos que baraja la plantilla puede registrarse en el Grupo Banco Mare Nostrum (BMN) "en el primer trimestre del próximo año".
Según el presidente del comité de empresa, Amador Torres (CCOO), esta nueva reestructuración supondría que el preacuerdo laboral alcanzado en su día por los sindicatos para ajustar la plantilla y sucursales a las nuevas necesidades del grupo "no valdría para nada" y habría que "empezar de cero con las negociaciones".
Aunque ni el grupo BMN ni CajaGranada han informado formalmente sobre una segunda ronda de fusiones, los trabajadores "dan por descontado" que la va a haber, "por lo que publica la prensa, por las manifestaciones del Banco de España y porque desde la caja nos reconocen contactos". Desde el sindicato aseguran que se trata de una situación estructural que va a afectar a más entidades financieras de todo el país.
Actualmente quedan unos 350 trabajadores en los servicios centrales de CajaGranada frente a los 500 que conformaban la plantilla cuando se trabajaba a pleno rendimiento, siendo la previsión que finalmente queden unas 120 personas en el edificio conocido como 'el cubo'.
Según ha indicado Torres, en las últimas semanas se han ido negociando traslados de manera individual aunque "la incertidumbre está en qué va a pasar con las personas que no acepten las condiciones planteadas por la empresa" si se produce una nueva reestructuración.
"No sabemos si es mejor que esto nos pille en Madrid --en la sede central de BMN-- o en la red de oficinas" del nuevo grupo, ha dicho Torres, quien asegura que CCOO va a defender el empleo y no va a permitir que trabajadores con 50 años tengan que volver a salir a buscar trabajo".
"CCOO sigue apostando por prejubilaciones o bajas incentivadas pero no vamos a aceptar despidos porque no somos los causantes de la crisis y menos de gente que se va a enriquecer de esta situación", ha advertido.
Asimismo, y con motivo del despido "injustificado" de una trabajadora, CCOO ha convocado para el próximo lunes a las 11,00 horas en la sede central de CajaGranada, una concentración de protesta en la que además el comité de empresa informará de los próximos pasos a dar en defensa de los puestos de trabajo.
Segunda oleada inminente
El pistoletazo de salida lo daba el Banco de España con la adjudicación de la CAM. Hasta ese momento, todo estaba en compás de espera. Cuando ya se sabe quién adquiere la caja alicantina (Banco Sabadell se ha hecho con ella y el supervisor decide no trocearla) se pueden hacer con más conocimiento de causa el resto de negociaciones de la nueva oleada de fusiones que empieza la próxima semana.
Que este proceso se inicia es algo que nadie duda en el sector financiero porque obliga a ello la crisis de liquidez, que cada vez se acerca más a la de solvencia. Algo parecido ocurrió en la ola de fusiones anterior: la ejecutada a lo largo de 2010 y que el Banco de España aceleró con la puesta en marcha de las ayudas del fondo de rescate (el FROB).
En lo que todavía no hay certidumbre - según el diario Público- es en cuánto tiempo se prolongará este nuevo proceso de uniones, aunque es esperable que sea durante 2012. Ángel Cano, consejero delegado de BBVA, dibujó un calendario hace unas pocas semanas, aunque cada día que pasa las cosas se complican y los plazos se acortan. Según Cano, una vez adjudicada la CAM, el Banco de España haría lo propio con Unnim, después con CatalunyaCaixa y por último con Novagalicia. En medio de ese proceso se ha colado ahora Banco de Valencia, que acabará subastado en un trámite muy parecido al de la CAM.
El supervisor ya ha trasladado a las entidades más grandes (Santander, BBVA y CaixaBank), aseguran a Público fuentes conocedoras de las conversaciones, que tendrán que quedarse con CatalunyaCaixa y Novagalicia casi por obligación porque su tamaño hace prácticamente inviable que las absorba ninguna otra entidad española. Ahora que Sabadell les ha quitado de encima la primera obligación (la CAM), quedan dos grandes nacionalizaciones por resolver para tres grandes entidades, así que una de ellas se salvará del problema, aunque sin duda tendrá que asumir otros más moderados.
En el sector, se da por hecho que BBVA se quedará con CatalunyaCaixa en el otoño del próximo año porque es la entidad por la que más interés ha mostrado siempre, debido a su menor implantación en Cataluña y por la complementariedad que tiene con su modelo de negocio.
Previamente, se habría colocado Unnim que, pese sus grandes déficits, es un problema menor por su tamaño. Ibercaja tiene grandes papeletas para hacerse con la caja catalana, puesto que está interesada en comprar y prácticamente obligada porque se ha quedado pequeña para la coyuntura actual, dice un ejecutivo de un banco.
También a principios de 2012, el FROB tendrá que colocar Banco de Valencia, una entidad con la que podría hacerse Unicaja, que, pese a estar en plena fusión con Caja España-Duero, siempre ha mostrado su deseo de seguir creciendo. Su presidente, Braulio Medel, ya intentó hacerse con la CAM, lo que muestra su interés por el área levantina.
El último gran escollo que tendrá que superar el Banco de España será la adjudicación de la caja gallega. Para entonces, a finales del próximo año, ya sólo quedará la opción de Banco Santander y CaixaBank, porque BBVA ya habrá ayudado lo suyo para lograr la salvación del sistema financiero español.
Las fuentes consultadas por Público dan por seguro que en ese caso tendrá que pasar por caja el Santander, puesto que se ha librado de quedarse con la CAM (al menos en bloque) y la mayor entidad del país sería la más indicada para hacer su aportación en este proceso. Además, le sirve para fusionarlo con Banesto y aumentar el tamaño de su filial hasta situarlo en un nivel confortable para las circunstancias actuales, cerca de 200.000 millones de euros en activos.
Por tanto, la ayuda de La Caixa, que ya aceptó en su momento absorber Caixa Girona, quedará para aventuras más livianas, aunque seguramente no desdeñables. Dadas las dificultades, en el sector se esperan nuevas fusiones de entidades como Banca Cívica (que sería un compañero adecuado para las cajas vascas, que actualmente están en plena fusión), Liberbank o BMN.
Todas esas operaciones dejarían un sector financiero con cinco o seis grandes bancos de cajas y otros tantos bancos.
Una papeleta complicada tiene Bankinter en todo este proceso. Aunque ya ha manifestado su interés por hacer alguna compra, aún no ha encontrado nada que tenga que ver con su negocio. Y se ha quedado pequeña. Los mercados demandan tamaños superiores a los 120.000 millones en activos para prestar (cuando se abran), y Bankinter apenas pesa 57.000 millones. Junto a esta entidad, aparecen otras de tamaño medio como Barclays, ING Direct, Banco Espirito Santo o Deutsche Bank, pero todas son filiales de grupos internacionales, con lo que no necesitan fusiones (aunque no se descartan).
Al proceso que ahora se inicia le seguirá todavía una tercera oleada, la que acabará reduciendo a cinco o seis entidades gigantes el sector financiero español. Y eso ocurrirá no mucho más allá de 2013.
Y es que a este 2011 complicadísimo que ha provocado esta segunda ola le sucederá un 2012 más difícil aún, según recuerda, por ejemplo, el presidente de Liberbank, Manuel Menéndez, quien recientemente aseguraba que estamos ante graves problemas de liquidez (con incapacidad de emitir y gigantes vencimientos por delante) junto a problemas de solvencia, con crecimientos fuertes de la morosidad (que alcanzará el 10% en breve), con amplias pérdidas en el sector inmobiliario, con elevada exposición a la deuda soberana (en fuerte crisis) y con escaso crecimiento económico o recesión.
Segunda oleada inminente
El pistoletazo de salida lo daba el Banco de España con la adjudicación de la CAM. Hasta ese momento, todo estaba en compás de espera. Cuando ya se sabe quién adquiere la caja alicantina (Banco Sabadell se ha hecho con ella y el supervisor decide no trocearla) se pueden hacer con más conocimiento de causa el resto de negociaciones de la nueva oleada de fusiones que empieza la próxima semana.
Que este proceso se inicia es algo que nadie duda en el sector financiero porque obliga a ello la crisis de liquidez, que cada vez se acerca más a la de solvencia. Algo parecido ocurrió en la ola de fusiones anterior: la ejecutada a lo largo de 2010 y que el Banco de España aceleró con la puesta en marcha de las ayudas del fondo de rescate (el FROB).
En lo que todavía no hay certidumbre - según el diario Público- es en cuánto tiempo se prolongará este nuevo proceso de uniones, aunque es esperable que sea durante 2012. Ángel Cano, consejero delegado de BBVA, dibujó un calendario hace unas pocas semanas, aunque cada día que pasa las cosas se complican y los plazos se acortan. Según Cano, una vez adjudicada la CAM, el Banco de España haría lo propio con Unnim, después con CatalunyaCaixa y por último con Novagalicia. En medio de ese proceso se ha colado ahora Banco de Valencia, que acabará subastado en un trámite muy parecido al de la CAM.
El supervisor ya ha trasladado a las entidades más grandes (Santander, BBVA y CaixaBank), aseguran a Público fuentes conocedoras de las conversaciones, que tendrán que quedarse con CatalunyaCaixa y Novagalicia casi por obligación porque su tamaño hace prácticamente inviable que las absorba ninguna otra entidad española. Ahora que Sabadell les ha quitado de encima la primera obligación (la CAM), quedan dos grandes nacionalizaciones por resolver para tres grandes entidades, así que una de ellas se salvará del problema, aunque sin duda tendrá que asumir otros más moderados.
En el sector, se da por hecho que BBVA se quedará con CatalunyaCaixa en el otoño del próximo año porque es la entidad por la que más interés ha mostrado siempre, debido a su menor implantación en Cataluña y por la complementariedad que tiene con su modelo de negocio.
Previamente, se habría colocado Unnim que, pese sus grandes déficits, es un problema menor por su tamaño. Ibercaja tiene grandes papeletas para hacerse con la caja catalana, puesto que está interesada en comprar y prácticamente obligada porque se ha quedado pequeña para la coyuntura actual, dice un ejecutivo de un banco.
También a principios de 2012, el FROB tendrá que colocar Banco de Valencia, una entidad con la que podría hacerse Unicaja, que, pese a estar en plena fusión con Caja España-Duero, siempre ha mostrado su deseo de seguir creciendo. Su presidente, Braulio Medel, ya intentó hacerse con la CAM, lo que muestra su interés por el área levantina.
El último gran escollo que tendrá que superar el Banco de España será la adjudicación de la caja gallega. Para entonces, a finales del próximo año, ya sólo quedará la opción de Banco Santander y CaixaBank, porque BBVA ya habrá ayudado lo suyo para lograr la salvación del sistema financiero español.
Las fuentes consultadas por Público dan por seguro que en ese caso tendrá que pasar por caja el Santander, puesto que se ha librado de quedarse con la CAM (al menos en bloque) y la mayor entidad del país sería la más indicada para hacer su aportación en este proceso. Además, le sirve para fusionarlo con Banesto y aumentar el tamaño de su filial hasta situarlo en un nivel confortable para las circunstancias actuales, cerca de 200.000 millones de euros en activos.
Por tanto, la ayuda de La Caixa, que ya aceptó en su momento absorber Caixa Girona, quedará para aventuras más livianas, aunque seguramente no desdeñables. Dadas las dificultades, en el sector se esperan nuevas fusiones de entidades como Banca Cívica (que sería un compañero adecuado para las cajas vascas, que actualmente están en plena fusión), Liberbank o BMN.
Todas esas operaciones dejarían un sector financiero con cinco o seis grandes bancos de cajas y otros tantos bancos.
Una papeleta complicada tiene Bankinter en todo este proceso. Aunque ya ha manifestado su interés por hacer alguna compra, aún no ha encontrado nada que tenga que ver con su negocio. Y se ha quedado pequeña. Los mercados demandan tamaños superiores a los 120.000 millones en activos para prestar (cuando se abran), y Bankinter apenas pesa 57.000 millones. Junto a esta entidad, aparecen otras de tamaño medio como Barclays, ING Direct, Banco Espirito Santo o Deutsche Bank, pero todas son filiales de grupos internacionales, con lo que no necesitan fusiones (aunque no se descartan).
Al proceso que ahora se inicia le seguirá todavía una tercera oleada, la que acabará reduciendo a cinco o seis entidades gigantes el sector financiero español. Y eso ocurrirá no mucho más allá de 2013.
Y es que a este 2011 complicadísimo que ha provocado esta segunda ola le sucederá un 2012 más difícil aún, según recuerda, por ejemplo, el presidente de Liberbank, Manuel Menéndez, quien recientemente aseguraba que estamos ante graves problemas de liquidez (con incapacidad de emitir y gigantes vencimientos por delante) junto a problemas de solvencia, con crecimientos fuertes de la morosidad (que alcanzará el 10% en breve), con amplias pérdidas en el sector inmobiliario, con elevada exposición a la deuda soberana (en fuerte crisis) y con escaso crecimiento económico o recesión.
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