MADRID.- El Banco de España adjudicará la CAM al Banco Sabadell la próxima semana, salvo sorpresa de última hora, según confirman fuentes cercanas al supervisor. Éste ha descartado la otra opción posible -dejar la subasta desierta- por el coste de imagen que supondría. Esta adjudicación conllevará una factura para el Estado que puede llegar a 16.800 millones en avales contra pérdidas futuras más unas minusvalías de capital de hasta 2.800 millones, según publica hoy El Confidencial.
El gobernador Fernández Ordóñez retrasó el viernes su decisión hasta la próxima semana para buscar un acuerdo con la vicepresidenta Elena Salgado mediante el cual el coste de adjudicar la CAM al Sabadell sea asumido por el Fondo de Garantía de Depósitos en vez de por el FROB, tal como explicó el sábado El Confidencial. Una vez resuelto este debate, el supervisor tendrá vía libre para resolver la subasta, algo que ocurrirá antes de la cumbre europea que comienza el próximo jueves, según las fuentes consultadas.
A lo largo de la semana pasada ya había descartado vender la entidad alicantina por trozos, como también adelantó este diario. Según distintas fuentes consultadas, también ha desistido de dejar la puja desierta para incorporar a la CAM al esquema de 'banco malo' que está diseñando el nuevo Gobierno de Mariano Rajoy. Algunas de estas fuentes añaden que el PP no quiere encontrarse con este problema sin resolver cuando asuma el poder, con el consiguiente desgaste ante la opinión pública y los mercados.
Además, el propio banco que preside Josep Oliu anunció este viernes un canje de preferentes por acciones con el fin de elevar sus ratios de capital hasta el famoso 9% que exige la EBA a las entidades sistémicas (con unos activos superiores a 150.000 millones de euros). De esta forma, se prepara para cuando alcance esa cifra gracias a la absorción de la CAM, lo que deja muy clara la confianza de la entidad en su victoria en la puja.
En la decisión de MAFO pesa mucho el coste de dejar la subasta desierta. "Ahora mismo, España no se puede permitir dar la imagen de que nadie quiere una de las entidades nacionalizadas, eso incrementaría todavía más la desconfianza sobre lo que esconden los balances del sector", explica una fuente cercana al Partido Popular. Un coste que sería superior al económico de la operación.
No obstante, en este tipo de procesos nunca se puede descartar una sorpresa de última hora, que podría venir motivada porque Bruselas se oponga al coste de la operación dada la situación de las finanzas públicas españolas. Por eso, Economía busca que no tenga impacto en el déficit público al hacer asumir al FGD las posibles pérdidas de la misma.
Fuerte coste económico
El coste económico que implica la oferta del Sabadell, que puede convertir la adjudicación de la CAM en la más cara de la Historia para el erario público, por encima de la de Banesto en 1994, debido a la pésima situación en que se encuentra la CAM, con una morosidad del 20,8% hasta septiembre y una cobertura de sólo el 36%. No en vano, el propio MAFO la calificó públicamente como "lo peor de lo peor". Este coste probablemente sería menor en un esquema de 'banco malo'.
La oferta de Sabadell tiene tres componentes principales. El primero es el esquema de protección de activos (EPA), garantía contra pérdidas futuras de los activos de la CAM, que puede alcanzar los 16.800 millones citados a lo largo de los próximos 10 años y que, al ser un aval, no computa como déficit. Estas garantías hacen que Sabadell tenga un incentivo muy fuerte para vender rápidamente los activos tóxicos de la CAM -básicamente suelo y ladrillos- a cualquier precio, aunque tendrá que asumir un 20% de la pérdida entre 4.000 y 17.500 millones. En cambio, un banco malo puede aguantar esos activos durante años y venderlos en el futuro por un precio mejor.
El segundo componente es una línea de liquidez que alcanzará como mínimo un importe similar, que se cubrirá con deuda pública o avalada por el Estado, y que el comprador debe devolver en el futuro. El tercero es la recompra de los 2.800 millones que se ha comprometido a inyectar el Estado en el capital de CAM. Dado que el Sabadell pretende recomprar ese capital por un importe muy inferior a esos 2.800 millones, el Estado sufrirá una pérdida que sí computa como déficit, que es la que Salgado pretende endosar al FGD.
A favor de que se adjudique la CAM al Sabadell también estaban la solidez de su oferta y su experiencia en integraciones de entidades en España (lleva seis adquisiciones en los últimos 12 años). En su contra está su reducido tamaño -95.700 millones frente a los 71.300 de la CAM-, pero dado que los tres grandes renunciaron a pujar por la caja alicantina, es la única opción viable.
Con esta adjudicación, Sabadell adelantará en el ranking de tamaño por activos al Popular, que tras la compra del Pastor alcanza 161.000 millones. No obstante, la compra le obligará a ampliar capital entre 2.000 y 2.500 millones, algo que puede resultar complicado y, sobre todo, caro en un entorno de mercado como el actual. De ahí que haya recurrido a otras fórmulas como el canje de preferentes. Un portavoz de la entidad declinó hacer comentarios sobre esta información.
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