MADRID.- El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, utilizará su último Debate del estado de la Nación para hacer un llamamiento a la "responsabilidad colectiva" de partidos, comunidades autónomas, ayuntamientos y agentes sociales para "difícil tarea" de la recuperación económica y la creación "sostenida" de empleo, según avanzó él mismo el pasado viernes en rueda de prensa en Bruselas.
Zapatero afronta su sexto y último debate como presidente del Gobierno en el peor de los escenarios desde 2004, con una economía en crisis, turbulencias de los mercados que están afectando a la deuda soberana española, arduas negociaciones parlamentarias para recabar apoyos y una reciente debacle electoral del PSOE en las municipales y autonómicas que ha dado alas al PP para seguir reclamando un adelanto electoral.
"Mi Gobierno trabaja entre una desconfianza excesiva de los mercados y el lógico descontento de los ciudadanos. Trabajamos en ese camino y además con muy poco compromiso por parte de la oposición, pero son así las cosas y así hay que asumirlas", ha añadido.
Con este panorama, el jefe del Ejecutivo quiere centrar su discurso inicial en "la situación económica, la estabilidad financiera y las reformas que están en marcha" y en ningún caso convertir su intervención en una suerte de discurso de despedida, según fuentes del Ejecutivo.
Entre las reformas pendientes hay reglamentos de desarrollo de la reforma laboral, la mesa de contratación con empresarios y sindicatos y culminar la reforma financiera, junto a la tramitación en el Congreso de algunas reformas que están ya en la Cámara: negociación colectiva, pensiones y políticas activas de empleo. A todo ello se suman los compromisos adoptados en Bruselas en el llamado 'Pacto por el Euro plus'.
Culminar las reformas es la tarea que se ha marcado Zapatero desde que anunció que no volverá a ser candidato a la Moncloa en 2012, y es también el motivo por el que, según ha expuesto una y otra vez, quiere agotar la legislatura. Según el Ejecutivo, adelantar las elecciones implicaría un parón en el proceso de reformas económicas que no sería bien visto por los mercados en estos momentos de inestabilidad.
El Debate fijado para los días 28 y 29 de junio será el sexto y último 'duelo' entre Zapatero y el presidente del PP, Mariano Rajoy y el último como coprotagonista de los nueve que acumulará Zapatero --debatió tres veces con José María Aznar cuando lideraba la oposición--.
Eso deja a Zapatero menos margen para hacer anuncios de cara al futuro, como el 'cheque bebé' del Debate de 2007 o el fin de la deducción de impuestos por compra de vivienda en 2009. No obstante, lo cierto es que ya en el Debate de 2010 el jefe del Ejecutivo evitó anunciar medidas económicas y las dejó para los Presupuestos Generales del Estado, que se presentan en septiembre.
Para este año, la vicepresidenta económica, Elena Salgado, ya aseguró el pasado viernes que el Gobierno descarta nuevas subidas de impuestos ni nuevos recortes de sueldos a los funcionarios. En la cúpula del PSOE, mientras, hay quien asegura que Zapatero dará "alguna sorpresa", aunque sin precisar en qué ámbito.
Zapatero sí podrá poner en valor dos proyectos de ley de corte progresista recién aprobados por el Consejo de Ministros: el de Igualdad de Trato y el llamado de Muerte Digna, a los que se sumará próximamente la Ley de Transparencia que llevaba prácticamente un año congelada.
El Debate tendrá otra peculiaridad, y es que será la primera vez que el presidente del Gobierno estará acompañado por su ya anunciado sucesor en la candidatura, el vicepresidente primero Alfredo Pérez Rubalcaba.
Rajoy también era 'número dos' del Gobierno cuando Aznar afrontó su último debate en junio de 2003, pero aunque el presidente ya había desvelado que no volvería a presentarse Rajoy no fue designado sucesor hasta septiembre.
No obstante, en el PSOE aseguran que Rubalcaba no tendrá ningún papel en este Debate, donde los actores son el presidente y los grupos parlamentarios. El portavoz socialista, José Antonio Alonso, que se recupera de una fuerte cefalea que sufrió hace dos semanas, ha adelantado que él representará al PSOE si se siente bien pero que, en caso contrario, su papel lo asumirá alguien del grupo parlamentario, y "en ningún caso" Rubalcaba.
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