MURCIA.- El doctor ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, Rafael Blázquez, ha subrayado este jueves que "el hecho de que en España en los últimos 120 años no hayamos tenido sismos fuertes, como hemos tenido en toda nuestra historia, no solo no nos tranquiliza, sino que preocupa porque la energía se puede estar acumulando y desarrollar un sismo más intenso".
No obstante, Blázquez ha recordado la serie de terremotos que ha vivido la Región en los últimos 20 años, haciendo referencia al de Mula en 1999, el de Bullas, de La Paca y Lorca, algo que "hasta cierto punto debería ser un mensaje tranquilizador", aunque ha recalcado la posibilidad de que se esté acumulando energía.
El también catedrático de Ingeniería del Terreno y presidente honorario de la Asociación Española de Ingeniería Sísmica ha hecho estas declaraciones momentos antes de su conferencia 'Fundamentos y evolución histórica de la normativa sísmica en España. Aspectos sismogeotécnicos', enmarcada en la 'Jornada de Ingeniería Sísmica: el terremoto de Lorca', que ha inaugurado el consejero de Obras Públicas y Ordenación del Territorio en funciones, José Ballesta, acompañado del decano del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, Antonio Sevilla.
Y es que, aunque ha reconocido que predecir "es misión imposible, al no existir tal cosa en ingeniería sísmica", ha insistido en que la energía "se acumula y se libera en forma de rotura de una falla", hasta el punto de que "siempre que ha habido sismos en una zona es un riesgo que tarde o temprano se presentará".
En esta misma línea, Blázquez se ha referido a la normativa sismorresistente de España, de la que ha considerado que "haría falta un reforzamiento del uso" de la misma, ya que, ha resaltado, "es fundamental el aplicarla de forma correcta".
Lo que quiere decir la necesidad de que exista "una mayor cultura científica y técnica sobre la prevención sísmica"; algo, en su opinión, que "no se consigue solo con normas, sino que hay que educar a los profesionales de las normas para que las apliquen correctamente".
Al hilo, ha afirmado que la norma está sujeta a revisiones periódicas desde su primera edición, en 1974; el último cambio "sustancial" fue en 1994 y en 2002, siendo normas "jóvenes" en todo el mundo.
Sobre el resto de normativas sísmicas en el mundo, ha indicado que la española en particular "no diverge esencialmente de las más avanzadas en Europa y en América", aunque ha hecho referencia, en este punto, a la época más crucial en la que nos podemos encontrar por el tema del 'Eurocódigo ocho', "la normativa europea que en un par de años estará plenamente en vigor que hoy día todavía no es aplicable, ya que falta por redactar el documento de aplicación nacional para que pueda ser utilizada por técnicos de otros países, pero en el futuro es una alternativa".
Por ello, ha reconocido que la normativa española "tendrá que armonizarse con el Eurocódigo y aunque no supondrá cambios sustanciales, ya que la peligrosidad sísmica es competencia de los gobiernos nacionales y no se impone desde Bruselas, todos los países con riesgo sísmico no pueden dedicar el mismo nivel de recursos a protección sísmica".
En concreto, el 'Eurocódigo 8' es una normativa que más bien se enfoca a construcciones e ingenierías civiles, como torres, mástiles y chimeneas, mientras que las normas nacional se dirigen fundamentalmente a viviendas.
Igualmente, ha considerado que España no debería aplicar la misma normativa que Asia o Japón, ya que por ejemplo "el tema del maremoto aquí no es preocupante".
Por contra, ha advertido que el sureste español y Murcia, junto con Andalucía oriental, es una zona de riesgo sísmico "moderado", por lo que la población, a su juicio, "debe ser consciente de que no existe riesgo nulo de percibir un sismo".
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