MURCIA.- Más de un centenar de 'indignados' han realizado una sentada ante el Ayuntamiento de Murcia, situado en la plaza de la Glorieta, para reclamar el 'Pacto del Buen Gobierno', al tiempo que han hecho llegar a las autoridades una serie de demandas ciudadanas para el Consistorio murciano, tras insultar con gritos de "chorizos" y "sinvergüenzas" tanto a los concejales como al público asistente al salón de plenos..
Previamente, los acampados en la plaza de la Glorieta de Murcia han acudido, a las 10.00 horas, al registro general de la Delegación del Gobierno, situada en el edificio del MOPU, para presentar un escrito por cada uno de los 45 municipios de la Región para reclamar el 'Pacto del Buen Gobierno'.
Y es que, a las 11.00 horas, comenzaba el acto de investidura de los nuevos concejales en el Ayuntamiento de Murcia, una circunstancia que los 'indignados' han aprovechado para realizar una sonora pitada y para hacer llegar una serie de propuestas ciudadanas.
Vestidos con camisetas rojas, ha demandado un reglamento de participación cuidadana que recoja la aplicación de presupuestos participativos en barrios y pedanías. Además, han pedido que se informe a la ciudadanía del salario bruto del alcalde y los concejales, citando de manera explícita todos los conceptos.
Por otro lado, ha demandado la conservación y el respeto de los ecosistemas del Río Segura y El Gorguel, con una gestión pública y transparente del conjunto natural de la Región de Murcia. Asimismo, independientemente del resultado judicial, reclaman que se demande a los implicados en el caso 'Umbra', presunta trama de corrupción urbanística en el muncipio de Murcia.
Igualmente, piden que la ciudadanía sea informada de todas las ayudas y subvenciones, aportando un listado de las mismas, su criterio de adopción, "especialmente aquellas en las que el alcalde ha afirmado que no supondrán ningún gasto para los ciudadanos, como el Tranvia de Murcia y el parque Terra Natura".
Los 'indignados' también han pedido que "cese de inmediato" el canon a la empresa Tribugest, en concreto la recaudación ciudadana, "porque el ayuntamiento no debe pagar por un trabajo que no realizan".
Por otra parte, han propuesto una serie de medidas para las familias que tengan a todos sus miembros en el paro y que no tengan ingresos. Entre ellas, han pedido gratuidad para el transporte público, no interrupción del suministro del agua y luz, bonificación del IBI y la no ejecución de embargos de bienes.
Al hilo, han reclamado que el Ayuntamiento acabe con la precariedad y cumpla con el 'Acuerdo de Condiciones de Trabajo', "especialmente en lo relacionado con la 'Oferta de Empleo Público', eliminando la situación anómala de más de 300 contratados, alguno con más de cinco años de antigüedad".
Sin discriminar ni distinguir a quienes salían por la puerta principal del ayuntamiento de Murcia, y tras varias horas de pitadas, bocinazos, sirenas y toques de trombón de varas, los acampados, separados decenas de metros de la sede consistorial por vallas, y vigilados por unos 40 agentes de las policías Local y Nacional, han abucheado y gritado consignas contra la corrupción.
El alcalde, Miguel Ángel Cámara, del PP, ha salido del edificio por la puerta principal una hora y media después de finalizar la lectura de su discurso de investidura, una vez que se habían retirado las vallas y cerrado la puerta principal del ayuntamiento, por lo que quienes lo estaban esperando para increparlo ya no estaban ante ella.
Quien más ha sufrido las vejaciones ha sido el edil del PP Cristóbal Herrero, que ha sido rodeado y perseguido por un grupo de concentrados, algunos de los cuales le han gritado con megáfonos a escasa distancia de su oído que era un "asesino del pueblo", que se iba "a enterar" y que estaba "vendiendo la región de Murcia céntimo a céntimo", mientras él trataba de charlar con unos amigos en la terraza de un bar de la cercana plaza del Cardenal Belluga.
Otros ediles del PP, como Joaquín Moya-Angeler y José Ros, han sido protegidos por varios policías mientras escuchaban vituperios de los indignados al recorrer el escaso trecho que los separaba del aparcamiento subterráneo en el que tenían su coche estacionado.
Dos concejales del PSOE, el portavoz del grupo municipal, Pedro López, y la número 3 de su lista, Andrea Judith Garries, se han acercado a las vallas protectoras para tratar de hablar con los indignados, entre los que había división de opiniones al respecto.
Mientras unos pedían "silencio, dejadlos hablar", otros les gritaban "oportunistas", "no nos representan" y "PSOE, PP, la misma mierda es", al tiempo que algunos le solicitaban que fueran a la asamblea de los acampados para explicarles el pacto del euro.
"Cuando queráis", intentaba hacerse oír López, a quien le contestaban que los acampados estaban allí todos los días desde el pasado 17 de mayo, por lo que el próximo martes hará un mes que instalaron sus tiendas de campaña.
En una de las pancartas podía leerse "En el circo de Fofito hay más valores y menos payasos", y entre las consignas se coreaban la repetida "Oe, oe, oe, lo llaman democracia y no lo es" y "En cada ayuntamiento, un centro social" o "Manos arriba, esto es un atraco".
Sin discriminar ni distinguir a quienes salían por la puerta principal del ayuntamiento de Murcia, y tras varias horas de pitadas, bocinazos, sirenas y toques de trombón de varas, los acampados, separados decenas de metros de la sede consistorial por vallas, y vigilados por unos 40 agentes de las policías Local y Nacional, han abucheado y gritado consignas contra la corrupción.
El alcalde, Miguel Ángel Cámara, del PP, ha salido del edificio por la puerta principal una hora y media después de finalizar la lectura de su discurso de investidura, una vez que se habían retirado las vallas y cerrado la puerta principal del ayuntamiento, por lo que quienes lo estaban esperando para increparlo ya no estaban ante ella.
Quien más ha sufrido las vejaciones ha sido el edil del PP Cristóbal Herrero, que ha sido rodeado y perseguido por un grupo de concentrados, algunos de los cuales le han gritado con megáfonos a escasa distancia de su oído que era un "asesino del pueblo", que se iba "a enterar" y que estaba "vendiendo la región de Murcia céntimo a céntimo", mientras él trataba de charlar con unos amigos en la terraza de un bar de la cercana plaza del Cardenal Belluga.
Otros ediles del PP, como Joaquín Moya-Angeler y José Ros, han sido protegidos por varios policías mientras escuchaban vituperios de los indignados al recorrer el escaso trecho que los separaba del aparcamiento subterráneo en el que tenían su coche estacionado.
Dos concejales del PSOE, el portavoz del grupo municipal, Pedro López, y la número 3 de su lista, Andrea Judith Garries, se han acercado a las vallas protectoras para tratar de hablar con los indignados, entre los que había división de opiniones al respecto.
Mientras unos pedían "silencio, dejadlos hablar", otros les gritaban "oportunistas", "no nos representan" y "PSOE, PP, la misma mierda es", al tiempo que algunos le solicitaban que fueran a la asamblea de los acampados para explicarles el pacto del euro.
"Cuando queráis", intentaba hacerse oír López, a quien le contestaban que los acampados estaban allí todos los días desde el pasado 17 de mayo, por lo que el próximo martes hará un mes que instalaron sus tiendas de campaña.
En una de las pancartas podía leerse "En el circo de Fofito hay más valores y menos payasos", y entre las consignas se coreaban la repetida "Oe, oe, oe, lo llaman democracia y no lo es" y "En cada ayuntamiento, un centro social" o "Manos arriba, esto es un atraco".
Finalmente, se han mostrado en contra del "latrocinio del pueblo y las privatizaciones, porque detrás de las privatizaciones se esconde el paso de patrimonio y recursos de todos a manos de unos pocos, que suelen ser amigos de los políticos de turno".
No hay comentarios:
Publicar un comentario