MADRID.- El Príncipe Felipe ha cumplido este domingo 43 años consciente de que está plenamente preparado para un proceso de sucesión que en todo caso "ni está en marcha" ni se ve cerca, han informado fuentes de la Casa del Rey.
El de hoy es un doble aniversario porque se cumplen 25 años de aquella sesión solemne en las Cortes en la que el Heredero de la Corona juró acatar la Constitución coincidiendo con su mayoría de edad y en cumplimiento del artículo 61 de nuestra Carta Magna.
La intervención quirúrgica del Rey el año pasado, unido al hecho de que Don Felipe ha ido asumiendo en los últimos años nuevas funciones y cada vez de mayor relevancia han alimentado especulaciones de todo tipo sobre la sucesión.
Alimentadas, entre otras cosas, por un comentario del Rey en conversación informal con periodistas en la recepción del 12 de octubre en el Palacio Real, donde bromeó sugiriendo que tenía ganas de que el Príncipe le diera el relevo porque 35 años de reinado eran muchos, después de que los periodistas le preguntaran precisamente por las más de tres décadas que lleva en el trono.
Los portavoces oficiales del Palacio de la Zarzuela aseguran sin embargo que "no hay ninguna operación de abdicación en marcha". Al margen de que Don Felipe esté perfectamente preparado para ser Rey, subrayan que el Heredero no tiene prisa ni impaciencia por asumir esas funciones.
Menos aún cuando el propio jefe del Estado aseguró en su mensaje de Navidad que seguía y seguirá "cumpliendo siempre con ilusión" sus funciones institucionales porque es su "deber", pero también "su pasión". Don Juan Carlos se pronunciaba así justo después de reconocer que "muy especialmente" en 2010 había contado con el "activo apoyo" del Príncipe, que le sustituyó con normalidad en algunos actos durante su convalecencia.
El ejemplo más claro de ello se vivió en la recepción ofrecida en mayo pasado a los jefes de Estado y de Gobierno europeos e iberoamericanos que acudían a una cumbre en Madrid con motivo de la presidencia española de la UE.
Los Príncipes de Asturias ofrecieron a los asistentes una cena en el Palacio Real en sustitución de los Reyes, ya que Don Juan Carlos se recuperaba de la intervención a la que nueve días antes se había sometido para que le extirparan un nódulo pulmonar benigno.
En Zarzuela se advierte que la actividad institucional del Heredero ha adquirido en los últimos años su "velocidad de crucero", en particular desde su matrimonio en 2004 con Letizia Ortiz.
El nacimiento posterior de sus hijas Leonor y Sofía --además de suponer una garantía institucional-- permitió al Príncipe mostrar a la sociedad una faceta hasta entonces desconocida, la de amor por su familia y de profunda preocupación por la educación de las Infantas, que ambos quieren que tengan una infancia lo más parecida a la de otros niños de su edad.
Don Felipe comenzó a incorporarse poco a poco a sus funciones institucionales como Heredero de la Corona --que no están escritas en la Constitución-- con anterioridad a su enlace, concretamente desde 1996, una vez que terminó su formación superior (es licenciado en Derecho), que completó con un Master en Relaciones Internacionales en la Edmund Walsh School of Foreign Service de la Universidad de Georgetown (Washington D.C.) y estancias en Bruselas.
En la actualidad, es teniente coronel del Cuerpo General de las Armas del Ejército de Tierra (Infantería), capitán de Fragata del Cuerpo General de la Armada y teniente coronel del Cuerpo General del Ejército del Aire, categorías que ha alcanzado "sin atajos" y realizando los correspondientes cursos para ascender.
Desde el 96, el Príncipe viene realizando una media anual de 320 actos oficiales, 14 viajes al extranjero, 62 discursos y recibe a unas 1.300 personas al año, que suelen ser próximas a su generación, con el objetivo de mantenerse informado de la realidad nacional e internacional.
Ha visitado además de forma oficial la práctica mayoría de las Comunidades Autónomas y mantiene periódicamente encuentros y reuniones con los órganos constitucionales y con las principales instituciones del Estado con el objeto de estar al corriente de sus actividades.
El grueso de sus viajes al extranjero se desarrolla en Iberoamérica, ya que desde el 96 asume la representación del Estado en las tomas de posesión de los presidentes de la región y sólo se ha ausentado en una porque el Gobierno así lo decidió, la del presidente de Honduras, Porfirio Lobo, en enero de 2010, con el fin de mostrar el rechazo de España al golpe de Estado que meses atrás expulsó a Manuel Zelaya.
La asistencia a estas tomas de posesión convierte al Príncipe en un instrumento de la política exterior de España y le ha brindado desde hace más de una década una excelente oportunidad de estrechar lazos y entablar contactos con los líderes de la región, un subcontinente que conoce en profundidad.
Además de desarrollar un papel muy activo en la promoción de los intereses económicos y comerciales de España y en el fomento del conocimiento de la lengua y cultura españolas en el exterior, es presidente de honor de varias asociaciones y fundaciones, como la Fundación Príncipe de Asturias, Príncipe de Girona, Codespa, la Asociación de Periodistas Europeos o el Real Instituto Elcano.
Precisamente sus discursos en los premios Príncipes de Asturias o en actos relacionados con la nueva fundación Príncipe de Girona --dedicada a promover el talento en los jóvenes-- suponen la expresión más elaborada del Heredero hacia la sociedad española.
Las palabras que pronunció en diciembre pasado en la presentación de la Fundación Príncipe de Girona en Madrid constituyen un ejemplo de ello. Allí animó a su generación a "recoger" el "testigo de valentía y responsabilidad" de la Transición para situar a España en el lugar que le corresponde ante la crisis económica que atraviesa Europa y la constitución de un nuevo orden internacional cuyo centro de gravedad "se está desplazando del Atlántico al Pacífico".
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