MURCIA.- El presidente del 'Foro Ciudadano' y animador cultural en el Ayuntamiento de Cartagena, Patricio Hernández, dice hoy, en unas declaraciones a nuestro colega digital 'Murcia Crítica', que aquí "estamos en un régimen de partido cuasi-único que no obedece a la buena gestión del PP sino a su control de la opinión pública y a la socialización de un relato sesgado y paranoico".
Para este representante de la sociedad civil regional, "los beneficiarios de la política del ladrillo en la Región han sido los grandes promotores de fuera y algunos de dentro, en general gente con pocos escrúpulos; las entidades financieras; y la clase política regional, con algunas excepciones bien conocidas".
Añade más adelante que "el símbolo de este periodo es sin duda Polaris, bendecida por el poder político y con gran apoyo del sector financiero (sobre todo de las cajas regioanales y de otras comunidades). Iba a ser la revolución del turismo residencial y de toda la economía de la región, entusiasmada con el señuelo de ser la Florida de Europa. Ahora sólo quedan fantasmales ruinas, pequeños y absurdos guetos urbanizados, viviendas vacías en manos de los bancos (gentes sin casa y casas sin gente, en la visión que Eduardo Galeano dedicó a Murcia), tierras y costas desoladas y violentadas, carreteras a ninguna parte, deudas e hipotecas impagables, miles de parados, instituciones insolventes y sin presupuesto, etc. Este ha sido finalmente el verdadero "milagro murciano".
Y concluye sus declaraciones diciendo que "la crisis está teniendo en Murcia consecuencias muy graves, generando mucho sufrimiento social. Es el plus añadido de las torpezas de nuestras apuestas como región autónoma. No aprovechamos los momentos alcistas del ciclo económico y probablemente tampoco aprovechemos los momentos de crisis. Nuestras élites dirigentes no tiene un proyecto claro de región que dibuje un horizonte diferente en el que superar viejos problemas que están muy introyectados entre nosotros. Los políticos juegan en exceso al cortoplacismo y al monopolio de la política y vida pública, y la sociedad tiene pocos recursos para forzar una situación nueva. La izquierda civil, la Murcia de progreso, que está en su mayor parte sumergida en la sociedad y en sus vidas particulares, debería activarse para forzar cambios en sus instrumentos de representación que nos de oportunidades en el futuro. Si los problemas vienen de la sociedad que tenemos, parafraseando al poeta alemán, sólo de allí pueden venir las soluciones. Pero ser hoy optimista sería una ingenuidad".
http://www.diariocritico.com/ murcia/2010/Diciembre/ sociedad/242652/en-murcia- estamos-en-un-regimen-de- partido-unico.html
Por otra parte, Patricio Hernández dice en el semanario 'El Noroeste', que "en Murcia el impacto de la crisis ha sido brutal debido a la apuesta por un modelo económico desastroso e insostenible que se ha venido abajo en apenas dos años, como habíamos advertido que ocurriría desde el Foro y otras organizaciones sin que se nos hiciera caso alguno."
—En la mayoría de los capítulos de El otro estado de la Región ustedes extraen conclusiones o propuestas de actuación. ¿Hay interés por parte de los partidos políticos en llevar algunas de esas conclusiones en su programa electoral?
—Por lo general los partidos de la oposición se hacen cargo de muchas de nuestras propuestas. En realidad el Informe del Foro Ciudadano les ofrece un conjunto muy completo de análisis y de propuestas de las que a menudo carecen y un arsenal de argumentos muy valioso para su trabajo de control institucional. En cambio, el PP tiende a ignorar que el Informe existe pues es justamente su labor de gobierno la que más se pone en cuestión.
—¿Ha mejorado la Región de Murcia en alguno de los baremos que ustedes miden con respecto a 2003 y 2006?
—Si los medimos en términos absolutos, algunos indicadores —no todos, por supuesto— mejoran porque en general ha mejorado la vida del país, pero en términos relativos, es decir, en comparación con la media española o europea, que es la manera de medir la eficacia real de la acción del gobierno de la región, se observa un empeoramiento que está muy extendido en casi todos los ámbitos. Aquí además el impacto de la crisis ha sido brutal, debido a la apuesta por un modelo económico desastroso e insostenible, que se ha venido abajo en apenas dos años, como habíamos advertido que ocurriría desde el Foro y otras organizaciones sin que se nos hiciera caso alguno.
La altísima tasa de paro (casi 24%), el elevado nivel de destrucción de empresas (17%), la alta temporalidad en el empleo (32,7%, más de siete puntos peor que la española), la exagerada importancia de la economía sumergida, la alta pobreza relativa (un 25%, cinco puntos por encima de la media española), la tremenda tasa de abandono escolar temprano (37,3%, seis puntos por encima de la española), el descenso de nuestro porcentaje de PIB per cápita en relación al español (está en 2009 en el 81,3% del promedio nacional), los pésimos indicadores de sostenibilidad ambiental, y el hecho de que somos la región con mayor desigualdad interna de renta del país, entre otros muchos indicadores, evidencia de una manera indubitable el fracaso de los quince años de gobierno de Valcárcel y el PP murciano, extremo que es intransferible a otros niveles de la administración incluso en los casos en los que es influyente su papel.
—En su informe señalan que la Ley Electoral de 1987 perjudica a partidos como Izquierda Unida y UPyD. ¿Cómo debería ser la Ley Electoral para que muchos murcianos no tengan que acudir al llamado «voto útil»?
—Se trata de un problema más amplio de calidad de nuestra democracia, en el que el sistema electoral es sólo una parte, pero sin duda relevante.
La ley electoral regional favorece el bipartidismo y la bipolarización del voto, laminando las opciones electorales minoritarias y rompiendo el principio de que todos los votos valgan lo mismo. Simplemente habría que ir a una circunscripción única y rebajar el mínimo porcentaje para acceder al parlamento regional para que la representación política reflejara mejor la voluntad popular. Hay otras posibilidades, pero todas deben orientarse hacia ese objetivo de respetar la igualdad del valor de cada voto. Evidentemente el problema está en que para esto hace falta la voluntad de los partidos mayoritarios, poco dados a renunciar a sus ventajas.
—El déficit democrático del que ustedes hablan en Murcia, se acentúa con los quince años gobernando del Partido Popular, ¿corremos el riesgo de una democracia a lo PRI?
—En Murcia la persistencia de un Gobierno con tan amplia mayoría durante tantos años ha dado lugar a un sistema clientelar de ejercicio del poder, a la pérdida de independencia de los funcionarios —premiados o castigados en función de su fidelidad— y a un control de la esfera mediática, tanto pública como privada (esta última cada vez más dependiente del presupuesto público) , con la que se ha impuesto a la sociedad una lectura única de la situación de la región, lo que ha dado lugar a un verdadero «régimen», a una especie de «despotismo democrático» de partido cuasi-único que pertenece al campo de las patologías de la democracia, y del que una corrupción que es estructural y que a veces aparece públicamente como escándalo es sólo su emergente más visible.
Necesitamos un proceso de regeneración democrática que permita a la ciudadanía ser exigente respecto de sus gobernantes y obligue a éstos a rendir cuentas de su gestión, cosa que ahora no ocurre.
—¿Qué se puede esperar de una región donde el 37% del alumnado ESO abandona?
—En efecto, no podemos esperar nada bueno. Está demostrado que sólo las sociedades que se toman en serio la educación prosperan en otros ámbitos. La administración regional tiene las competencias educativas transferidas desde el año 2000, lo que supone que gestiona el 90% de las decisiones y recursos que afectan a nuestro sistema educativo. No sólo es ese dato, hay muchos otros que señalan nuestro atraso, como por ejemplo que sólo la mitad de los jóvenes entre 20 y 24 años se hayan graduado en secundaria postobligatoria (9 puntos menos que la media española). Todos estos años del boom inmobiliario han dañado el sistema educativo, favoreciendo su abandono hacia un mundo laboral intensivo y poco especializado. Ahora que muchos jóvenes regresan, tenemos problemas con nuestra FP. También estamos muy atrasados en TIC, con una gran brecha digital. Todo esto arroja sombras inquietantes sobre nuestro futuro.
—Ustedes denuncian el «nacionalismo hidráulico», el victimismo murciano respecto al agua, ¿cree que volverá a ser un tema capital en la campaña electoral?
—El agua preocupa ahora mismo poco a los murcianos. Ha sido desplazada por otras preocupaciones, básicamente el empleo y la economía. Pero si conviene se puede activar bombardeando desde los medios —que son los que fijan la agenda política— a la población. Se ha hecho y se sigue haciendo una gran manipulación sobre este tema, como una «causa regional», que lo único que produce, a falta de más agua, son votos para el PP. Hay que desmontar este discurso y hablar de reducción de la demanda antes de plantear cercimientos ilimitados de la oferta en una región que ya consume muchos más recursos hídricos de los que tiene.
—Hablan de una deriva conservadora en los medios de comunicación que se puede comprobar sobre todo en la cantidad de espacio dedicado a temas religiosos o folclóricos y toman como ejemplo una noticia sobre el número de participantes en la Romería de Murcia. ¿Han pensado dedicar algún capítulo en su próximo Estado de la Región a la Religión o el poder de la Iglesia?
—No nos lo hemos planteado, pero sin duda es un asunto de gran interés. La iglesia murciana es una fuerza retardataria muy vinculada al poder político, como demuestra nuestra historia regional. Ahí tenemos todo ese descarado apoyo a la UCAM y a la enseñanza concertada por parte de las administraciones de la región. El caso de los medios es más amplio: el gobierno controla directamente los medios públicos, maneja con criterios partidistas la concesión de nuevas licencias (de TDT antes y después de emisoras de radio) y tiene una creciente capacidad para condicionar los medios privados muy vulnerables por su dependencia cada vez mayor del presupuesto público relacionada con la doble crisis que viven (la preexistente de los medios más la crisis económica).
—Más de la mitad de ayuntamientos (la mayoría gobernados por el PP) de la región tienen algún caso abierto por corrupción, sin embargo, encuesta tras encuesta aumenta su ventaja para las autonómicas, ¿a qué cree que se debe esta indiferencia con la corrupción?
—Ya hemos citado que tiene que ver con la escasa calidad de nuestra democracia. Los ciudadanos están en la práctica excluidos de la vida pública, monopolizada por los partidos y escenificada en los medios generalistas. No hay prácticamente sociedad civil, y la que hay es afín al gobierno conservador. Tampoco tenemos una esfera independiente de opinión pública. Los ciudadanos no piden explicaciones y los políticos no rinden cuentas. Esta es la sensación de impunidad que muchos sienten.
No se evalúan las actuaciones, nadie asume sus responsabilidades, no hay transparencia en las decisiones y la discrecionalidad es máxima, etc. Hay un refuerzo mutuo, un verdadero círculo vicioso, entre este subdesarrollo democrático y nuestro desarrollo económico, social, cultural, etc., como ha demostrado el Premio Nobel Amartya Sen. Mientras no salgamos de él las cosas no cambiarán realmente.
—Se produjo un cambio en la Consejería de Sanidad en la última legislatura supuestamente para favorecer una mejor gestión, sin embargo, obesidad, alcoholismo, esperanza de vida…, en todo nos situamos por debajo de la media nacional, ¿tiene sentido la pretensión del Gobierno de que la sanidad, la cultura o la ecuación tienen que ser rentables a corto plazo?
—Ni el miope cortoplacismo ni la debilitación y privatización de servicios públicos favorecen a la mayoría de la población. Lo público es el ámbito de la igualdad. Y ahora, tanto el Gobierno del España, con al deriva neoliberal de Zapatero, como los gobiernos del PP nos están llevando a una situación de auténtico desmontaje de nuestro aun poco desarrollado Estado del Bienestar. Son las clases populares, los sectores más débiles de la sociedad los que están ya pagando todo esto, mientras que los que provocaron la crisis (banqueros, especuladores, gobernantes irresponsables) no sólo no responden por nada sino que siguen exigiendo trasvases de recursos públicos y aumentos de renta.
—¿Qué les queda a los jóvenes además de emigrar?
—Los jóvenes tienen sobre todo que abandonar la resignación que se les ha inoculado. Tienen que asumir su condición de ciudadanos y movilizarse para defender sus intereses, Hay que volver a repolitizarse, en el mejor sentido (no en el partidista). Hay que elegir entre ser sujeto u objeto político. El futuro no está escrito, lo hacemos entre todos cada día, y desprenderse del fatalismo triste que ahora tanto cunde es imprescindible para defender derechos y aumentar oportunidades. La sociedad es un poder fáctico, como lo es el capital financiero o la prensa, y puede provocar cambios.
—¿Cómo nació Foro Ciudadano?
—El Foro nació hace ahora diez años para abrir un espacio en la sociedad civil donde organizarnos ciudadanos comprometidos y preocupados por le tipo de sociedad apática y controlada que está cristalizando en Murcia. Somos gentes progresistas que no queremos sujetarnos a los estrechos corsés de la vida de los partidos, que son necesarios, pero que no pueden agotar la riqueza e una democracia participativa.
—A punto de cumplir diez años, ¿cuáles son los próximos objetivos de Foro Ciudadano?
—Seguir trabajando por los mismos objetivos que nos vieron nacer: enriquecer el debate público sobre el proyecto de región que queremos, contribuir al mejor conocimiento de la realidad regional con instrumentos como este Informe 2010 y otros, mejorar la calidad de la democracia en Murcia, y la organización independiente de la propia sociedad civil en estructuras activas y participativas.
—¿Se han planteado la posibilidad de crear un partido político?
—No. Sería desviarnos de nuestros objetivos y de nuestro estilo de trabajo. Criticamos a los partidos, sus insuficiencias y sus derivas antidemocráticas, distintas en cada caso, pero no queremos sustituirlos. Somos otra cosa y reclamamos nuestro derecho a hacer política sin tener que ser un partido. Es mucho más interesante para nosotros tener influencia que luchar por conseguir el poder. Somos muy celosos de nuestra independencia y nuestra libertad de pensamiento y no vamos a renunciar a ella.
1 comentario:
La sociedad civil se deja manipular porque se ha desatado un egoísmo galopante y piensan que el PP puede volverles al particular "El Dorado" de estos últimos años. La oposición por otra parte no ofrece alternativa, y es incapaz de regenerarse incluso expulsando del partido a algunos ilustres. Por último, el despilfarro galopante en la administración pública continúa, quizás con algo menos intensidad en la propaganda-xxx que se hacía en la prensa a razón de 1800 € mínimo por cada panfleto "informativo". Comidas, ruedas de prensa, dietas, sueldos millonarios, sueldos innecesarios, estómagos agradecidos, despilfarro cultural,etc. etc. siguen galopando y sin freno en todas sin excepción las instituciones de la CARM que simplemente podrían reducir en esto un 40-60% gastos y no se notaría prácticamente en su funcionamiento.
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