"Es un problema de supervivencia de una parte de las cajas", señaló Zapatero en su última intervención en la primera jornada del Debate sobre el estado de la Nación en el Congreso, donde advirtió de que la falta de reforma en este ámbito castigaría los intereses de la deuda y obligaría a dedicar más del dinero del Presupuesto al pago de los intereses y menos, por tanto, a la política social.
Zapatero aseguró que las cajas de ahorro han sido "un modelo de éxito" en España porque tienen vinculación "directa" con la ciudadanía, están presentes en todos los territorios y han ayudado a muchas pymes, entre otras cosas.
Sin embargo, recordó que la crisis del sistema financiero reducirá en un 20% ó 30% el tamaño del negocio, de lo que se puede deducir que "no hay espacio para todas las cajas que han existido hasta ahora". Además, recordó que una parte importante de ellas están expuestas al sector inmobiliario y arrastran algún problema de solvencia.
"No me preocupa la solvencia de las llamadas cajas, sino que detrás están los ahorros de los ciudadanos, los depósitos, los préstamos a empresas, las hipotecas de los que han comprado una vivienda", señaló el jefe del Ejecutivo, quien consideró que esta condición otorga al Gobierno una "enorme responsabilidad" a la hora de afrontar el proceso de reconversión del sistema.
Zapatero recordó que, con la reforma, el Gobierno hará que se comparta la estructura del sector privado con la del sector público, ya que permitirá a estas entidades emitir cuotas participativas con derechos políticos, similares a las acciones, por un importe no superior al 50% de su patrimonio.
En este sentido, rechazó las críticas de las formaciones que no respaldan la reforma y pretenden que el "grifo" del Presupuesto esté abierto para inyectar dinero en las cajas que lo necesiten. "Ya le digo que no", espetó Zapatero al diputado de IU Gaspar Llamazares, que fue quien criticó al Gobierno por "bancarizar las cajas".
Zapatero aseguró que un modelo como el que defiende Llamazares "no es sostenible" y aseguró que, a pesar de la reforma, las cajas que sean "muy fuertes" podrán seguir como hasta ahora. "Y las que no, que son una buena parte, tendrán que reestructurarse y abrirse al capital privado", añadió.
Además, recordó al diputado que un país tiene que financiarse a través de los impuestos y pidiendo dinero a los mercados, para lo que necesita ofrecer condiciones a los acreedores. "Da igual el país. ¿Si es China no es sospechoso no?", preguntó Zapatero, tras asegurar que este país también exige sus condiciones y cobra sus intereses. "Esa es la realidad", añadió.
Por todo, consideró que hay que hacer la reforma de las cajas porque será la manera de asegurar un modelo en el que haya una representación de las instituciones y del capital privado, al tiempo que se mostró partidario de que los cargos electos no formen parte de los consejos de administración de las entidades y rechazó que esta propuesta desemboque de un discurso antipolítico.
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