El maltrato es "estructural" e "inevitable" dadas las condiciones en que están los animales en los criaderos industriales, donde la necesidad de contacto de los cerdos (de la madre con las crías) "sus necesidades de caminar, de escarbar, de hacer huecos, es imposible", precisó L214, que debe su nombre al artículo de igual número del código rural francés.
Estas conclusiones se desprenden de un estudio efectuado por su par española Igualdad Animal entre agosto de 2007 y mayo de 2010, en 172 criaderos de cerdos en las comunidades autónomas españolas de Andalucía, Valencia, Aragón, Murcia, País Vasco y Navarra.
Según la asociación española, los empleados los criaderos matan a parte de los cerdos golpeándolos contra el suelo, o dándoles patadas y les introducen los dedos en los ojos para obligarlos a levantarse y avanzar.
Dicen que la adaptación forzada para mantenerlos en criaderos les provocan grandes sufrimientos sobre todo en el momento del amolar los dientes, cortarles la cola o cuando los machos jóvenes son castrados en carne viva.
La asociación L214 recuerda que "según el artículo 214 del código rural, ese tipo de criaderos está prohibido" en Francia y también en España, según las normas comunitarias.
Recuerdo que "en Francia, el 50% de las importaciones de carne y productos derivados del cerdo, provienen de España".
En enero, las asociaciones Compassion in World Farming y La Coalición Europea para los Animales de Granja (ECFA) dio a conocer una investigación efectuada entre 2008 y 2009 en 74 criaderos de España, Dinamarca, Hungría, Alemania, Holanda y Gran Bretaña. Según ese estudio, "la inmensa mayoría de los criaderos estaban en infracción".
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