La horquilla de los posibles escaños del PP está entre los 31 y los 33 diputados (de un total de 45), superando la barrera de los 30. Es decir, según el sondeo, el PP arrasaría hoy en la Región de Murcia con un 62,7% de los votos. A la oposición, descalabrada, sólo le queda pensar: ¿hasta dónde, hasta cuándo?
El PSOE romperá también otro récord, triste en este caso, según la proyección del estudio demoscópico. Obtendrá los peores resultados conocidos en una tierra que hace tiempo se consideró granero de votos socialistas. Su intención actual de voto baja hasta un 26,8%, casi 36 puntos menos que el PP. Eso se traduciría en una horquilla de entre 12 y 14 escaños.
Por último, IU se enfrenta a la desaparición del panorama parlamentario regional. Por primera vez, podría no lograr representantes. El partido que llegó a obtener cuatro parlamentarios durante dos legislaturas se ha borrado de la calle y no alcanza el 5% de los votos que le daría representación. A su líder, José Antonio Pujante, ni se le conoce. Y lo peor: quienes menos saben de él son los jóvenes menores de 29 años.
Cuatro mandatos continuados del líder del PP, Ramón Luis Valcárcel, únicamente han supuesto desgaste para la oposición. Los populares han crecido de manera continua desde 1995 (cuando tuvieron 26 diputados). El tercer domingo de mayo, como es tradicional, celebraron el vuelco electoral frente al PSOE (que tuvo 15 diputados). Elección tras elección se ha producido un crecimiento permanente: 26 escaños en 1999, 28 en 2003 y 29 en 2007.
En los pasados años, con una época de bonanza que hacía a la Región de Murcia crecer en términos económicos por encima de la media nacional, el PP llenaba la capaza de votos. Ahora, en tiempos de la peor crisis de la historia, rompe el techo electoral nuevamente.
Utilizando una expresión local, la encuesta de Sigma Dos indica que en 2010 el PP murciano sólo ganaría en dos lugares: en el campo y en el mar. El Partido Popular parece ser que crecerá en votos y representación en las cinco circunscripciones de la peculiar división que la comunidad autónoma tiene dispuesta en los comicios: Lorca, Cartagena, Murcia, Noroeste y Altiplano.
El PP ha conseguido tener un nivel de visibilidad positivo en todos los sectores sociales.
Desde el Partido Socialista ya no creen ni en los posibles milagros. A día de hoy, casi la única discusión es que el más que probable candidato, Pedro Saura, sea quien se estampe contra los resultados electorales.
Algunos representantes del Partido Socialista de Murcia (PSM-PSOE) consideraron que la segunda legislatura de Zapatero haría reaccionar al electorado. Según la encuesta, ese cálculo ha sido un craso error.
A día de hoy, en todos los ámbitos de la sociedad, el PP transmite seguridad e incluso modernidad.
La actividad de la formación conservadora, orientada hacia los jóvenes, convierte a este sector de la sociedad en progubernamentales. Podría hablarse de una imagen joven, de vanguardia y solidaria.
Desde iniciativas novedosas como el SOS 4.8 (macrofestival de excelente acogida entre los jóvenes de distintos puntos de España) a la sofisticación de una recién inaugurada temporada de ópera (en el Auditorio Regional) acostumbrada a colgar el cartel de no hay billetes en sus montajes propios. Iniciativas a las que hay que sumar otras como la solidaridad con el pueblo saharaui o el haitiano.
El PP murciano ha trabado unos lazos imbricándose en la sociedad, hasta tal punto que los resultados están a la vista. No hay movimiento asociativo en el que no tengan representación.
En la Universidad, en los movimientos juveniles, en las ONG u organizaciones que cubren necesidades sociales o festivas, e incluso en los centros de la tercera edad, el PP está siempre representado con personas que, además, han conseguido transmitir la idea de eficacia en su gestión. La misma sensación que se trasluce desde las administraciones que controlan.
Buena nota para Valcárcel
El presidente murciano, Ramón Luis Valcárcel, es uno de los líderes más valorados en su tierra y obtiene un 6,35 sobre 10. Los votantes del PSOE le suspenden, pero no le dan una nota excesivamente baja (un 4,75) frente a la valoración de su propio líder, Pedro Saura, que obtiene un pírrico 5,19 entre los que votaron al Partido Socialista en las pasadas elecciones autonómicas. En la valoración general, Saura obtiene un 4,32 y el portavoz de IU, José Antonio Pujante, le supera con un 4,39.
Quizá uno de los motivos es que Valcárcel es muy conocido en la región que preside (el 93,3% de los murcianos sabe quién es). Al revés, juega en su contra el desconocimiento de su figura, que aumenta según disminuye la edad de los votantes (algo similar a lo que ocurre con el coordinador de Izquierda Unida).
La bandera del agua funciona en Murcia como elemento de cohesión frente a la amenaza exterior. Toda defensa parece poca ante la sed. Según la encuesta de Sigma Dos para El Mundo, el 57,9% de los murcianos considera que el trasvase Tajo-Segura -una infraestructura considerada como básica para el desarrollo regional- debe ser responsabilidad del Gobierno central.
Sólo el 32,3% piensa que la decisión sobre el trasvase debería estar en manos de las comunidades. Por tanto, los murcianos temen la fuerza que podría hacer la Junta de Castilla-La Mancha si no tuviera encima al Ejecutivo de España.
Por otro lado, no han afectado a las expectativas de Valcárcel graves problemas como el paro -Murcia sufre uno de los niveles más altos de España- o el bajo poder adquisitivo de los murcianos. Entre la ciudadanía queda muy patente que estos problemas han sido generados por la crisis global y que, en todo caso, Zapatero tiene la culpa de no haber podido remontarlos.
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