El actor murciano (Puerto Lumbreras, 1964) se muestra amable y cercano en la conversación, muy alejado de la imagen que le han dado algunos papeles, como el altivo Bernardo Sánchez en "Herederos" o el ambicioso Alonso de Castro, de "La Señora"; incluso se emociona cuando habla de su trabajo como Adolfo Suárez en la miniserie cuyo desenlace emitirá Antena 3 el próximo miércoles.
"Es que es muy emocionante, porque es una persona querida y respetada, y estoy muy agradecido porque alguien haya pensado que daría el perfil para el personaje, y nunca mejor dicho, aunque la nariz es mía", comenta sonriendo ante un parecido físico que le habían comentado en ocasiones, y que resulta tan evidente ahora en pantalla.
Aún así, el protagonista de "Adolfo Suárez el presidente", explicaba en un encuentro con los medios que en esta película para televisión no se ha buscado hacer "un concurso de imitaciones", y que ha abordado este "complejo" personaje "desde sus emociones, intentando ver lo que pasaba entonces a través de sus ojos, que es la manera más hermosa de trabajar un personaje".
La serie sobre el primer presidente de la democracia le muestra desde su juventud en Ávila hasta el golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, cuando Suárez había dimitido como presidente del Gobierno en medio de intensas luchas internas entre las familias de UCD que minaron su liderazgo.
Una trayectoria vital que García Millán define como "una tragedia griega, porque contiene la ambición, el poder, una gran soledad, la traición de la gente en que confiaba y le deja solo...".
El actor murciano confiesa que él mismo pensaba que "Suárez podría haber hecho mucho más", pero ahora ve que "se fue injusto con él en aquella época; viéndolo con distancia, creo que fue un milagro lo que pasó, la osadía que tuvo para llevar al país adonde lo llevó".
Unos hechos y un personaje ya histórico que "he tenido que explicar a mis hijos, de 16 y 12 años, y que está muy bien que conozcan las nuevas generaciones", dice el actor, y completa la personalidad de Suárez con otro apunte: "Era un seductor invencible en las distancias cortas".
El próximo lunes por la noche, García Millán tendrá también su parte de éxito en una de las series españolas más populares, "Amar en tiempos revueltos", de la que protagoniza el especial titulado "Alta traición", junto a Ana Otero (Paloma Beltrán en la primera y segunda temporada de la serie), y en el que confiesa haberse "divertido mucho, aunque me ha costado lo mío dar saltos y patadas", ya que interpreta "a un James Bond de los años 50".
Sobre su participación en la continuación de "La Señora" -en la que intervino en los últimos 6 episodios- el actor murciano confiesa que le "gustaría volver, porque es una serie muy bien hecha", y cuyo final, con la muerte de la protagonista, califica de "valiente".
El actor murciano, presente también en el teatro con la obra "Glengarry Glen Ross" está de acuerdo en que vive uno de los mejores momentos de su carrera, aunque no se decide a elegir un trabajo que destaque de los demás.
Sí explica que a la televisión le debe mucho porque le ha dado popularidad, y recuerda sobre todo las series "Herederos" (2007-2009) -con la que ganó el premio de la Unión de Actores- y "Periodistas" (1998-2002), y está muy contento de poder trabajar en un medio que "está apostando por la calidad, que ha creado una industria que incluso permite que se vendan en el extranjero nuestras series".
García Millán se prepara para salir de gira por España hasta junio con "Glengarry Glen Ross", de David Mamet, "una obra que es de 1983 pero que parece escrita hoy, porque habla de cómo el ser humano, víctima de un sistema capitalista terrible, es capaz de sacar lo peor de sí mismo para salvar el pellejo".
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