Elena Espinosa también resaltó el comportamiento positivo de esta industria en cuanto a la penetración en el comercio exterior, al tiempo que subrayó el trabajo de las empresas agroalimentarias, que se actualizan permanentemente.
Según la ministra, las inversiones realizadas en el sector han permitido incorporar tecnologías avanzadas, lo que se ha traducido en estándares elevados de calidad, trazabilidad y seguridad alimentaria, así como una incipiente preocupación por las cuestiones del medio ambiente.
Por otro lado, la titular del ramo resaltó el apoyo de su departamento al sector, ya que financia estudios dirigidos a conocer a fondo los factores que influyen en la compra y en el consumo, proporcionando información relevante, "tanto para la toma de decisiones a nivel institucional, como a nivel empresarial".
Espinosa puso como ejemplo que el Observatorio del Consumo y la Distribución viene constatando que la calidad ocupa el primer puesto en las preferencias del consumidor ante la elección de un establecimiento, seguida del precio y de la proximidad, mientras que el barómetro del clima de confianza muestra que más del 68% de los consumidores tiene bastante o mucha confianza en la calidad de los alimentos que consume.
La ministra se refirió también a la importante labor desempeñada por el Observatorio de Precios de los Alimentos, que trabaja en la elaboración de un código de buenas prácticas comerciales, "que contemplará todas las relaciones posibles entre producción, industria, distribución y consumo".
Otro aspecto valorado por Espinosa fue el trabajo conjunto llevado a cabo entre el Ministerio y el Instituto de Comercio Exterior dirigido a cada mercado potencial, siendo las acciones de este año encaminadas a favorecer el acceso de los productos españoles a mercados emergentes como India, China o Rusia.
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