MADRID.- Los regantes de la cuenca del Segura inician mañana, jueves día 5, una nueva guerra del agua por los caudales del Tajo, en medio de la confusión creada por el partido socialista murciano en torno a un posible trasvase de Extremadura a Murcia y con el PSOE nacional con postura rectificada a favor de los trasvases desde el cese de Cristina Narbona, según www.elconfidencial.com
El Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (SCRATS) ha convocado una “concentración”, no una manifestación, que recorrerá las calles del centro de Murcia en “defensa” del trasvase que da nombre a la organización gremial, con el convencimiento de que la nueva “guerra” por el agua se debe a la pretensión de socialistas y populares manchegos de ponerle fecha de caducidad al acueducto en 2015 en su nuevo Estatuto de Autonomía.
Al margen de las negociaciones multipartidarias en el Congreso, en Toledo, en Murcia, en Valencia, en Mérida, e incluso en Sevilla, entre socialistas y populares, que tienen posturas enfrentadas por razones geográficas, sobre la redacción final de esa Carta Magna regional, el secretario de los socialistas murcianos ha metido la pata “hasta el corvejón” dando oficialidad a una conversación cuanto menos privada con el secretario de Estado de Agua, Josep Puxeu.
Saura aseguró que Puxeu le había comunicado que el posible nuevo trasvase desde el Tajo Medio (Extremadura) al Segura estaba siendo estudiado por el Ministerio de Medio Ambiente. La ministra Elena Espinosa saltó inmediatamente y negó ese estudio. Saura se reafirmó en su información. La confusión quedó servida a escasas 48 horas de la concentración del SCRATS en Murcia.
Indudablemente, la única de las posturas que no llama a engaño en este espinoso asunto de los trasvases de agua es la del SCRATS: quieren que siga el Tajo-Segura –“sin él, la agricultura se muere”–, a pesar de que la cabecera manchega del río malamente puede hacer frente a las demandas que fija la ley y se niegan a que sea sustituido por futuro Tajo-Medio-Segura, desde el embalse de Valdecañas
La oportunidad no está del lado ni de unos ni de otros, pues si bien estamos desde octubre en un año hídrico (2008/2009) que promete mucho, eso mismo hace aumentar las reservas embalsadas.
Jugando a la confusión
Las posturas partidarias adolecen de oportunismo y de confusionismo. Y el PSOE se lleva la palma, gracias a la última intervención del murciano Saura, a su tibieza anterior y al giro socialista de 180 grados experimentado desde la salida de Narbona del Gobierno, con el objetivo no oficial de “recuperar electoralmente el Levante”, en manos populares.
Los actuales responsables del ministerio parecen tener una actitud vergonzante sobre el Plan AGUA (desaladoras, desalinizadoras, optimización y adecuación de oferta y demanda), alternativa que Narbona proponía como buena, apoyada por ecologistas y antitrasvasistas en general. El PP jalea el cese de Adrián Baltanás como si fuera el definitivo R.I.P. de aquel Plan.
El PP, no obstante, apoya la caducidad del Tajo-Segura, por medio de María Dolores de Cospedal en Castilla-La Mancha, la niega en Murcia y en Valencia –los presidentes Valcárcel y Camps– y tiene la única organización regional que se opone de entrada a tratar de un posible nuevo trasvase desde el Tajo Medio para el Sureste, en boca del jefe de filas popular en Extremadura, José Antonio Monago.
La situación geográfica y los réditos electorales mandan más en los partidos que las ganas de afrontar un problema de Estado, como es el del agua, en un país mediterráneo, es decir, seco, como es gran parte de España.
El Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (SCRATS) ha convocado una “concentración”, no una manifestación, que recorrerá las calles del centro de Murcia en “defensa” del trasvase que da nombre a la organización gremial, con el convencimiento de que la nueva “guerra” por el agua se debe a la pretensión de socialistas y populares manchegos de ponerle fecha de caducidad al acueducto en 2015 en su nuevo Estatuto de Autonomía.
Al margen de las negociaciones multipartidarias en el Congreso, en Toledo, en Murcia, en Valencia, en Mérida, e incluso en Sevilla, entre socialistas y populares, que tienen posturas enfrentadas por razones geográficas, sobre la redacción final de esa Carta Magna regional, el secretario de los socialistas murcianos ha metido la pata “hasta el corvejón” dando oficialidad a una conversación cuanto menos privada con el secretario de Estado de Agua, Josep Puxeu.
Saura aseguró que Puxeu le había comunicado que el posible nuevo trasvase desde el Tajo Medio (Extremadura) al Segura estaba siendo estudiado por el Ministerio de Medio Ambiente. La ministra Elena Espinosa saltó inmediatamente y negó ese estudio. Saura se reafirmó en su información. La confusión quedó servida a escasas 48 horas de la concentración del SCRATS en Murcia.
Indudablemente, la única de las posturas que no llama a engaño en este espinoso asunto de los trasvases de agua es la del SCRATS: quieren que siga el Tajo-Segura –“sin él, la agricultura se muere”–, a pesar de que la cabecera manchega del río malamente puede hacer frente a las demandas que fija la ley y se niegan a que sea sustituido por futuro Tajo-Medio-Segura, desde el embalse de Valdecañas
La oportunidad no está del lado ni de unos ni de otros, pues si bien estamos desde octubre en un año hídrico (2008/2009) que promete mucho, eso mismo hace aumentar las reservas embalsadas.
Jugando a la confusión
Las posturas partidarias adolecen de oportunismo y de confusionismo. Y el PSOE se lleva la palma, gracias a la última intervención del murciano Saura, a su tibieza anterior y al giro socialista de 180 grados experimentado desde la salida de Narbona del Gobierno, con el objetivo no oficial de “recuperar electoralmente el Levante”, en manos populares.
Los actuales responsables del ministerio parecen tener una actitud vergonzante sobre el Plan AGUA (desaladoras, desalinizadoras, optimización y adecuación de oferta y demanda), alternativa que Narbona proponía como buena, apoyada por ecologistas y antitrasvasistas en general. El PP jalea el cese de Adrián Baltanás como si fuera el definitivo R.I.P. de aquel Plan.
El PP, no obstante, apoya la caducidad del Tajo-Segura, por medio de María Dolores de Cospedal en Castilla-La Mancha, la niega en Murcia y en Valencia –los presidentes Valcárcel y Camps– y tiene la única organización regional que se opone de entrada a tratar de un posible nuevo trasvase desde el Tajo Medio para el Sureste, en boca del jefe de filas popular en Extremadura, José Antonio Monago.
La situación geográfica y los réditos electorales mandan más en los partidos que las ganas de afrontar un problema de Estado, como es el del agua, en un país mediterráneo, es decir, seco, como es gran parte de España.
1 comentario:
Estos se manifiestan para seguir cosechando votos para la ultraderecha católica murciana y las multinacionales agrarias que explotan a los emigrantes. Que le den a cada manifestante un chalé de polari y una pelota de golfo Juassssss!!!!
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