MURCIA.- Las pérdidas económicas que acarrea la actual sequía para el regadío de la cuenca del Segura son inferiores a las del periodo 1994-95. Con menos agua en el sistema, la producción agrícola, el rendimiento productivo y la superficie regada han sufrido las consecuencias de la escasez, pero menos que antes.
Son la cifras ofrecidas por el presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura, José Salvador Fuentes Zorita, en la reunión de la Comisión Permanente de la Sequía, a la que pertenecen representantes políticos de cuatro comunidades autónomas, y recoge "La Verdad".
La Comisión tomó nota de que la cuenca ha sufrido el peor año hidrológico de su historia, con unas aportaciones superficiales que no han llegado a los 130 hectómetros. Con esta escasez, y debido a la gestión de la CHS, la pérdida de producción ha sido del 4,4%, frente al 15,8% de la anterior sequía. Asimismo, la superficie regada ha disminuido en un 2,3%, muy por debajo del 9,4% anterior. Mientras que el rendimiento productivo ha bajado un 2,3% frente al 7,1% del año 1995.
Para suministrar caudales al sistema, la Confederación y la Comisaría de Aguas han puesto en marcha la baterías de pozos de emergencia, cuyo sistema automatizado de telemando fue mostrado ayer a los miembros de la Comisión, que vieron una demostración en tiempo real por parte del comisario adjunto, Gonzalo Aragón.
La Comisión tomó la decisión de mantener las medidas severas de control sobre el consumo, ya que nada puede asegurar que el ciclo húmedo que ha dado comienzo este otoño se mantenga en los próximos meses. Octubre y noviembre han sido los meses más lluviosos de los últimos diez años, aunque los volúmenes recogidos no son para tirar cohetes.
Son la cifras ofrecidas por el presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura, José Salvador Fuentes Zorita, en la reunión de la Comisión Permanente de la Sequía, a la que pertenecen representantes políticos de cuatro comunidades autónomas, y recoge "La Verdad".
La Comisión tomó nota de que la cuenca ha sufrido el peor año hidrológico de su historia, con unas aportaciones superficiales que no han llegado a los 130 hectómetros. Con esta escasez, y debido a la gestión de la CHS, la pérdida de producción ha sido del 4,4%, frente al 15,8% de la anterior sequía. Asimismo, la superficie regada ha disminuido en un 2,3%, muy por debajo del 9,4% anterior. Mientras que el rendimiento productivo ha bajado un 2,3% frente al 7,1% del año 1995.
Para suministrar caudales al sistema, la Confederación y la Comisaría de Aguas han puesto en marcha la baterías de pozos de emergencia, cuyo sistema automatizado de telemando fue mostrado ayer a los miembros de la Comisión, que vieron una demostración en tiempo real por parte del comisario adjunto, Gonzalo Aragón.
La Comisión tomó la decisión de mantener las medidas severas de control sobre el consumo, ya que nada puede asegurar que el ciclo húmedo que ha dado comienzo este otoño se mantenga en los próximos meses. Octubre y noviembre han sido los meses más lluviosos de los últimos diez años, aunque los volúmenes recogidos no son para tirar cohetes.
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