MURCIA.- Recordar al galán que fue en su primera época, al magistral actor en el que se convirtió y a la persona "entrañable y universal" que fue Paco Rabal es el objetivo de la escultura que instalará mañana la Comunidad Autónoma en la murciana plaza de Santa Gertrudis -muy cerca del Teatro Romea- y en la que ha trabajado durante meses el escultor Mariano González Beltrán, según adelanta hoy "La Opinión".
Este proyecto llevaba años en el tintero y por fin se ha materializado en lo que se convertirá en un merecido homenaje al actor murciano, con cuya estatua, de unos dos metros de altura, se cruzarán a partir de mañana los numerosos murcianos que pasan a diario por la céntrica plaza.
Y verán a un Paco Rabal en todas sus facetas, porque González Beltrán ha querido unir en esta escultura al atractivo actor que trabajó a las órdenes de Buñuel o Visconti, entre una lista innumerable de directores, pero también al inolvidable Azarías de 'Los santos inocentes'.
"Mi principal preocupación era dignificar al personaje, por eso no podía basarme solo en el papel que le valió el premio al mejor actor de Cannes", explica González Beltrán. De ahí que haya querido que se recuerde al joven Paco Rabal (Águilas, 1926/Burdeos, 2001), pero incorporando a la 'Milana bonita' que le acompañó representando al personaje creado por Miguel Delibes.
Sin desvelar muchos más datos sobre esta escultura, González Beltrán asegura que fue gracias al embajador Fernando Mansito con el que dio con la fórmula para realizar esta obra.
"Me dijo que creara mi propio personaje a partir de todos los referentes y creo que he conseguido dar con la persona desenfadada y humana que él era, pero también con el gran actor que fue", explica el escultor, quien asegura que los murcianos encontrarán también a un Paco Rabal con las manos sobre el pecho, "porque también era un poeta, le gustaba mucho la poesía".
González Beltrán tuvo la suerte de coincidir con Paco Rabal en algunos actos y recuerda que era entrañable, "era una persona muy orgullosa de ser murciana y llevaba esa murcianía por todo el mundo". De ahí que, además del físico, el escultor haya querido también resaltar su humanidad.
"Yo nunca busco la ostentación -afirma el autor murciano-, sino la sencillez y el sentimiento del personaje, y en este caso ha resultado mucho más fácil".
Ahora serán los murcianos los que juzguen, lo que supone todo un orgullo para González Beltrán, ya que para él uno de los objetivos del artista es que su obra salga a la calle, "porque la hago con todo el cariño y para compartirlo con todos los espectadores".
(Escultura de Rabal en la Cuesta de Gos, Águilas, caserío minero donde nació)
1 comentario:
Todo eso está muy bien, pero qué necesidad tenemos los murcianos de gastarnos una pila de dinero en esta escultura ahora, con la que nos está callendo?.
No se pero me parece que no es el momento de pagar por esculturas a nadie.
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