MADRID.- Un viaje submarino a través de la historia de España. Le proponemos ir hasta Cartagena para sumergirse en el flamante Museo Nacional de Arqueología Subacuática y descubrir los tesoros rescatados del fondo del mar. La entidad propone un recorrido por el legado arqueológico extraído de las profundidades marinas, según recomienda "Abc".
El punto álgido de la travesía llega cuando se divisan los restos del Mazarrón I, un pecio fenicio de hace casi tres mil años, que se encuentran en el interior de una impresionante reproducción del navío.
Otras piezas estrella son un conjunto de colmillos de elefantes rescatados de un barco fenicio que atestiguan la llegada de marfil a la costa mediterránea entre los siglos VII y VI a. C.; la Mano Sabazia, una pieza de bronce del siglo I d.C. que contiene un relieve del dios Sabazios; un nutrido grupo de ánforas de varias épocas, y un ataifor con representación de nave y ancla de un navío español.
Las nuevas tecnologías resaltan aún más si cabe estas piezas. Las pantallas de cristal líquido superan las doscientas en todo el edificio, además de recursos interactivos, producciones aududiovisuales y cuidadas escenografías.
Las nuevas tecnologías resaltan aún más si cabe estas piezas. Las pantallas de cristal líquido superan las doscientas en todo el edificio, además de recursos interactivos, producciones aududiovisuales y cuidadas escenografías.
Arqua no es la única novedad museística. La ciudad también abrió el pasado verano las puertas del nuevo museo del Teatro Romano. Diseñado por Rafael Moneo, el edificio muestra los frutos de años de excavaciones en el Teatro y, además, permite conducir a los visitantes desde la Plaza del Ayuntamiento hasta el interior del monumento, a través de un corredor arqueológico subterráneo.
Otra parada obligatoria es el Fuerte de Navidad, santo y seña de la relevancia militar de Cartagena a lo largo de la historia. Situado estratégicamente en la bahía, fue construido a mediados del siglo XIX a pie de mar con el fin de vigilar la bocana del puerto.
Otra buena zona de paseo nos la ofrece el antiguo emplazamiento de las Puertas de San José, el principal acceso a la ciudad histórica a través de la muralla de Carlos III.
Dos de las cinco bóvedas han sido rehabilitadas, junto con la muralla, y convertidas en centro de interpretación turística. La majestuosidad del pasado de la ciudad queda patente con sólo echar un vistazo a la hermosa fachada del Palacio Consistorial, de estilo modernista.
Arqua: la hora de Cartagena
La inauguración el pasado miércoles del Museo Nacional de Arqueología Subacuatica (ARQUA en sus siglas) por parte de la Infanta Cristina y del Ministro de Cultura, es un hecho importante por lo mucho que ese museo puede significar para Cartagena, se escribe en "La Verdad".
En primer lugar, el hecho de que en la Región de Murcia se ubique uno de los grandes museos nacionales es un hecho que debe destacarse. Puesto que un museo moderno es hoy mucho más que un depósito de bienes y objetos, antes bien pude ser un dinamizador de una ciudad y el punto de referencia de una cultura.
Por poner un ejemplo. Si no existiese Arqua en Cartagena con seguridad no se celebrarían allí las XII Jornadas de Museología de la Asociación de Museólogos de España que se van a celebrar a partir del 11 de diciembre en Arqua. Tal ejemplo significa que Cartagena entrará en el circuito de Centros Museísticos con relieve nacional y será por tanto un referente también en el mundo científico del arte como lo es ya de la arqueología.
Otra buena zona de paseo nos la ofrece el antiguo emplazamiento de las Puertas de San José, el principal acceso a la ciudad histórica a través de la muralla de Carlos III.
Dos de las cinco bóvedas han sido rehabilitadas, junto con la muralla, y convertidas en centro de interpretación turística. La majestuosidad del pasado de la ciudad queda patente con sólo echar un vistazo a la hermosa fachada del Palacio Consistorial, de estilo modernista.
Arqua: la hora de Cartagena
La inauguración el pasado miércoles del Museo Nacional de Arqueología Subacuatica (ARQUA en sus siglas) por parte de la Infanta Cristina y del Ministro de Cultura, es un hecho importante por lo mucho que ese museo puede significar para Cartagena, se escribe en "La Verdad".
En primer lugar, el hecho de que en la Región de Murcia se ubique uno de los grandes museos nacionales es un hecho que debe destacarse. Puesto que un museo moderno es hoy mucho más que un depósito de bienes y objetos, antes bien pude ser un dinamizador de una ciudad y el punto de referencia de una cultura.
Por poner un ejemplo. Si no existiese Arqua en Cartagena con seguridad no se celebrarían allí las XII Jornadas de Museología de la Asociación de Museólogos de España que se van a celebrar a partir del 11 de diciembre en Arqua. Tal ejemplo significa que Cartagena entrará en el circuito de Centros Museísticos con relieve nacional y será por tanto un referente también en el mundo científico del arte como lo es ya de la arqueología.
A nadie escapa por otra parte que ese centro puede ser un dinamizador de la investigación arqueológica subacuática, que es un territorio nuevo todavía por explotar científicamente. Basta recordar la desdichada aventura que hemos vivido con la empresa Odissey, y el expolio de la riqueza enterrada en los mares españoles. Al menos ese hecho ha servido para que descubramos que hay una responsabilidad cultural e histórica para con el Patrimonio sumergido en la arena.
No cabe duda de que si se trataba de unir arqueología y mar, que tal cosa es Arqua, Cartagena era el lugar privilegiado, por la historia de civilizaciones varias (fenicias, púnicas, romanas) y porque Cartagena ha sido el puerto más importante que históricamente ha tenido la Península durante siglos.
No hace mucho se recordó en estas paginas el soneto que Francisco de Quevedo dedicó a Cartagena, porque aquí embarcó para Sicilia. De aquí salieron los moriscos expulsados de Ricote, de aquí partió Alfonso XIII hacia su exilio una vez se instauró la II República. Cartagena ha sido y es Capitanía de Zona Marítima y por fortuna ha permanecido en ella Navantia, heredera de la antigua Bazan, constructora de barcos.
No hace mucho se recordó en estas paginas el soneto que Francisco de Quevedo dedicó a Cartagena, porque aquí embarcó para Sicilia. De aquí salieron los moriscos expulsados de Ricote, de aquí partió Alfonso XIII hacia su exilio una vez se instauró la II República. Cartagena ha sido y es Capitanía de Zona Marítima y por fortuna ha permanecido en ella Navantia, heredera de la antigua Bazan, constructora de barcos.
Pero se trata de glosar un fenómeno como es el del Museo Nacional recién inaugurado, del que me gustaría destacar tres vertientes que considero claves:
1.-La primera es el continente. No siempre hemos tenido suerte en la Región con la arquitectura. Cartagena sí, tanto por el edifico muy próximo de acceso al Teatro Romano, realizado pro Rafael Moneo, como ahora con este edificio de Guillermo Vazquez Consuegra, un arquitecto que fue Premio Nacional de Arquitectura y que ha hecho una obra esplendida como edificio que merce vistarse por sólo él.
Su concesión de dos volúmenes separados pro una rampa de acceso que obliga al visitante a sumergirse bajo el mar es ya un acierto. Lo es la facilidad de acceso, la luminosidad de los espacios. Y la claridad de líneas de esos dos volúmenes que miran al mar, en pleno muelle de Cartagena.
Su concesión de dos volúmenes separados pro una rampa de acceso que obliga al visitante a sumergirse bajo el mar es ya un acierto. Lo es la facilidad de acceso, la luminosidad de los espacios. Y la claridad de líneas de esos dos volúmenes que miran al mar, en pleno muelle de Cartagena.
2.-Puesto que se ha citado el Teatro Romano de Cartagena y el edificio de Moneo que le da acceso y alberga su Museo, vengo a otra dimensión de Arqua: comparte una zona privilegiada para el turismo cultural, que puede mostrar un ejemplo de edificios terrestres, como el muy bien conservado Teatro, y muestras de lo que es la Arqueología submarina.
Si Cartagena se decidiera por fin a poner en marcha sus castillos atalayas como visitables, tendríamos que en un perímetro de un par de kilómetros se concentra una de las áreas urbanas de mayor riqueza monumental arqueológica de España y de Europa. Esto habría de promocionarse, porque serviría como elemento turístico de primer orden. Creo que está llegando la hora de Cartagena. Y curiosamente le va a venir por donde menos se lo esperaba: por su pasado, que será la puerta quizá de su futuro como enclave cultural.
Si Cartagena se decidiera por fin a poner en marcha sus castillos atalayas como visitables, tendríamos que en un perímetro de un par de kilómetros se concentra una de las áreas urbanas de mayor riqueza monumental arqueológica de España y de Europa. Esto habría de promocionarse, porque serviría como elemento turístico de primer orden. Creo que está llegando la hora de Cartagena. Y curiosamente le va a venir por donde menos se lo esperaba: por su pasado, que será la puerta quizá de su futuro como enclave cultural.
3.-Y conviene una tercera reflexión de aficionado. Creo que convendría rediseñar parcialmente esa zona. Entre Arqua, el Auditorio que se construye al lado, y la Muralla del siglo XVIII, que es una joya, medían unas edificaciones de Sanidad del Mar y una clínica militar, en total cuatro edificios muy mediocres, que dificultan la percepción de esa riqueza y no permiten ver el notable conjunto que forma la Muralla y la Universidad Politécnica asentada en un edifico del siglo XVIII (antiguo Hospital de Marina) que merece verse exento desde el muelle, sin esas construcciones que lo dificultan.
Me imagino que nos era tan difícil acometer un diseño de la zona y ua permuta con Marina, que suponga una apuesta por convertir esos dos kilómetros de muelle y hasta el Teatro Romano, en una zona privilegiada para el turismo cultural, que falla menos que el de La Manga.
Cartagena y el conjunto de Murcia deberíamos apostar por ese futuro de manera valiente.
Me imagino que nos era tan difícil acometer un diseño de la zona y ua permuta con Marina, que suponga una apuesta por convertir esos dos kilómetros de muelle y hasta el Teatro Romano, en una zona privilegiada para el turismo cultural, que falla menos que el de La Manga.
Cartagena y el conjunto de Murcia deberíamos apostar por ese futuro de manera valiente.
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