Concretamente, la OCU se ha dirigido a Secretaría de Estado de Economía y al Banco de España solicitando que las entidades se comprometan de antemano a acatar las resoluciones de la futura Comisión Nacional de Servicios Financieros (CNSF) cuando resuelva reclamaciones planteadas por los consumidores.
La OCU cree posible reforzar la protección de los usuarios y la autoridad de los supervisores aprovechando la reforma del sistema de supervisión que dará lugar a la CNSF, que asumirá funciones del Banco de España y de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y será la encargada de supervisar la conducta de bancos, cajas, aseguradoras, sociedades de valores y gestoras de planes.
Según la OCU, son muchos motivos los que pueden dar lugar a una reclamación por un mal servicio financiero y, en general, los consumidores "no están muy satisfechos con la forma en que las reclamaciones se resuelven".
"Lo cierto es que es bastante común que un consumidor tenga problemas con las entidades financieras", dice la organización, que recomienda llegar a una solución amistosa con la propia entidad, reclamar siempre por escrito y agotar todos los pasos previos antes de plantearse acudir a la vía judicial.
Si el usuario no llega a un acuerdo con la entidad, debe dirigirse al servicio de atención al cliente o al defensor del cliente de la entidad, cuyas decisiones son vinculantes para ella, "aunque no siempre tan imparciales como sería de esperar", dice la OCU.
En caso de que no resuelvan su problema, deberá llevar su queja al Servicio de Reclamaciones del Banco de España, a la Oficina de Atención al Inversor de la Comisión Nacional del Mercado de Valores o al Servicio de Reclamaciones de la Dirección General de Seguros.
Las cuentas y tarjetas son los productos que más quejas motivan, sobre todo por problemas con cargos, comisiones o liquidaciones de intereses, mientras que productos de inversión tales como fondos, acciones o seguros de ahorro generan menos reclamaciones.
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