En España no se ha producido ninguna noticia similar -hasta la fecha- porque nuestras entidades financieras no tuvieron la necesidad de cometer más excentricidades de las debidas para rentabilizar la enorme masa de liquidez que hemos vivido estos años. En España hemos dispuesto de nuestro propio casino, que ha sido un sector inmobiliario con una expansión salvaje.
El problema es que, si bien los bancos españoles no tienen hipotecas basura, tienen demasiadas, y soportan una rampante morosidad. También han concedido demasiados créditos y, dada la crisis mundial de liquidez, tienen notables dificultades para refinanciar los vencimientos. Este es un escenario terrorífico, pues tiene consecuencias evidentes en la economía más plausible y real.
Los bancos han decidido cerrar el grifo, no conceden préstamos, con independencia de la solvencia de los que los soliciten o de la imbatible seducción de los proyectos que se presenten.Sencillamente, no hay dinero para nadie, por muy guapo que sea, y cuando no hay financiación, el sistema económico se colapsa: se produce una gran depresión y una parte importante del tejido productivo desaparece de un plumazo.
Por eso, aunque la banca española es relativamente sólida, y está implicada en menos tonterías que el resto, sería un milagro que la crisis no le afectara.
* Miguel A. Belloso es director de "Actualidad Económica"
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