Este estudio, que editó recientemente la Consejería, recoge el trabajo de evaluación agronómica y comercial del nuevo material vegetal que aparece en el mercado, así como diversas técnicas de cultivo, marcos de plantación, control integrado y ciclos de cultivo, entre otros aspectos.
La finalidad de dicho estudio, que se desarrolló durante los tres últimos años en el Centro de Demostración y Transferencia Tecnológica 'El Mirador', fue valorar los cultivos de coliflor y romanesco, tipo mini, ofertados por las distintas casas comerciales y seleccionar aquellos que agrupen la recolección en el menor tiempo y a la vez su ciclo de cultivo sea lo más corto posible.
"Todo ello complementado con los parámetros de calidad idóneos para su comercialización, y trata de conocer la densidad de plantación más adecuada, en las fechas tradicionales de trasplante en la zona del campo de Cartagena", señaló el Ejecutivo regional.
Según la dirección general de Modernización de Explotaciones y Capacitación Agraria, el cultivo de la coliflor "ha irrumpido con fuerza y ha entrado ya en la rotación de cultivos, dentro de la campaña hortícola de otoño-invierno".
En este sentido, apuntó que "su buena adaptabilidad a la zona, su escasa sensibilidad al virus del bronceado, la diversidad de la demanda para fresco, congelados y cuarta gama, así como la posibilidad de ofertar un producto de calidad en fechas en las que el clima de otras zonas no lo permite, hacen que este cultivo tenga buenas perspectivas de futuro".
Luego añade que el "profundo cambio" experimentado en este cultivo fue posible "gracias a la aparición de nuevas variedades híbridas que han resuelto el problema de los ciclos de cultivo en diversas condiciones climáticas, lo que permitió a nuestras empresas comercializar el producto durante el período de noviembre a marzo, con la calidad que actualmente demanda el mercado europeo".
El Gobierno regional señala que la introducción del cultivo del bróculi en la Región, a mediados de los años 80, supuso "una fuerte competencia para la coliflor", que provocó el paso de 373 hectáreas de dedicados a ésta última, mientras que, en la actualidad, la superficie supera las 1.200 hectáreas, lo que representa un incremento superior al 200%.
En este sentido matiza que, en el aspecto varietal, "hemos pasado en pocos años de producir nuestra variedad autóctona 'Pava murciana' y otras similares, que se recolectaban con tres kilos de peso y presentaban problemas de amarillamiento por falta de cubrición de la pella, a los actuales cultivares cuyas hojas envuelven toda la inflorescencia".
Asimismo, añade que la evolución de las sociedades desarrolladas "tiende a reducir el número de miembros por familia, lo cual genera nuevos hábitos de consumo y plantea la necesidad de cambios en la oferta de frutas y hortalizas".
Al respecto, señala que "coliflores como la variedad mini se comercializan en bandejas de dos unidades con un peso aproximado de 200 gramos y se adaptan mejor a esta nueva situación de la demanda del mercado".
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