La Oficina de Estadísticas Nacionales dijo que el Producto Interior Bruto (PIB) se mantuvo sin cambios, a nivel trimestral, en el período de tres meses hasta junio.
Esto representó un descenso desde una estimación preliminar que había previsto un crecimiento del 0,2 por ciento. También estuvo debajo de las proyecciones de los analistas, de una revisión a un crecimiento de 0,1 por ciento.
Fue el resultado más débil desde el segundo trimestre de 1992, cuando la economía atravesaba su última recesión.
En el año, el PIB aumentó un 1,4 por ciento, revisado a la baja desde una lectura inicial del 1,6 por ciento, y el más flojo desde el cuarto trimestre de 1992.
La libra esterlina y el índice FTSE de la Bolsa de Londres bajaron tras el dato, que reforzó las expectativas de que el Banco de Inglaterra debería bajar sus tipos de interés para evitar una desaceleración profunda y larga.
"Esto pone firmemente en la agenda un recorte de tipos aunque difícilmente se produzca hasta que hayamos visto el techo de la inflación", dijo Brian Hillard, economista de Société Générale.
El Banco de Inglaterra ya da por hecho que la economía se estancará también el año próximo y ha dicho que el crecimiento debe moderarse para contener la inflación, que se sitúa al doble de la meta del 2 por ciento del banco central, y se cree que todavía podría subir aún más.
Los datos del viernes probablemente aumenten las críticas contra la gestión de la economía del primer ministro Gordon Brown, que ya no podrá afirmar que la economía ha crecido constantemente desde que el Gobierno laborista llegó al poder en 1997.
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