CARTAGENA.- Disfrutar del verano, sí, pero con mesura. Ese debe ser el lema de buena parte de los veraneantes en el litoral cartagenero, a juzgar por las cajas que se registran en los bares y restaurantes de la zona, según revela "La Opinión".
Y es que, a falta de perfilar los números con detalle y a pesar de que no se ha alcanzado el ecuador del verano, los hosteleros de la costa calculan que su facturación se ha reducido hasta en un cincuenta por ciento, aseguró el portavoz de Hostecar, Antonio Aznar.
El empresario asegura que la crisis se está notando incluso más de lo que se imaginaban. Se ha notado un descenso de clientes y, sobre todo, que se gastan mucho menos que en años anteriores.
"Cuando el año pasado trataban de conseguir sitio en una terraza de La Manga o Mazarrón un fin de semana, tenías que hacer cola y esperar bastante tiempo, pero este año consigues sentarte enseguida", resaltó.
Además, Antonio Aznar destacó que lo que más han notado los establecimientos de hostelería es que la gente quiere seguir disfrutando del placer de sentarse en una terraza a refrescarse, pero que consumen mucho menos, de modo que ha bajado de forma espectacular el gasto medio por persona.
"La gente se conforma con una caña o un refresco y un montadito, pero no pasa de ahí para no gastarse más dinero. Ahora, una mesa de cuatro personas puede gastarse unos 28 euros, mientras que el año pasado esa era la cantidad que consumía una pareja", resaltó el portavoz de los hosteleros.
De hecho, cabe recordar que los empresarios de hostelería han contratado en torno a mil cocineros y camareros menos que el año pasado para trabajar en sus establecimientos de la playas, debido a la crisis económica.
Asimismo, el portavoz del colectivo indicó que esta situación supone un auténtico revés para estos empresarios, que ponen buena parte de sus esperanzas en la época estival, ya que es cuando obtienen más ingresos y eso es lo que les permite afrontar todo el año.
Además, Aznar sostiene que no sólo los hosteleros de las playas son víctimas de la mala situación económica. También los establecimientos de la ciudad están notando tanto la reducción de los clientes como el hecho de que los acuden a los locales escatiman mucho más que antes lo que se gastan.
El representante del sector confía en que esta situación se resuelva lo antes posible para que los hosteleros puedan mantener abiertos sus negocios y complementar a oferta turística de la comarca.
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