GINEBRA.- Expertos en seguridad alimenticia han llegado a un acuerdo inédito sobre las cualidades que definen distintos tipos de tomate, lo que significa un primer paso hacia la conformación de un código internacional para prevenir la contaminación de frutas y vegetales.
Los tomates actualmente son el foco de una investigación llevada a cabo por los responsables de salud de Estados Unidos, quienes están buscando la fuente de un brote de salmonela que enfermó a 922 personas en al menos 40 estados de ese país.
El científico de la Organización Mundial de la Salud (OMS) Peter Ben Embarek dijo que la clasificación de los tomates según su tamaño, forma, color, firmeza y defectos, y a partir de reglas sobre el etiquetado, facilitaría el comercio y terminaría haciendo más fácil a los reguladores el trabajo de imponer patrones de seguridad.
"Ahora está más claro para todos lo que es un tomate Clase 1, por ejemplo, y lo que se puede esperar al comprar un tomate Clase 1", dijo Embarek al finalizar una reunión de una semana de duración de la Comisión del Codex Alimentarius, un organismo especializado en seguridad de los alimentos.
"Es parte de un esfuerzo del Codex para mejorar la calidad y la seguridad de las frutas y los vegetales", dijo el experto, quien agregó que las autoridades tienen previsto concentrarse luego en los vegetales de hojas verdes y los melones.
Dentro de unos pocos años se tendrán patrones de seguridad para todos estos productos y se podrá saber de dónde proviene la contaminación, señaló Embarek, quien describió los riesgos que implica el suelo, el agua y los animales salvajes y que pueden generar problemas de salud entre los consumidores.
El Codex Alimentarius, o código alimentario, es una entidad conjunta de la OMS y la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO por su sigla en inglés) que es una referencia global para los consumidores, productores, procesadores, agencias de control y comerciantes internacionales de alimentos.
Sus estándares son los puntos de referencia que toma la Organización Mundial del Comercio (OMC) para revisar la adherencia de los países a los acuerdos de comercio internacional en lo que respecta a seguridad y salubridad alimentaria.
Los 124 países que participaron en el encuentro de esta semana en Ginebra también acordaron nuevos patrones sobre la recolección, el procesamiento y el transporte de las ostras y otros moluscos, incluidos los niveles permitidos de toxinas y cómo evaluarlos.
"Se trata de una serie completa de recomendaciones que confirmarán la seguridad y calidad de los moluscos vivos. Esto nos permite producir estos animales usando un proceso más seguro del que teníamos en el pasado", manifestó Embarek.
El experto remarcó que las mejores prácticas deberían ayudar a evitar que las personas se enfermen por comer marisco.
Algunos temas específicos, como el nivel de cloro que puede permitirse en el agua usada para limpiar a los animales, fueron derivados a un subcomité del Codex para que lo revise antes de que se llegue a un acuerdo formal, señaló el experto de la OMS.
A comienzos de esta semana, la reunión del Codex arrojó una serie de estándares sobre higiene en la preparación de fórmula para bebés y estableció máximos permitidos de toxinas naturales en los frutos secos, además de especificar cuándo un alimento puede decir que es libre de gluten.
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