MADRID.- La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, apuesta por la creación de una Organización Mundial del Medio Ambiente "similar a la Organización Mundial del Comercio" que aúne los esfuerzos de todos los países en la lucha contra la desertificación, el cambio climático y la reducción de la biodiversidad, tome decisiones vinculantes y cuente con mecanismos sancionadores que hagan cumplir los acuerdos.
"Estamos tratando de impulsar una reorientación de la política medioambiental en la ONU, donde hay muchos programas y agencias pero que necesitan ir hacia algo como la Organización Mundial del Medio Ambiente que coordine actividades", manifestó la ministra en una rueda de prensa celebrada en el marco de la VIII Conferencia de las Partes de la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (COP8).
Acompañada de los secretarios ejecutivos de las convenciones de lucha contra la Desertificación, Luc Gnacadja; para la Diversidad Biológica, Ahmed Djoghlaf, y contra el Cambio Climático, Yvo de Boer, quienes se han reunido por primera vez ante la prensa para hablar de medio ambiente, Narbona reveló que estos días en Madrid la ONU ha estado trabajando para impulsar este proyecto de organización, presentado por primera vez hace diez años en París por el entonces presidente francés, Jacques Chirac, y que cuenta con el respaldo de España y del Secretariado General de Naciones Unidas.
La titular de Medio Ambiente asegura que esta iniciativa, que no verá la luz tras la clausura el viernes de la Conferencia de Madrid sino quizá más adelante, aunaría los esfuerzos de los países en Desertificación, Biodiversidad y Cambio Climático consiguiendo "optimizar instrumentos" y dotar a esta lucha de un mecanismo de toma de decisiones vinculantes, posibilidad de sancionar a quienes incumplan compromisos, financiación suficiente para proyectos conjuntos y metas "cuantificables".
"Si no hay acuerdos vinculantes, con metas cuantificables y financiación suficiente no obtendremos los resultados necesarios y urgentes. Sin decisiones vinculantes nos será difícil avanzar", advirtió Narbona, quien asegura que la Desertificación es el proceso al que menos fondos se dedica en la tarea de conservar el medio ambiente respecto al cambio climático o la defensa de la biodiversidad, que son por este orden los que cuentan con más instrumentos para avanzar.
Según destacó el secretario ejecutivo de la Convención para la Diversidad Biológica, el hecho de que los tres responsables de estos procesos hayan asistido a la Conferencia de Madrid y hayan comparecido juntos ante la prensa es una buena señal de su voluntad de unir esfuerzos y "colaborar todos" para superar "los retos del Medio Ambiente", sobre los que debatirán la próxima semana los cerca de 100 jefes de Estado y de Gobierno que se espera acudan a la Cumbre de Jefes de Estado sobre el Cambio Climático.
El responsable de Biodiversidad recordó que el cambio climático es "un problema político, económico, de seguridad y por su puesto, medioambiental en todo el mundo" que además "agrava la pobreza" y afecta "a los más vulnerables del planeta, que son las pequeñas islas y los países del continente africano, quienes además "han contribuido menos" a esta situación de degradación del ecosistema en la que estamos, apuntó Djoghlaf, recordando que el 30% de las emisiones de CO2 del planeta son absorbidas por los océanos, las zonas húmedas y los bosques sobre todo tropicales, de los que cada año desaparecen 30 millones de hectáreas por mal uso y abuso de la tala.
Sobre la deforestación habló también el secretario ejecutivo de la Convención contra el Cambio Climático, quien destacó que el avance de la desertificación empeora las consecuencias del efecto invernadero, que sigue su marcha a pesar de que los gobiernos apuesten por políticas agresivas para frenarlo, por lo que su grupo trabaja para aleccionar a los países sobre "cómo adaptarse" a la nueva situación, almacenando agua potable, activando mecanismos de defensa contra los desastres naturales o buscando fuentes alternativas a la madera para cocinar o calentarse.
Respecto a los trabajos en Madrid, Boer informó de que ayer mantuvo una reunión con los representantes del mecanismo mundial y fijaron cuatro directrices de la Estrategia de la Convención de Desertificación para la próxima década: formar a los países africanos para acceder a los fondos e iniciativas del mecanismo de desarrollo limpio, que cuenta con más de 30.000 millones de dólares para sus actividades; trabajar en la reforestación; en la búsqueda de más fuentes de energía renovable alternativas a la madera y promover que la Convención actúe de "puente" con potenciales donantes, como el Banco Mundial (BM) o el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Para el nuevo secretario contra la Desertificación, nombrado en la reunión de Madrid, estas medidas a incluir en la Estrategia, que aún no ha sido aprobada pero se espera vea la luz antes del próximo lunes, pueden ser un apoyo importante para África, que hasta el momento por "falta de información" no ha podido acceder al mecanismo de desarrollo limpio. Afirmó que la colaboración entre convenciones será la clave del éxito y que esta voluntad de "sinergia" en la defensa del ecosistema será incluida en la declaración final.- (Agencias)
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