MURCIA.- Los promotores murcianos de viviendas dicen ven peligrar aquí cientos de empleos en la Construcción y empresas ligadas al sector inmobiliario ante el parón en la gestión del suelo que se ha producido en los ayuntamientos y en la Comunidad Autónoma por la entrada en vigor de una nueva legislación mucho más exigente, y garantista para el comprador.
El presidente de la Asociación de Promotores, José López Rejas, reconoce hoy en "La Opinión" que la entrada en vigor de nuevas normas legales y el temor que ha cundido entre los funcionarios y altos cargos encargados de autorizar los planes parciales como consecuencia de los escándalos urbanísticos, ha producido un frenazo en la tramitación burocrática de las licencias.
El presidente de los promotores (a la derecha en esta foto de archivo) advierte de que están paralizados la mayor parte de los planes parciales presentados en el último año, "desde que empezaron a producirse denuncias por corrupción urbanística". A su juicio, no es que los técnicos y los altos cargos miren los proyectos con lupa, el problema es que "hay mucho miedo. Tienen miedo a equivocarse porque las leyes son interpretativas".
Según sus previsiones, los planes que la Administración murciana tiene en suspenso suman unas 100.000 viviendas. Si no se desbloquea su tramitación, calcula que puede perderse la cuarta parte de los puestos de trabajo directos e indirectos que genera la Construcción.
López Rejas reconoce que la entrada en vigor de nuevas disposiciones, "como la trasposición de la normativa europea que obliga a realizar una evaluación del impacto ambiental de los proyectos urbanísticos, la nueva Ley de Suelo estatal, el Código Técnico de la Edificación, que impone nuevos requisitos para conseguir un mayor aprovechamiento energético, y los estudios de impacto territorial, obligan a adjuntar un montón de informes cada vez que se presenta un proyecto".
El presidente de la Asociación de Promotores, José López Rejas, reconoce hoy en "La Opinión" que la entrada en vigor de nuevas normas legales y el temor que ha cundido entre los funcionarios y altos cargos encargados de autorizar los planes parciales como consecuencia de los escándalos urbanísticos, ha producido un frenazo en la tramitación burocrática de las licencias.
El presidente de los promotores (a la derecha en esta foto de archivo) advierte de que están paralizados la mayor parte de los planes parciales presentados en el último año, "desde que empezaron a producirse denuncias por corrupción urbanística". A su juicio, no es que los técnicos y los altos cargos miren los proyectos con lupa, el problema es que "hay mucho miedo. Tienen miedo a equivocarse porque las leyes son interpretativas".
Según sus previsiones, los planes que la Administración murciana tiene en suspenso suman unas 100.000 viviendas. Si no se desbloquea su tramitación, calcula que puede perderse la cuarta parte de los puestos de trabajo directos e indirectos que genera la Construcción.
López Rejas reconoce que la entrada en vigor de nuevas disposiciones, "como la trasposición de la normativa europea que obliga a realizar una evaluación del impacto ambiental de los proyectos urbanísticos, la nueva Ley de Suelo estatal, el Código Técnico de la Edificación, que impone nuevos requisitos para conseguir un mayor aprovechamiento energético, y los estudios de impacto territorial, obligan a adjuntar un montón de informes cada vez que se presenta un proyecto".
2 comentarios:
Es decir, que para este señor la legislación que garantizaría el control de la legalidad y la seguridad para los usuarios resulta un estorbo. Y saca el espantajo del paro para amenazar, según dicta su estilo de dictadorzuelo. Ya le llegará el turno.
El barrio del Espíritu Santo de Espinardo (Murcia) mantiene el aspecto de un año atrás, cuando fue visitado por 20 minutos (Lara Roda).
* El Ayuntamiento de Murcia prometió dar viviendas sociales en 2007 y los vecinos no saben nada.
* Hay carreras de ‘quads’, hogueras, peleas de gallos...
Las cosas van a peor desde que 20 minutos visitó el Espíritu Santo hace ya año y medio. Los 3.000 vecinos que residen en el barrio de la pedanía murciana de Espinardo siguen conviviendo con ratas, hogueras en medio de la calle, venta de drogas al menudeo y peleas de gallos en la puerta de la iglesia.
Hace dos años, el Ayuntamiento de Murcia prometió entregar a los vecinos más de 30 viviendas sociales en 2007 y todavía no se han aprobado en Junta de Gobierno.
"Chavales del barrio se pasean en quads por las noches, sin cascos y a gran velocidad", explica Luis Gómez, presidente de la Asociación de Vecinos de Espinardo. "Hasta el cura se ha ido a vivir a otra zona, hace tres meses, porque no podía aguantar", añade.
Eso sí, los vecinos reconocen que ha aumentado la vigilancia policial del barrio, que es un punto habitual de venta de droga. De hecho, desde enero del año pasado, un par de agentes controlan las entradas y salidas de la iglesia los sábados y los domigos porque los chavales lanzaban piedras a los fieles.
Hasta hay culebras
El barrio se degrada por momentos. "Los jardines están destrozados y, la semana pasad, hasta una culebra le mordió a un vecino", cuenta Luis Gómez.
Pero, además, en el complejo de 200 viviendas sociales, construidas en los años ciencuenta, unas 40 familias sobreviven como pueden en casas que están llenas de grietas y con humedad. «Algunas se han derribado y se han quedado como solares para jugar al fútbol», cuenta Fuensanta Ruiz, vecina del barrio.
"Quieren hacer como en La Paz"
El suelo del Espíritu Santo es de titularidad municipal y, aun así, nada se sabe de las intenciones del Ayuntamiento de Murcia. Los terrenos están pegados al parque temático de Terra Natura, que acaba de inaugurarse, y cerca del futuro centro comercial El Tiro. "Sospechamos que quieren pegar un pelotazo urbanístico, como en el barrio de La Paz. Están degradando al Espíritu Santo, sin hacer ninguna mejora, para justificar que venga un promotor y gane un montón de dinero", denuncia Luis Gómez, presidente de la Asociación de Vecinos de Espinardo.
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De "20 Minutos"
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