MADRID.- El presidente de CiU, Artur Mas, dijo en Madrid que la legislatura en España "está prácticamente agotada" y que "se vislumbra que va a haber más crispación todavía", por lo que apostó por un adelanto de las elecciones generales para el próximo otoño.
En una comparecencia informativa del Fórum Europa, Mas insistió en que la legislatura "tal como va, no da más de sí" porque "no va a haber capacidad de liderazgo ni capacidad de acción para poner encima de la mesa y resolver temas pendientes de la política española en distintos terrenos, algunos de ellos muy urgentes".
El líder de CiU denunció la "incapacidad" del PSOE y del PP para "llegar a acuerdos básicos en temas fundamentales" y consideró que, ante esta situación, "realmente convendría que alguien se planteara la necesidad de crear un gran partido de centro" en España.
En ese sentido, dijo que con la "polarización" de la política española "que deriva en una crispación tremenda, impropia de un país que en muchos términos está funcionando razonablemente bien", desde CiU se preguntan "¿dónde está en este momento el François Bayrou español?".
Mas recalcó que en Cataluña, ese espacio de centro lo ocupa la formación política que él preside, mientras que, en el resto de España "no existe".
Aseguró que desde CiU no pueden "pensar" en promover ese partido de centro, porque quedaría "fuera de su alcance" como "se demostró" en la "operación reformista" que encabezó Miquel Roca en 1986, aunque se podrían "plantear" colaborar con un partido "que surgiera en esos términos de centralidad y aceptara una concepción del Estado acorde" con su posición.
Además, el líder de CiU afirmó que esa propuesta de un partido de centro no debe partir de Cataluña porque, si fuera así, "no se entendería" en España, como ocurrió con la "operación reformista" sino que se tomaría por una "operación de desembarco" del nacionalismo catalán.
En cualquier caso, el presidente de CiU condicionó un futuro apoyo de su formación a la gobernabilidad del Estado al "grado de aceptación" de sus propuestas en tres ámbitos.
En primer lugar, la aplicación del Estatuto de Cataluña "intacto, íntegro, en toda su extensión y en toda su dimensión, así como del modelo de financiación "que lleva aparejado".
En segundo lugar, que se emprendan una serie de reformas económicas "de calado" que CiU considera imprescindibles porque "no se han hecho desde hace ocho años", y se adopten una serie de medidas en materia de inmigración, familia, natalidad y pensiones.
Por último, Mas exigió que, "si algún día se toca" la Constitución de 1978 y pese a que para esa reforma baste con el acuerdo del PSOE y del PP, ese acuerdo incluya "el compromiso firme de que no habrá una agresión constitucional" a "lo que representa" su partido.
Mas lanzó una advertencia adicional al PSOE, al que no citó expresamente, para un futuro acuerdo de gobernabilidad al afirmar que su partido "no es un muñeco de goma al que se le pueden dar mimos en Madrid y puntapiés en Cataluña".
El presidente de CiU avanzó que, después de las elecciones autonómicas y municipales del 27 de mayo, comenzará un "debate interno" en su formación política, en el que "todo el mundo tendrá que dar su propia opinión" para definir el grado de "implicación en la política española".
Entre los puntos positivos de la legislatura, Mas citó un cierre del ejercicio económico "realmente bueno" en el pasado año , y la aprobación de los estatutos de autonomía en otras comunidades autónomas, después de que Cataluña actuara de "avanzadilla".
Por contra, como aspectos negativos de la situación política, Mas se refirió al Gobierno tripartito de Cataluña que "sigue siendo una fórmula que no ha funcionado y difícilmente va a funcionar", y la "ruptura del proceso de paz" en el País Vasco que tiene "como responsable muy directo y único" a la organización terrorista ETA.
Mas consideró que esa ruptura está provocando una "profunda división" entre los partidos y la "sensación" de que ETA "está marcando la agenda política" que está "a merced" de que pueda realizar "un movimiento en un sentido no deseado".
Además, el presidente de CiU denunció el clima de crispación política y el "deterioro galopante de las grandes instituciones del Estado", entre las que citó al Consejo General del Poder Judicial, la Comisión Nacional del Mercado de Valores y el Tribunal Constitucional.
Mas consideró que las instituciones del Estado "se están desgarrando internamente" y dijo que "no debería ser así si hubiera capacidad de acuerdo y sentido de Estado" en los dos grandes partidos, PSOE y PP, y "no lo tienen". - (EFE)
El líder de CiU denunció la "incapacidad" del PSOE y del PP para "llegar a acuerdos básicos en temas fundamentales" y consideró que, ante esta situación, "realmente convendría que alguien se planteara la necesidad de crear un gran partido de centro" en España.
En ese sentido, dijo que con la "polarización" de la política española "que deriva en una crispación tremenda, impropia de un país que en muchos términos está funcionando razonablemente bien", desde CiU se preguntan "¿dónde está en este momento el François Bayrou español?".
Mas recalcó que en Cataluña, ese espacio de centro lo ocupa la formación política que él preside, mientras que, en el resto de España "no existe".
Aseguró que desde CiU no pueden "pensar" en promover ese partido de centro, porque quedaría "fuera de su alcance" como "se demostró" en la "operación reformista" que encabezó Miquel Roca en 1986, aunque se podrían "plantear" colaborar con un partido "que surgiera en esos términos de centralidad y aceptara una concepción del Estado acorde" con su posición.
Además, el líder de CiU afirmó que esa propuesta de un partido de centro no debe partir de Cataluña porque, si fuera así, "no se entendería" en España, como ocurrió con la "operación reformista" sino que se tomaría por una "operación de desembarco" del nacionalismo catalán.
En cualquier caso, el presidente de CiU condicionó un futuro apoyo de su formación a la gobernabilidad del Estado al "grado de aceptación" de sus propuestas en tres ámbitos.
En primer lugar, la aplicación del Estatuto de Cataluña "intacto, íntegro, en toda su extensión y en toda su dimensión, así como del modelo de financiación "que lleva aparejado".
En segundo lugar, que se emprendan una serie de reformas económicas "de calado" que CiU considera imprescindibles porque "no se han hecho desde hace ocho años", y se adopten una serie de medidas en materia de inmigración, familia, natalidad y pensiones.
Por último, Mas exigió que, "si algún día se toca" la Constitución de 1978 y pese a que para esa reforma baste con el acuerdo del PSOE y del PP, ese acuerdo incluya "el compromiso firme de que no habrá una agresión constitucional" a "lo que representa" su partido.
Mas lanzó una advertencia adicional al PSOE, al que no citó expresamente, para un futuro acuerdo de gobernabilidad al afirmar que su partido "no es un muñeco de goma al que se le pueden dar mimos en Madrid y puntapiés en Cataluña".
El presidente de CiU avanzó que, después de las elecciones autonómicas y municipales del 27 de mayo, comenzará un "debate interno" en su formación política, en el que "todo el mundo tendrá que dar su propia opinión" para definir el grado de "implicación en la política española".
Entre los puntos positivos de la legislatura, Mas citó un cierre del ejercicio económico "realmente bueno" en el pasado año , y la aprobación de los estatutos de autonomía en otras comunidades autónomas, después de que Cataluña actuara de "avanzadilla".
Por contra, como aspectos negativos de la situación política, Mas se refirió al Gobierno tripartito de Cataluña que "sigue siendo una fórmula que no ha funcionado y difícilmente va a funcionar", y la "ruptura del proceso de paz" en el País Vasco que tiene "como responsable muy directo y único" a la organización terrorista ETA.
Mas consideró que esa ruptura está provocando una "profunda división" entre los partidos y la "sensación" de que ETA "está marcando la agenda política" que está "a merced" de que pueda realizar "un movimiento en un sentido no deseado".
Además, el presidente de CiU denunció el clima de crispación política y el "deterioro galopante de las grandes instituciones del Estado", entre las que citó al Consejo General del Poder Judicial, la Comisión Nacional del Mercado de Valores y el Tribunal Constitucional.
Mas consideró que las instituciones del Estado "se están desgarrando internamente" y dijo que "no debería ser así si hubiera capacidad de acuerdo y sentido de Estado" en los dos grandes partidos, PSOE y PP, y "no lo tienen". - (EFE)
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