miércoles, 31 de enero de 2007

De Ramón denuncia a "La 7" por la censura previa de preguntas al presidente y candidato Valcárcel



El abogado murciano Diego de Ramón, presidente y fundador de la Unión Democrática de la Región de Murcia, UDeRM, ha dirigido un escrito a la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones, cuyo titular es el ingeniero lorquino Francisco Ros, en el que pide la apertura de oficio de un expediente sancionador contra "La 7", precisamente el tercer canal de la televisión pública en la Comunidad Autónóma murciana.

El motivo es que, según De Ramón, en el programa emitido el pasado miércoles, 24 de enero, bajo el título 'Debate Abierto' (donde una serie de ciudadanos, previamente seleccionados, supuestamente dirigían preguntas espontáneas al presidente y proclamado candidato del PP a la reelección, Ramón Luis Valcárcel Siso), hubo "censura previa" manifiesta y con testigos afectados, lo que presuntamente vulneraría varios preceptos legales vigentes, españoles y de la Unión Europea.

En primer lugar, el artículo 20.1 de la Constitución, que consagra las libertades de expresión e información. A tenor de las afirmaciones de algunas personas --invitadas en principio pero que finalmente no participaron--, de que las preguntas estaban preparadas y/o manipuladas, Diego de Ramón reproduce en su escrito una declaración de Félix Herrero, fiscal del Tribunal Supremo, en el que sostiene que la Constitución "proscribe la censura previa", y que la libertad de expresión "es uno de los más recios pilares" de la democracia española.

El citado programa de la televisión autonómica pública murciana, en cuestión, podría haber infringido también la Ley 34/2002, de 11 de julio, sobre Servicios de la Sociedad de la Información, así como la Directiva Comunitaria 2000/31.

Pero la cosa no queda ahí: Diego de Ramón cree, igualmente, que se han vulnerado el Convenio Europeo de los Derechos Humanos y la Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Todo ello sería motivo más que suficiente, señala De Ramón, para que la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones abra expediente sancionador al canal autonómico del gobierno murciano y a Juan Máiquez como su máximo responsable formal.

Para más problemas, la legendaria y antigua emisora italiana de televisión, "La 7", va iniciar en breve un procedimiento de amparo ante el tribunal europeo de marcas, precisamente con sede en la Audiencia Provincial de Alicante, ante la presunta apropiación indebida de su registrada marca por parte del gobierno autónomo murciano y hasta por, supuestamente, haberle plagiado el logotipo que aquí arriba se reproduce para comprobar el grosero parecido con el, presentado como muy original en su día, por los máximos rectores de la RTRM, con el sospechoso Juan Máiquez a la cabeza.

www.diariolinea.com y Noticias Económicas del Mediterráneo (NEM)

6 comentarios:

Anónimo dijo...

¿No deberíamos de darle más protagonismo a los censurados, al propio Consejo de la Juventud?

Anónimo dijo...

Joder con la creatividad de Ruiz Vivo. Primero, el Paraiso Natural, ahora, el logo italiano.
¿Para cuando algo original?.

Anónimo dijo...

¿Original?¿Creatividad?...

¡Anda ya!

Anónimo dijo...

Aquí los censurados hemos sido tod@s l@s ciudadan@s de esta Región. Tod@s y cada un@ de l@s que pagamos y sostenemos esta televisión "pública" (???). El CJRM lo que ha hecho ha sido destapar la "liebre", y manifestar su malestar ante un hecho lamentable como el que supone hacer un programa preparado y a pedir de boca del presidente Valcárcel.

Anónimo dijo...

LO DEL DEBATE AMAÑADO A VALCARCEL DEL OTRO DÍA EN LA 7, LEVANTA AMPOLLAS ENTRE LOS PROPIOS PROFESIONALES DE LA TELE AUTONÓMICA

El debate-comparecencia-pantomima de Valcárcel el otro día en su televisión es para alcanzar el cielo con las manos. ¿Para ese tipo de programas es para lo que han puesto en funcionamiento una televisión autonómica que nos va a costar a todos un riñón y parte del otro? Pero, ¿qué se han creído? ¿Qué los murcianos son tontos del bote? Pero, ¿qué broma es ésta, señores Ruiz Vivo y Máiquez? En cualquier lugar civilizado ya hubiera rodado alguna cabeza; aunque sólo sea por vergüenza torera. Si la tienen, claro. Pero, ¿qué es eso de amañar las preguntas, de hacer un falso directo a las cinco de la tarde para salir cuatro o cinco horas después cometiendo un fraude de ley a la audiencia a la que, por encima de todo, hay que respetar? ¿Y lo de los invitados? Gente que, con su mayor y mejor voluntad, cambia sus planes, viaja y se desplaza hasta llegar a ese pedazo de mole que han construido para lanzar a los cuatro vientos las consignas valcarcelianas, y luego se les deja sin participación, como si de inocentes niños a los que se priva de una golosina en un cumpleaños se tratara…

Más seriedad, señores míos. Hasta algunos destacados profesionales de esa casa -que los hay, sin duda, en la 7- han reconocido que les dieron ganas de esconderse debajo de la mesa ante espectáculos como el de la pasada semana. Eso sí, en privado, porque si lo hacen en público saben con quien se la juegan. Y el resto, todos a una, primero los mandamases, a rendir pleitesía al gran jefe y a su recadero mayor, una y mil veces.

Da asco comprobar el sentido de la información, de la libertad de expresión y del respecto que tienen estos gestores de lo ajeno. Su prepotencia, asusta, abruma. Tendríamos que haberlos visto dirigiendo algo cuando aún vivía el tío Paco. Por favor. Ni el gobernador civil y jefe provincial del Movimiento más cerril del antiguo régimen les hubiera llegado a la suela de sus lustrosos zapatos…

http://elconfidencialdemurcia.blogspirit.com

Anónimo dijo...

El debilitamiento de la opinión pública. El control de los medios de comunicación, que en lo audiovisual llega a su colmo, reforzado por la circunstancia de la participación pública en el proceso editor —en grave caso de competencia desleal— y convertidas las Administraciones —nacional, autonómica y local— en los primeros anunciantes y mejores clientes de los medios privados, hace que los mensajes se debiliten y desvirtúen con sus efectos consecuentes.

Manuel Martín Ferrand, en La Estrella Digital