Muchos de ellos llevaban desde antes de las 8.00 horas de la mañana -que es cuando se ha abierto el control de entrada para acceder a la Plaza San Pedro- esperando el inicio de la ceremonia y preparando este momento con la ayuda de los cantos y la lectura de documentos que se recogen algunos testimonios de los mártires que hoy han sido proclamados beatos.
Han acudido al evento al menos 30.000 fieles de toda España (bastantes de ellos, procedentes de la Región de Murcia) que se han desplazado a Roma con los viajes oficiales que han organizado las diócesis, parroquias, colegios o congregaciones de religiosos y religiosas, según informó la Conferencia Episcopal Española (CEE), sin contar con los que han decidido viajar por su cuenta.
"Mártires del siglo XX"
Especialmente relevante ha sido la presencia de los familiares de los mártires, que según los datos de la CEE suman unos 2.500. La ceremonia, ha empezado a las 10.00 horas presidida por el Cardenal y prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, José Saraiva Martins, en representación del Papa Benedicto XVI. Media hora después del inicio, el cardenal ha proclamado beatos en el Vaticano, en nombre del papa Benedicto XVI, a los 498 españoles asesinados en 1934 y 1936-39. La Iglesia les considera "mártires del siglo XX".
Los peregrinos presenten en la Plaza de San Pedro del Vaticano han acogido la proclamación con aplausos y ondeando banderas españolas mientras sonaba música sacra.
Junto a Saraiva Martins, concelebraban la ceremonia un total de 71 obispos (el de Cartagena, Reig Pla, entre ellos) y más de un millar de sacerdores, muchos de ellos familiares de los mártires, así como los Superiores Generales de las Ordenes Religiosas.
Entre los obispos presentes figuraban los cardenales Ricard María Carles, arzobispo emérito de Barcelona; Antonio María Rouco Varela, arzobispo de Madrid; Carlos Amigo Vallejo, arzobispo de Sevilla; Antonio Cañizares Llovera, arzobispo de Toledo; y Julián Herranz, presidente emérito del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos de la Santa Sede; así como los dos purpurados recién elegidos Agustín García-Gasco -arzobispo de Valencia-- y Lluís Martínez Sistach -arzobispo de Barcelona.
También estaban presentes el presidente de la CEE y obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez Pérez, y el Secretario General de la CEE, Juan Antonio Martínez Camino.
Representación del Gobierno
El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, presidía la delegación oficial española, junto a representantes de 7 Comunidades Autónomas, 8 municipios, el diputado socialista Juan Andrés Torres Mora, ponente de la Ley de Hemoria Histórica, y otros 8 parlamentarios del PP.
Además de Moratinos, formaban parte de la delegación oficial el embajador de España ante la Santa Sede, Francisco Vázquez; el subsecretario de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Luis Calvo; y la directora de Asuntos Religiosos del Ministerio de Justicia, Mercedes Rico.
El PSOE sólo ha estado representado por el diputado Juan Andrés Torres Mora, que además de ponente de la ley es familiar de uno de los mártires que han sido beatificados. Del PP han acudido ocho parlamentarios y miembros del partido, entre los que figuran Jorge Fernández Díaz, Juan Carlos Guerra, Eugenio Nasarre, Jaime del Burgo, José Ignacio Echániz, María Dolores de Cospedal, Juan Pablo Sánchez Pacheco y Jesús Bonilla.
Una beatificación masiva
Entre los 498 mártires beatificados, dos eran obispos; 24 sacerdotes diocesanos; 462 religiosos; un diácono; un subdiácono; un seminarista y siete laicos. La gran mayoría eran españoles (salvo cinco) y tenían entre 20 y 30 años en el momento de su martirio. Respecto a las fechas de su muerte, dos tuvieron lugar en octubre de 1934; 489 sufrieron el martirio en 1936 y siete fueron martirizados en 1937.
Se trata de la beatificación más numerosa de la historia de la Iglesia. En ella se reúnen un total de 23 causas, que fueron iniciadas y llevadas adelante en su momento por las respectivas postulaciones.
Con estos nuevos beatos, son ya casi un millar -977- los mártires de la persecución religiosa española del siglo XX beatificados, once de los cuales ya han sido canonizados. Durante el Pontificado de Benedicto XVI son 559 los beatos que han subido a los altares.
Aparición de Benedicto XVI
Benedicto XVI ha expresado su satisfacción por la beatificación de estos "mártires del siglo XX", por las persecuciones religiosas en la Segunda República y en la Guerra Civil, de los que dijo que "con sus palabras y gestos de perdón hacia sus perseguidores, nos impulsan a trabajar incansablemente por la misericordia, la reconciliación y la convivencia pacífica".
El Papa ha pronunciado estas palabras ante varias decenas de miles de personas, entre ellas mucho españoles, que han asistido en la plaza de San Pedro a la beatificación y después al rezo del Ángelus, que el Pontífice ha dirigido desde la ventana de su apartamento que da al recinto vaticano.
"La beatificación de un número tan alto de mártires demuestra que el supremo testimonio de la sangre no es una excepción reservada solo a algunos individuos, sino una eventualidad realista para todo el pueblo cristiano", ha dicho el Obispo de Roma hablando en italiano.
El Papa Ratzinger ha añadido que los 498 son "hombres y mujeres de diferentes edades, vocaciones y condición social, que pagaron con la vida su fe en Cristo y en la Iglesia". Después del rezo del Ángelus, y ya hablando en español, el Pontífice ha saludado "con afecto" a los fieles españoles presentes en la plaza y a los que han seguido la ceremonia por radio y televisión, así como a los obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y seminaristas asistentes.
El Papa pide la intercesión de los nuevos beatos
"Damos gracias a Dios por el gran don de estos testigos heroicos de la fe que, movidos exclusivamente por su amor a Cristo, pagaron con su sangre su fidelidad a Él y a su Iglesia. Con su testimonio iluminan nuestro camino espiritual hacia la santidad, y nos alientan a entregar nuestras vidas como ofrenda de amor a Dios y a los hermanos", ha señalado el Papa.
Benedicto XVI ha señalado que estos beatos "con sus palabras y gestos de perdón hacia sus perseguidores, nos impulsan a trabajar incansablemente por la misericordia, la reconciliación y la convivencia pacífica".
Además,el Pontífice ha invitado a los españoles "a fortalecer cada día más la comunión eclesial, a ser testigos fieles del Evangelio en el mundo, sintiendo la dicha de ser miembros vivos de la Iglesia, verdadera esposa de Cristo".
Benedicto XVI ha pedido a los nuevos beatos que intercedan por la Iglesia en España y en el mundo y ha abogado para que "la fecundidad de su martirio produzca abundantes frutos de vida cristiana en los fieles y en las familias; que su sangre derramada sea semilla de santas y numerosas vocaciones sacerdotales, religiosas y misioneras".- (EFE)
Seis nuevos beatos murcianos
Cerca de doscientos cincuenta murcianos han estado hoy en el Vaticano para asistir a la ‘beatificación de seis mártires murcianos, según fuentes del Obispado de Cartagena.
Esta expedición estaba formada por el Obispo, Juan Antonio Reig Pla; el vicario general, Miguel Ángel Cárceles; así como familiares de los sacerdotes que han sido beatificados, y feligreses que también estuvieron en sus parroquias.
Los sacerdotes murcianos que han sido beatificados en el Vaticano son dos diocesanos y cuatro religiosos de la orden Hermanos de la Escuelas Cristianas La Salle, a los que el obispo de la Diócesis de Cartagena, Juan Antonio Reig Pla, representó en la popular plaza de San Pedro.
Por su parte, los dos sacerdotes diocesanos que hoy recibieron la dignidad de beatos son José María Cánovas Martínez y Fortunato Arias. En el caso de este último, se trata de un cura de El Palmar que murió asesinado en el transcurso de la Guerra Civil en el municipio albaceteño de Hellín.
Los ciudadanos de la Región que no han querido perderse este evento partieron el jueves en tres autobuses con destino a Valencia, dos de ellos salieron desde la Diócesis y uno desde El Palmar, que es una de las parroquias en las que ha estado uno de los sacerdotes que será beatificado.
Una vez en la capital valenciana, estos fieles tomaron el viernes el avión a las 13:30 horas, con destino a Roma. Los murcianos aprovecharon ayer para visitar el museo del Vaticano, mientras que hoy estuvieron en el acto de beatificación y mañana asistirán a una misa de acción de gracias, tras lo que regresarán a Valencia.
Todos los nuevos beatos de la Iglesia Católica, excepto uno, fueron asesinados en Lorca, el 18 de noviembre de 1936, y sus edades comprendían entre los 43 y los 23 años
Los seis murcianos mártires por su fe fueron:
Ovidio Bertrán, Fue asesinado en Lorca con los Hermanos y otros sacerdotes, el 18 de noviembre de 1936. Tenía 43 años.
Hermenegildo Lorenzo, su última comunidad fue Lorca, en la cual le sorprendió la persecución religiosa de 1936. Fue detenido con los Hermanos de la comunidad el 30 de julio, y asesinado en la madrugada del 18 de noviembre. Tenía 33 años.
Luciano Pablo, en 1934, fue destinado a Lorca, donde llegó el 9 de septiembre. En esta comunidad le sorprendió la persecución religiosa. Fue detenido con los demás Hermanos de la comunidad el 30 de julio de 1936, y con ellos recibió la muerte el 18 de noviembre de 1936. Tenía 33 años.
Estanislao Víctor, en 1933 fue destinado a la Escuela San José de Lorca, donde le sorprendió la persecución religiosa. Fue detenido con los demás Hermanos de la comunidad el 30 de julio de 1936, y con ellos recibió la muerte el 18 de noviembre de 1936. Tenía 28 años.
Lorenzo Santiago, fue detenido con los demás Hermanos de la comunidad el 30 de julio de 1936, y con ellos recibió la muerte el 18 de noviembre de 1936. Tenía 23 años.
José María Cánovas Martínez. Nació en Totana (Murcia) el 9 de agosto de 1889 y fue bautizado el día 11. Ordenado presbítero en 21 de mayo de 1921 para la diócesis de Cartagena-Murcia, fue destinado como coadjudor de la parroquia de Santiago de Lorca, donde era párroco su hermano mayor. Fue asesinado, junto con los Hermanos de las Escuelas Cristianas, el 18 de noviembre de 1936. Tenía 42 años.