BARCELONA/NUEVA YORK.- El 40% de los insectos polinizadores invertebrados, como las abejas y las mariposas, se encuentran amenazados, mientras que el 16% de los polinizadores vertebrados están en peligro de extinción a nivel mundial, un porcentaje que aumenta hasta el 30% en las islas, con una tendencia creciente.
Un
estudio de la Plataforma Intergubernamental de Biodiversidad y
Servicios Ecosistémicos (IPBES), en el que han participado dos
científicos catalanes, ha puesto de relieve la importancia de la polinización de
las 20.000 especies de abejas y miles de especies de mariposas, moscas,
polillas, escarabajos, pájaros, murciélagos y otros animales.
El
investigador del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones
Forestales (CREAF) Jordi Bosch ha trabajado en los últimos dos años como
revisor y experto de diversos capítulos, y el representante del Centro
Tecnológico y Forestal de Cataluña (CTFC) Lluís Brotons ha colaborado en
la aprobación del documento.
El trabajo señala que los descensos en los polinizadores silvestres regionales han sido ya confirmados en el norte de Europa Occidental y en Norteamérica, y que la tendencia se encamina hacia la expansión.
Según
el estudio, "la disminución de los polinizadores se debe a los cambios
en el uso del suelo, a las prácticas agrícolas intensivas y al uso de
pesticidas, al impacto de las especies exóticas invasoras, a las
enfermedades y plagas, y al cambio climático".
Por su parte, la
codirectora de la evaluación y profesora de la Universidad de Sao Paulo
Vera Lucia Imperatriz Fonseca ha asegurado que "los polinizadores
contribuyen de forma importante a la producción mundial de alimentos y
la seguridad nutricional, por lo que su salud está directamente vinculada a nuestro bienestar, ya que aportan vitaminas y minerales, sin los cuales el riesgo de malnutrición podría crecer".
Entre
235.000 millones y 577.000 millones de dólares de la producción
alimentaria mundial, que incluye frutas, hortalizas, semillas, frutos
secos y aceites vegetales, dependen directamente de la contribución de los polinizadores como las abejas y otros insectos, según el estudio.
El
volumen de la producción agrícola dependiente de la polinización animal
se ha incrementado un 300 % durante los últimos 50 años, y casi el 90%
de las plantas con flores salvajes dependen de ella, lo que ha generado
una situación de dependencia de más de tres cuartas partes de los
cultivos del mundo.
Además de los cultivos alimentarios, los polinizadores contribuyen a los cultivos de biocombustibles como aceites de colza y palma, de fibras como el algodón, de medicinas, de forraje para el ganado y de materiales de construcción.
Ante este panorama de crisis de los polinizadores, los investigadores han comentado que "las
prácticas basadas en el conocimiento indígena y local pueden reducir
los riesgos además de promover la agricultura sostenible, que
contribuye a diversificar el paisaje agrícola y hace uso de los procesos
ecológicos como parte de la producción de alimentos".
El estudio
especifica otras opciones para combatir la desaparición progresiva de
los animales polinizadores como la creación de una mayor diversidad de
hábitats polinizadores, la disminución de los pesticidas, y la mejora de
la cría de abejas orientada al control de patógenos, junto con la
mejora de la regulación del comercio.
La ONU pide medidas urgentes
La ONU ha certificado la urgencia de la situación. Una amplia variedad de factores están contribuyendo a la desaparición de animales polinizadores
en todo el mundo, lo que amenaza la producción de alimentos para el ser
humano, revela un informe del organismo encargado de proteger la
biodiversidad del planeta.
El documento de la Plataforma Intergubernamental Ciencia-Política
sobre Biodiversidad y Servicios del Ecosistema (IPBES) identifica la
serie de medidas que Gobiernos y el sector privado deberían tomar de
forma “urgente” para remediar la desaparición de polinizadores.
No hay sólo un factor que sea responsable de la desaparición de
los polinizadores, desde insectos como abejas y mariposas a animales más
complejos como aves, declaró sir Robert Watson, vicepresidente de
IPBES.
“Hay una amplia serie de razones que explican el declive”, dijo,
al mencionar “el cambio del uso del terreno, el uso de pesticidas, el
cambio climático”.
“No se puede decir que hay una amenaza más importante que otra
para cada animal polinizador o para cada lugar del mundo donde están
desapareciendo. Es un conjunto de amenazas”, explicó.
El informe, titulado “Valoración temática de polinizadores,
polinización y producción de alimentos”, es el primero emitido por IPBES
y es fruto de dos años de trabajo del organismo de la ONU que fue
fundado hace cuatro años y que está integrado por 124 países.
Existen decenas de miles de especies que son polinizadores,
animales que transportan polen del órgano masculino de una flor al
estigma, el órgano femenino, lo que permite la fertilización.
En los últimos años, los científicos han observado el alarmante
descenso de la población de abejas, de las que existen más de 20.000
especies silvestres, y mariposas, especialmente en Europa occidental y
Norteamérica, lo que ha sido achacado a pesticidas y al creciente uso de
cultivos modificados genéticamente.
El informe confirma que pesticidas, incluidos los insecticidas
neonicotinoides, suponen una amenaza global para los polinizadores
aunque todavía se desconocen los efectos a largo plazo.
IPBES destacó la importancia económica de los organismos
polinizadores al señalar en el estudio que el 75 % de los cultivos para
alimentos del mundo dependen, al menos parcialmente, de la existencia de
polinizadores.
El valor anual de los cultivos directamente afectos por polinizadores se estima entre 235.000 y 577.000 millones de dólares.
“Los polinizadores son importantes colaboradores para la
producción mundial de alimentos y seguridad nutricional”, dijo la
doctora Vara Lucia Impertriz Fonseca, profesora de la Universidad de Sao
Paulo (Brasil) y una de las directoras del informe de IPBES.
Fonseca dijo que el informe “ofrece opciones sobre qué
hacer de acuerdo al problema específico de cada lugar del mundo en
relación a polinizadores, polinización y producción de alimentos”.
Entre las soluciones que el informe ofrece se incluye la creación
de un mayor diversidad de los hábitat de polinizadores tanto en el
ambiente rural como en urbano, el apoyo a prácticas tradicionales de
rotación de cultivos y mantenimiento de áreas no explotadas y la
reducción de la exposición de los polinizadores a pesticidas.
El profesor holandés Koos Biesmeijer, uno de los autores del informe,
reconoció que existen “vacíos de conocimiento” con respecto a los
efectos de pesticidas y otros factores que impactan negativamente en
los polinizadores pero que “aunque no sabemos todo, en muchos casos hay
claras conclusiones”.
Fonseca recalcó la gravedad de la situación al señalar que
“deberíamos actuar ahora” para detener el declive de los polinizadores.
Watson añadió que “todas las acciones, desde las que pueden tomar
los agricultores a las de los Gobiernos, podrían empezar en estos
momentos. No se necesitan nuevas tecnologías. Todas estas son opciones
que nos pueden ayudar a salir adelante”.
El vicepresidente de IPBES puso como ejemplo el efecto negativo que tienen las grandes extensiones de monocultivos.
“Necesitamos una agricultura más sostenible. Eliminemos esas
enormes extensiones de monocultivos. Aseguremos que están salpicadas con
zonas de hábitat natural que atraerán los polinizadores en los campos de
cultivo”, terminó señalando.