viernes, 26 de octubre de 2007

Muñoz Barberán / Santiago Delgado

Cualquier persona tiene en su biografía unas imágenes pictóricas que asocia a su biografía.
Unas son, en primer lugar, las de los clásicos de la pintura y la escultura de todos los tiempos, que deben ser aprendidas en las aulas. Otras, más cercanas, son las de los pintores coetáneos que habitan en su misma localidad o Región. Los pintores de su entorno personal.

En mi vida, hay varios de éstos últimos. Manuel Muñoz Barberán es uno de ellos. Su dibujo y figuración se hicieron consustanciales conmigo en los tiempos de mi educación sentimental. Son, por tanto, parte de mí mismo.

Se presentó en la Real Academia Alfonso X el Sabio de Murcia un libro homenaje a su obra y a su figura, que he tenido el honor de coordinar, así como en su tiempo, proponer como objetivo a la Academia. Pienso que es toda Murcia, con la Real Academia al frente, la que homenajea al pintor, que no fue sólo pintor: fue poeta, fue novelista, fue investigador, fue historiador y fue amantísimo padre de familia numerosa.

Pienso que, no en el fondo, también en todas cuantas capas pudiera tener el homenaje, incluida la más superficial, este momento es también para su mujer, Fuensanta, por causas que se llevarían el resto de esta prosa.

Toda la Región, desde Yecla a Cartagena, pasando por su Lorca natal, ha participado en el volumen que le dedicamos entre todos. De portada, un estupendo autorretrato con 18 años, de original cedido amablemente por la familia. El propio Manolo ironizaría con ingenio sobre la diferencia entre su persona de hoy y la que muestra el libro. Porque Manolo gozaba de ese don que es el buen humor, aderezado con ingenio, oportuno y eficaz, tanto para imponer la sonrisa a todos, como para distender si era el caso.

Quiero destacar dos participaciones emotivas en el libro. Sea la primera la presencia de dos dibujos de su amigo entrañable Molina Sánchez, a color, consistentes en sendos retratos femeninos, símbolos acaso de los ideales que iluminaron a ambos en aquella su juventud no perdida sino ganada para el buen gusto y la mejor formación estética de todos nosotros.

El otro… es el comentario al viaje que a Florencia hizo el pintor, anotado con acierto y clase, cariño y altura literaria por su hija Fuensanta Muños Clares, escritora impar.
www.elfarodemurcia.info

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