sábado, 7 de julio de 2012

¿Va a dimitir Carlos Egea de la presidencia de BMN?


MADRID.- La dimisión del murciano Carlos Egea como presidente de Banco Mare Nostrum (BMN) parece estar sobre la mesa ante los insistentes rumores de nacionalización de la entidad para después del verano e, incluso, antes si fuera necesario por sorpresas imprevistas en sus cuentas, según fuentes de miembros del Consejo de Administración, donde ya afloran tensiones internas ante la estrategia totalmente fallida del también presidente de Caja Murcia.

Según esas mismas fuentes, las diferencias han llegado al punto de exigirle a Egea que desmonte inmediatamente la sede social palaciega adquirida en el Paseo de Recoletos 17, una vez sabido que el futuro de la entidad es mucho más que incierto en sus actuales circunstancias. Y que el fantasma de la intervención por el FROB, a partir de la llegada al Banco de España del nuevo gobernador y una última inspección muy preocupante, tras las conclusiones de otra del FMI sin nombrarlo, parece ya inevitable.

Es otro murciano, el ex alcalde socialista de Granada, presidente de Caja Granada y vicepresidente de BMN, el catedrático Antonio Jara (imagen inferior), el más crítico en las reuniones con la gestión de Egea después de haberse mostrado incapaz de llegar a un acuerdo salvatorio de fusión con Banco Popular o Unicaja en el plazo establecido por las medidas de reforma del sistema financiero español, y ya cumplido.

Esas fuentes del Consejo señalan a Carlos Egea como el mayor obstáculo, "sino el único por intereses puramente personales", para no haberse quedado solos enmedio de una situación de tanto riesgo para una entidad de tipo medio y, por otra parte, haberse demostrado incapaz de capitalizar BMN a partir de inversionistas extranjeros, que buscó y nunca encontró, según él, pese a la aparición de varios fondos de inversión, que luego quedó en nada.

La opción de comprar el Banco de Valencia, en quiebra absoluta, más que un farol de Egea porque no lo podía digerir con sus escasos recursos, era una tabla de salvación para intentar sobrevivir todo el Grupo BMN con la cotización en Bolsa que su adquisición le permitía. El retraso 'sine die' de su subasta, ha acabado de un golpe con los delirios financieros de este lorquino muy relacionado con Cieza, que quiso dejar de ser cajero para jugar a banquero y al que acaba de arrollar el vértigo de unos tiempos que, por su avanzada edad, ya han dejado de ser los suyos.

La reducción de su bono a la categoría de 'basura' por parte de Fitch parece la gota que colmó la paciencia de sus socios (Caja Granada, Caixa Penedés y Sa Nostra), hasta el punto de que el propio equipo que llevó Egea a Madrid, a costa de resentirse seriamente Caja Murcia, le señala como gran parte del problema de que BMN se encuentre, prácticamente, en una situación sin salida excepto la intervención estatal para garantizar los derechos de clientes, impositores y empleados.