sábado, 13 de mayo de 2023

Muchas muertes atribuidas a la covid-19 las causó en realidad una neumonía secundaria asociada a las intubaciones


CHICAGO.- La covid-19 ya no es una emergencia internacional después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) así lo indicara el pasado miércoles, pero los investigadores continúan estudiando la enfermedad y el virus para tratar de desentrañar los misterios ocultos todavía por el coronavirus. Ahora, un grupo de científicos de Illinois ha descubierto que buena parte de las muertes atribuidas a la patología provocada por el SARS-CoV-2 se produjeron en realidad por una neumonía secundaria asociada a las intubaciones. 

La infección bacteriana secundaria del pulmón, comúnmente conocida como neumonía, fue extremadamente frecuente en pacientes con covid-19, pues afectó casi a la mitad de aquellos que requirieron apoyo de ventilación mecánica. El aprendizaje automático (machine learning) aplicado a los historiales médicos ha revelado que esta patología ha sido clave en la mortalidad en los contagiados por el coronavirus, según han publicado científicos de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern (Illinois) en la revista Journal of Clinical Investigation.

Tal fue la incidencia de estas neumonías secundarias que su tasa de mortalidad puede superar incluso la de la covid, de acuerdo con los resultados del trabajo. "Nuestro estudio subraya la importancia de prevenir, buscar y tratar de forma agresiva la neumonía bacteriana secundaria en pacientes críticos", afirma el doctor Benjamin Singer, autor principal del estudio y catedrático Lawrence Hicks de Medicina Pulmonar en Northwestern Medicine.

"Quienes se curaron de su neumonía secundaria tenían más probabilidades de vivir, mientras que aquellos cuya neumonía no se resolvió tenían más de morir", afirma Singer, especialista en cuidados pulmonares y críticos. "Nuestros datos sugerían que la mortalidad relacionada con el virus en sí es relativamente baja, pero otras cosas que ocurren durante la estancia en la UCI, como la neumonía bacteriana secundaria, la compensan", añade.

Los investigadores también hallaron pruebas de que el enfermedad desencadenada por el coronavirus no provoca la tormenta de citoquinas, una "inflamación abrumadora que provoca un fallo orgánico en los pulmones, los riñones, el cerebro y otros órganos" que con frecuencia se piensa que causa la muerte, de acuerdo con Singer.

"Si eso fuera cierto, si la tormenta de citoquinas permaneciera latente durante la larga estancia de los pacientes con covid-19 en el hospital, esperaríamos observar con frecuencia un fallo multiorgánico. Eso no es lo que vimos", explica el médico, cuyo estudio analizó 585 personas en la Unidad de Cuidados Intensivos, de los cuales 190 estaban contagiados de coronavirus.

Tras este trabajo, los autores consideran que la contribución de la sobreinfección bacteriana del pulmón a la muerte en pacientes con covid-19 ha sido "infravalorada". 

 "La mayoría de los centros no la han buscado o solo se han preocupado por determinar su presencia o ausencia, no por comprobar si el tratamiento tiene éxito", detalla Richard Wunderink, coautor del estudio.

El próximo paso en su análisis consistirá en utilizar datos moleculares de las muestras del estudio y procesarlos con métodos de aprendizaje automático (machine learning) para entender por qué algunos pacientes se curan y otros no. Los autores también quieren ampliar la técnica a conjuntos de información más amplios y utilizar el modelo para realizar predicciones que puedan mejorar la atención al enfermo.

El fiscal Valerio / Santos López Giménez *


Pido permiso para hablar del sufrimiento de un ser humano, para hablar de cómo las estructuras del Estado, la tela de araña mafiosa que las sostiene, puede desvalijar toda una existencia, toda una vida. 
 
Ello, después de que la víctima cometiese la osadía de indagar e investigar variados asuntos, a cual más comprometedor desde la perspectiva de los dos grandes partidos, PP y PSOE, a quienes salpican, o tienen amigos con intereses económicos que podrían ver peligrar sus privilegios, después de que el osado Valerio decidiese que eran punibles y susceptibles de tal investigación.

Repasemos las causas e investigaciones en las que, en su momento, participase Emilio Valerio, y que, a la postre, no son sino la razón última por la que el Estado pretende tenerlo bien pillado bajo una amenaza continua, a modo de chantaje:

Instruyó en el País Vasco un caso que fue la punta de lanza contra los GAL: el asesinato de Santiago Brouard en 1984; destapó el caso Gürtel en Majadahonda, Boadilla y Pozuelo; se ocupó de investigar el Tamayazo: compra de voluntades para que no pudiese gobernar la Izquierda en Madrid; investigó el trágico accidente de Spanair en Barajas; el controvertido caso de ‘El Nani’, con lagunas legales ocultas que implicarían a demasiados altos cargos del Estado; a su vez, tramas medioambientales y urbanísticas, con decenas de intervenciones en los ayuntamientos de distintos municipios de la Comunidad de Madrid; por último, destapó en Murcia el robo del agua y la contaminación de los acuíferos del Mar Menor.

Curiosa disparidad de casos, cuyas caracterizaciones confluyen, todas ellas, en las inmediaciones de los poderes reales. Ello nos lleva a concluir que, aún desde la disparidad, una tupida red delictiva se intuye. No se explicaría, de otro modo, esa desaforada, y fuera de toda lógica, actuación de la Hacienda Pública, bloqueando las cuentas de Valerio, no existiendo casos abiertos contra él: los jueces absolvieron a Valerio de los 15 presuntos delitos fiscales por los que el Ministerio Público solicitaba para él 37 años de prisión, y una multa de 4,5 millones, por presunto fraude en el impago del IVA en sus empresas de bodegas y de hostelería en Navarra entre los años 2013 y 2016.

Especialmente significativo, en nuestro ámbito geográfico, en la comarca del Noroeste murciano, digno de un profesional íntegro, fue su intervención en el caso del robo del agua en la Región de Murcia. Retrotrayéndonos en el tiempo, son los años 90, cuando la Mafia agroforestal organizada puso en marcha su maquinaria de destrucción y muerte: mastodóntico y dramático incendio, el de Moratalla, en el 94. 
 
Dio paso a que personajes del hampa hidrológica, transformasen espacios forestales en regadíos bajo ciertas normativas, hechas a medida: plantaciones de nogales pasarían a ocupar espacios quemados bajo el diseño milimétrico que la Administración les proporcionó. Lugares como El Chopillo, que pasó de tener inscritos 0,0065 hm3 a 6 hm3 en disponibilidad de agua, se vieron afectados por estos criminales desalmados. 
 
Todas y cada una de las fuentes que nuestra comarca alberga pasaron a ser controladas directa o indirectamente, por estas mafias, acarreando sus aguas hacia lugares donde los intereses económicos les vienen aportando pingües beneficios.

Y mientras al fiscal Valerio el Estado lo castiga, dejándolo en suspenso, las mafias del agua continúan intimidando a toda aquella persona que cuestione o no acceda a sus caprichos devastadores.

Más que nunca, cuando la falta de agua adquiere tintes de plaga bíblica, no olvidarnos del fiscal Valerio es una obligación moral ineludible.


(*) Profesor de Secundaria, en el Ciclo de Aprovechamiento y Conservación del Medio Natural, colaborador de Caralluma y del Consejo de Defensa del Noroeste. 

(Publicado en El Noroeste)