domingo, 5 de junio de 2011

La maldición de Lorca / Apunte de Argárico

Lo de Lorca parece una maldición del Cielo. Alguien lo apuntó en ese primer momento de pánico, cuando se le caía hasta el convento encima. La explotación en sus campos, durante demasiado tiempo, de seres humanos en los cuerpos de ecuatorianos, bolivianos y magrebíes así como la ¿prostitución? de algunas de sus mujeres, podía hacer pensar en fracción de segundos que se había desatado la ira divina en forma de latigazos telúricos.


Hasta las Clarisas echaron mano de jaculatorias para una ocasión extrema y no se mordieron la lengua al dar luego su particular visión de cómo afrontaron el efecto de las ondas destructoras que sacudieron su huerto, panteón y clausura, hasta desplomar su iglesia. Una buena pista para creyentes de verdad y/o convencidos de la fatalidad bíblica.

El caso es que Lorca toda ha sido destruida, más por dentro que por fuera, en estructuras mucho más que en fachadas, viviendas más que edificios, iglesias más que infraestructuras civiles, con demoliciones más que con desplomes. Y la tierra ha seguido temblando y ha vuelto a hacerlo hoy mismo como aviso de que el peligro sigue ahí, que no ha pasado y que lo mejor es adelantar el veraneo y Dios dirá para octubre o noviembre como muy pronto. Porque en otoño serán las madres mias cuando todo siga prácticamente igual que hoy. 


Hay quien hasta algo intuye de maldición que no piensa volver a su casa y los que no se fían de las reparaciones rápidas y de aquella manera por el poco dinero disponible. Águilas parece ahora como si fuera ya 15 de agosto mientras los alquileres a lorquinos se disparan por una fuerte demanda de gente desorientada, asustada, confundida y ... medio arruinada. El caso es que todavía no ha empezado la reconstrucción de nada aunque los administradores de fincas recomiendan el camino correcto a unas excitadas comunidades de vecinos, en alguna de cuyas reuniones ha tenido que intervenir hasta la Policía Nacional por conductas censurables pero que se explican en base a la desesperación de las gentes.


Todo indica que el terremoto ha sorprendido a los lorquinos con poco dinero en los bolsillos, sufriendo bastante el desempleo y víctimas de una crisis que ya los había sacado de cuadro hasta ponerlos fuera del futuro. Los inmigrantes hace tiempo que estaban volviendo a sus países o se habían trasladado a otras partes de España o la Unión Europea. El trabajo viene escaseando de muchos meses atrás y, ahora, mucho más con todo en almoneda y desecho. 


¿Qué pecado habrán cometido sus habitantes para que la catástrofe se haya cebado tan solo en el casco urbano y en ninguna pedanía, alta o baja? ¿Por qué se han desplomado las bóvedas de casi todos sus templos en sociedad tan imbuida de religiosidad popular, aunque rayana en el paganismo piensan algunos, visto desde fuera como espectáculo, porque hay quien nota casi total ausencia de una verdadera espiritualidad? Ya lo decía el cura don Roberto desde el Carmen hace años y lo repetía todos los veranos en la iglesia al aire libre de Calabardina. Demasiada idolatría con la materia y ausencia de caridad o solidaridad cristiana con el sudaca que sufre tan cerca.


En esta Nínive del siglo XXI, aunque anclada en el XIX, el PIB volverá a parámetros de los años 80-70, según calcula un alto funcionario del Estado asiduo visitante de la ciudad por sus raices familiares. Pero no hace falta visión tan exquisita para deducir que Lorca tardará más de una década, y puede que hasta dos, para purgar sus pecados colectivos e intentar coger algún tren, que ya no puede ser el AVE. Muchos comercios han aprovechado para echar la persiana y el escepticismo ha comenzado a instalarse en la conciencia de bastantes lorquinos mientras el Consorcio de Seguros da su verdadera cara y talla. 

Demasiadas esperanzas puestas en una póliza de seguro renovada con mucha dificultad,  retraso en el pago y rebajas en los extras. Y en peritos tasadores llegados de fuera por envío del Consorcio, muy predispuestos a tasar por lo bajo y que cuele, ante tanta avidez desatada por la crisis lacerante y percibida por cualquier 'buitre'. Para colmo, el terremoto ha dejado a Lorca prácticamente sin hoteles y monumentos barrocos para recreo del turista. ¿Alguien puede decir lo contrario y probarlo?


Pasada la campaña electoral con sus promesas huecas y hueras, que nadie espere el cumplimiento de los políticos ni que Rubalcaba se vuelque con quien no ha votado a su partido después de molestarse en venir a 500 kilómetros de su despacho. Al retirarse el Estado por tener que atender ahora demasiados frentes con dinero escaso, queda sólamente una Comunidad Autónoma en suspensión de pagos desde hace meses y sólo se puede acudir a pedir limosna a un Ayuntamiento de Lorca en quiebra técnica, por lo que la desesperación comienza a apoderarse de las familias con menos o pocos recursos porque las cajas y bancos tienen órdenes firmes desde arriba de no conceder ni un crédito ante la insolvencia generalizada que se avecina. ¿Puede alguien rebatir esta afirmación? Ninguna entidad ha establecido una verdadera línea de créditos blandos, con carencia bastante y bajo interés para los damnificados, ni una sola.


Todo lo demás son gestos para la galería de bienpensantes e ingenuos en forma de migajas disfrazadas de mecenazgo de tercera. Las entidades financieras nada tienen que ver con Cáritas, como ya están comprobando en sus carnes muchos jóvenes lorquinos a medio pagar la hipoteca y ahora sin esa casa con la que responder como prenda en dación. 


"Lorca es mucha Lorca y los españoles tendrán que pagarnos los destrozos del terremoto, esto no es La Paca o Zarzilla". Es, enmedio del caos, la frase de un chauvinista local recién llegado del despacho del alcalde, hoy encerrado, más que nunca, en el voluntarismo que en la realidad objetiva y relativa. Porque ahora el lorquino medio parece moverse y oscilar del desconcierto ante lo sucedido a la ignorancia de cómo afrontarlo; parece parado en el tiempo e incapaz de salir por sí solo aunque lo intente, una y otra vez, sin poder prescindir de los de fuera, con más conocimientos técnicos y profesionales, para la reconstrucción. Aunque, entre tanta confusión, hay lugar también para pícaros e impostores, que se presentan como lo que no son ante legos en tantas materias.


Está muy claro que el destino ha puesto en evidencia a Lorca y a sus urbanistas. Y, de paso, ha desenmascarado el fraude de la gran mayoría de sus promotores y constructores de la última década por corrosión de estructuras certificadas como aptas por la dirección facultativa mientras otros cumplieron la norma sismorresistente oficial aunque fuese dos veces por debajo de lo necesario en este inesperado y poco probable caso para una serie de 150 años de registros.


Lo cierto a estas alturas de vuelta a la realidad desnuda es que el Ayuntamiento no tiene poder para encauzar una solución rápida y la gente ya lo sabe al regresar del noqueado mental inconsciente. Demonizar al promotor inmobiliario no conduce a ningún sitio, excepto en casos muy hirientes. Donde hay que pedir explicaciones de cada caso concreto es en el correspondiente negociado municipal, consejería competente de la Comunidad Autónoma y Colegio de Arquitectos. Y exigir la ejecución del seguro decenal del promotor o perseguirle, si no lo tiene o exhibe, por la vía civil en los tribunales ante el perjuicio ocasionado si ahora nadie que deba, responde.


Y el caso es que el resto de la comarca no ha derramado ni una lágrima ni se ha volcado en ayuda alguna a Lorca dentro de las múltiples fórmulas establecidas. Porque, a mi juicio, los lorquinos andan muy equivocados con teóricas obligaciones ajenas. Ni la Almería más próxima de los Vélez a Vera y Huércal-Overa, ni totaneros, aguileños o portuenses han colmado de euros las numerosas cuentas de ayuda abiertas por varias entidades crediticias. La única excepción, algo interesada, fue la del partido jugado por el Real Madrid C.F. en la Nueva Condomina con su millón de euros de taquilla. 

La solidaridad ha brillado, pues, por su ausencia en este caso de Lorca y lo decimos para quitar la careta a tanta hipocresía desatada en torno a esta desgracia por políticos vecinos al acecho de falsos méritos y medallas de hojalata.


Una desgracia que puede ser aún más infortunio si la Unión Europea detecta la corrupción que comienza a aflorar entre los 'cazasubvenciones' con la consiguiente perturbación de la libre competencia. Bruselas, avisada desde España, tiene ya noticia de que un grupo de privilegiados profesionales ventajistas intenta acaparar en plan mafia esos euros aún por llegar, advirtiendo a los supuestos beneficiarios, en este caso además sufridos ciudadanos, de que si todo no pasa por sus manos (estudio, valoración, propuesta y ejecución) y bolsillos finalmente, sus peticiones se perderán en el fondo de un cajón de la burocracia desplegada. 

En estas condiciones de falta de garantías es posible que esas ayudas se queden en las cuentas de la Comisión Europea, si definitivamente no encuentran otro cauce de mayor confianza y seguridad para que cumplan su verdadera finalidad y surtan efectos de redistribución entre todas las partes en presencia sean de donde sean dentro de Europa. 


Eso es precisamente lo que pretende la Asociación de Afectados 11 de Mayo. Porque ante lo que ya se ve por donde va, se intuye lo que vendrá después y defrauda el Consorcio - no alcanzará lo que dé ni para retirar el escombro-, los lorquinos se han organizado frente a la dejadez real de los poderes públicos y la orfandad que notan por la sordera actual de instancias superiores que, antes del 22 de mayo, cacarearon a pulmón libre. Valcárcel, eso sí, ha sido muy parco en palabras aunque en campaña electoral se suela prometer todo en busca del voto, en este caso conseguido sin dar la más mínima seguridad de ser resarcidos tras el sufragio.

Lo cierto es que retirada la gravosa pero eficaz UME de los barrios más afectados de Lorca - La Viña y San Diego - la ciudad parece ahora dejada de la mano de un Dios sin ira. Porque lo telúrico es que lo arruina todo y así cualquier inversión potencial está lista de papeles por mucho tiempo. No sería de extrañar, pues, que Lorca se levante en armas antes de lo que se piensa aunque las circunstancias tan especiales y extraordinarias no hayan dejado ver todavía  indignados y radicales en sus plazas. Pero todo llegará.

La tierra sigue temblando bajo la ciudad de Lorca, veinticinco días después y hasta hoy mismo



LORCA.- La ciudad de Lorca ha vuelto a registrar y sentir levemente hoy un nuevo seísmo de magnitud 2.0, con duración de un minuto 22 segundos y con epicentro al sureste del municipio, aunque sin que se registraran daños materiales, de momento, o personales, según ha informado el Centro de Coordinación de Emergencias en un comunicado. También se ha sentido en localidades próximas.

Este temblor parece demostrar que, veinticinco días después de la devastación, sigue activa la falla existente bajo el río Guadalentín, donde el Instituto Geográfico Nacional terminó localizando finalmente los dos fuertes seismos del pasado 11 de mayo tras descartar su origen en la falla de Alhama que discurre en sentido O-E, ligeramente al norte del casco urbano.

El Teléfono Único de Emergencias '1-1-2' recibía desde las 14.10 horas varias decenas de llamadas de vecinos de Lorca que señalaban que se había producido un movimiento sísmico y mostraban su preocupación porque acabase dañando aún más, incluso destruyendo del todo, las construcciones que se mantienen en precario calificadas en amarillo, rojo y negro por los correspondientes servicios técnicos del Ayuntamiento.

El Instituto Geográfico Nacional señalaba poco después en su web que el terremoto se había producido a las 14.08 horas y 29 segundos mientras su epicentro se encontraba al sureste de la ciudad de Lorca, a unos siete kilómetros de su casco urbano, entre las pedanías de Pulgara y Marchena, en pleno lecho del río Guadalentín, apuntado la latitud 37.6592 y la longitud -1.6268 y la anotación de 'sentido', a diferencia de otros más fuertes registrados hoy en nuestro país.

Además, el Centro de Coordinación de Emergencias ha recibido llamadas de la zona centro del casco urbano de Lorca, especialmente de los barrios de Los Ángeles y San Diego, los más próximos al paraje del epicentro, muy afectados ya por los fuertes temblores de la tierra el pasado 11 de mayo, aunque menos que el barrio de La Viña.

El 11 de mayo se produjeron sendos terremotos en Lorca a las 17.05 y a las 19.00 horas, con magnitudes de 4,5 y 5,1 grados, respectivamente, que causaron la muerte de ocho personas y cuantiosos daños materiales.