La inversión transfronteriza en España supuso el 65% del total, frente al 56% del año 2016, después de haber registrado un aumento del 21% en un año, hasta los 6.000 millones de euros.
El 47% de este importe tuvo como origen el resto de los países europeos, seguido del 41% que provino de Estados Unidos, cuya inversión aumentó un 31%. La actividad desde Asia y Pacífico se multiplicó casi por diez, mientras que la procedente de Oriente Medio se cuadriplicó.
En toda Europa, la inversión inmobiliaria fue de 234.000 millones de euros, un 7% más que en 2016. Por su parte, la inversión transfronteriza representó el 50% de la actividad, frente al 44% que suponía un año atrás.
Según el responsable de Inversión Europea de Savills, Marcus Lemli, este año se mantendrá la tendencia del capital foráneo a buscar activos de alto valor, por lo que se espera ver a más inversores asiáticos procedentes de Londres para competir por activos en la Europa continental.
Además, los inversores "oportunistas", según Lemli, se trasladarán cada vez más a ciudades y ubicaciones secundarias en busca de producto, lo que provocará un aumento de los precios y 'yields' (rendimientos). Manchester, Rotterdam, Dusseldorf, Frankfurt y Praga serán algunas ciudades donde aumentará la inversión "rápidamente".
Con un rendimiento medio del segmento de oficinas del 4,6% durante los últimos cinco años, este mercado, pese a los actuales mínimos históricos en rendimientos (3,9%) y con precios elevados, "sigue manteniéndose como el principal activo de inversión", señala Lemli.
Por su parte, el sector industrial, que representó el 15% del volumen total de inversión europea en 2017, registró el mayor aumento de demanda en los último 12 meses, hasta 65.900 millones de euros, un 23% más.