Sin que sirva de precedente, vamos a desvelar el contenido de un
recuadro que figura en el apartado en clave ’3,14,16′, es decir, PI,
siglas de Pablo Iglesias, de El Informe Pelícano. Algo relativo a la
llamada ‘Operación Reloj’, que explica algo relativo al desinfle
electoral de Podemos. La cosa va mas o menos así.
Cuando las aguas turbulentas del tsunami catalán que llegarán
furiosas a las calles sucias de Madrid se retiren hacia sus aposentos
marinos, en la playa que se esconde bajo los adoquines de la Puerta del
Sol van a aparecer los cuerpos inertes de los dirigentes políticos que
no lograron sobrevivir a las convocatorias electorales del 27-S catalán y
diciembre de este año del Señor de 2015 que todavía tiene que dar mucho
de sí.
Artur Mas, procesado o sobreseído -habrá vista gorda judicial, ya lo
verán- es un firme candidato al martirologio o defenestración por los
que fueron sus compañeros de viaje hacia el proceso que nunca existió. Y
falta por ver qué ocurre con Mariano Rajoy y Pablo Iglesias porque al
señor de la barba blanca y el pelo caoba se le va y se le viene la
mirada perdida en el infinito -se lo reprochó Pedro Sánchez en el
Congreso- como si tuviera la mente en blanco y la sensación de que
España se le escapa de las manos -lo dice Aznar- como el agua y su
carrera política se acerca a un dramático final.
Ida la cabeza, bajo su abultada melena, también parece tener el líder
venido a menos de Podemos, Pablo Iglesias, ‘coleta morada’, porque tras
ser derrotado en Cataluña no ha cesado de desvariar. Dice que será
presidente de España (sic), para convocar un referéndum ilegal sobre la
independencia de Cataluña. Angelito, aún no se ha percatado que le
hicieron la cama con la llamada ‘Operación Reloj’, en referencia a la
máquina que da las campanas del nuevo año y que corona el primer
edificio de la Puerta del Sol.
A Pablo Iglesias -que le pregunte Raúl del Pozo a su paisano general
Félix Sanz- creo que le tendieron una trampa maquiavélica y muy bien
diseñada en el otoño de 2013 cuando Podemos subía como la espuma del
suflé en el horizonte político español y su sabelotodo Errejón, ‘El
Piolín’, daba consejos de prudencia, tacticismo y moderación para no
enseñar la piel de lobo -o de perro callejero- antes de tiempo y así no
asustar a los votantes que van de la izquierda moderada a los del
centro, porque se llegaron a creer, y así lo decía Iglesias sin rubor,
que 2015 sería su definitivo año triunfal.
Y pensamos, y puede que esto solo sea ciencia ficción, que fue
entonces cuando enanos infiltrados de ‘La Casa’ del amigo de Raúl
manipularon los ordenadores de Demoscopia y, como por arte de magia, la
encuesta del diario El País de primeros de enero de 2015
presentó a Podemos como primer partido nacional con un ¡28% en intención
de voto! Y los muy pardillos mordieron el anzuelo y entraron en locura
‘transversal’ a por los votos de IU, PSOE, Ciudadanos y PP. Y
renunciaron a sus bases populares y a los signos de identidad. del 15-M,
porque Pablo, Pablito, Pablete, se veía sentado en el despacho oval de
la Moncloa mirando fijamente el teléfono rojo por el que el Obama estaba
a punto de llamar.
Cayeron en la sigilosa trampa de la ‘Operación Reloj’ y se olvidaron
de sus orígenes y de las banderas republicanas de sus padres. Y, en las
vísperas de la gran manifestación del 30 de enero en la Puerta del Sol,
Iglesias, Errejón y Monedero dieron a sus huestes órdenes expresas de no
llevar banderas republicanas para no espantar al electorado más
moderado y transversal. ‘Cada cosa a su tiempo’ llegaron a musitar.
El propio Iglesias, en su discurso quijotesco, se preocupó muy mucho
de no mencionar la palabra República incluso señalando el histórico
balcón de la Puerta del Sol, como si fuera el de Julieta, y él un Romeo
encantador que tocaba la mandolina y recitaba versos de caramelo que le
dictaba, escondido en la tramoya, un Cyrano de Bergerac.
¿Se imaginan la foto, en los medios y redes sociales de España y de
todo el mundo, de 20.000 banderas tricolores inundando la primera plaza
española? No sé si fueron los enanos del general de Cuenca, o si se les
ocurrió a ellos solos en un ataque de ansiedad ciega de poder. Pero lo
cierto es que esa foto peligrosa -que se había detectado en el otoño- y
que se temía en los primeros palacios de Madrid, por lo que significaba y
podía contaminar al PSOE, se esfumó.
Y no solo eso, Iglesias y sus capitanes no fueron al aniversario del
14 de abril y al día siguiente Pablito le hizo al Rey Felipe VI el salto
de la rana en el Parlamento Europeo y le regaló una colección de Juego
de Tronos, y el monarca sonrió ante las cabriolas de su simpático bufón.
Son como niños, como unos membrillos sentados a la mesa de póker de
Parra con el Cabezón de Elche de croupier. Y ahora no entienden lo que
les ha pasado en Barcelona ni la que se les viene encima en Madrid. Y el
enano infiltrado que, como el chivito del cuento se escondía, en la
caja del reloj de la Puerta del Sol, se monda de risa mientras saca
brillo a las bolas doradas que subirán el 2016 entre vítores y aplausos
del pueblo de Madrid. Tic, tac, tic, tac, tic, tac. Menudo festín.
Adivinanza: ¿quien modificó la base de datos de la encuesta de enero de
2015 que daba un 28 % de votos a Podemos? Esa es la cuestión.