La idea de cobrar por el uso de autovías no es una cuestión descabellada, puesto que quitando algunos países escandinavos, la mayoría de los países de la Unión Europea ya cuentan con diversas fórmulas para recaudar dinero a través de las infraestructuras y, así,
contribuir a su mantenimiento y crecimiento.
Pasan desde peajes físicos con barreras, como los instalados en diferentes vías de España, hasta adhesivos para pegar en el vehículo, como sucede en países como Suiza o Austria, o peajes electrónicos, la solución portuguesa a este conflicto.
En general, la tendencia se encamina hacia el pago por uso en las vías de alta capacidad, siendo cada vez menos los países que no cuentan con ningún tipo de canon.
En concreto, Albania, Estonia, Islandia, Finlandia, Letonia, Lituania, Luxemburgo y Ucrania, son los únicos países con un sistema de carreteras libre, mientras que Alemania, Bélgica, Dinamarca, Países bajos y Suecia,a pesar de tener un sistema gratuito, la circulación por algunos puentes o túneles tiene un coste para sus usuarios.
Otra de las fórmulas que existe para pagar por el uso de las infraestructuras se encuentra en Austria, Bulgaria, Chequia, Eslovaquia, Eslovenia, Hungría, Moldavia, Montenegro, Rumanía y Suiza.
En estos países se ha adaptado el sistema de viñeta
para que los conductores puedan circular por las carreteras y, en
función del motivo por el que se viaje a través de ellas, las opciones disponibles son varias, así como sus precios.
En estos casos, la viñeta más barata se encuentra en Rumanía, con un precio de tres euros por semana, y la más cara se compra en Hungría, con un precio de 132,45 euros
al año, aunque esta no es la única opción existente para el país
magiar.
Sin embargo, con independencia de cual sea el precio en cada
país, la realidad es que circular sin viñeta puede llegar a suponer una multa de hasta 800 euros en países como Austria, Bulgaria, Eslovenia o la propia Hungría.
Los peajes por países
El modelo que se aplica en Francia
es bastante similar al español, aunque ciertos condicionantes lo hacen
más costoso para el usuario. Esto se debe a que en toda la red viaria
gala se aplica un recargo de aproximadamente un 50% sobre la tarifa base a caravanas y remolques.
Además, algunos puentes o túneles también cuentan con una tarificación especial, no obstante, el ratio de calidad de las carreteras es el mejor, junto con el de Portugal, según los datos de la Comisión Europea.
En Portugal fue el plan de rescate de la troika el que llevó al Gobierno a cobrar por el uso de la red viaria principal, siendo este un método para reflotar la economía durante la crisis. Pero la realidad es que durante los tres primeros meses de funcionamiento de la medida, las autovías portuguesas perdieron más de 3,5 millones de conductores, por lo que las vías secundarias, que continúan siendo gratuitas, fueron las que asumieron este tráfico.
El
plan de rescate que propuso la troika para Portugal motivó que el
Gobierno comenzase a cobrar por el uso de las vías de alta capacidad
Además, el sistema de autovías portugués (las vías anteriormente conocidas como SCUT) no cuenta con cabinas de cobro, sino que lo hace de forma electrónica asociando las matrículas a diferentes opciones de pago, desde un número de cuenta a dispositivos de telepeaje, pasando por tarjetas prepago online o el sistema EasyToll, donde se asocia la matrícula a una tarjeta de crédito o débito y cuenta con un mes de validez.
Al viajar a Italia se
ha de tener en cuenta que los peajes varían en función de la altura del
vehículo, el número de ejes o el remolque, aunque en este caso es fácil
conocer la cuantía, puesto que al igual que Francia y España, los pasos
se hacen a través de cabinas.
En el caso de los túneles, algunos cuentan con recargos, así como una vía en Milán tiene un sistema que da un plazo de 15 días para que el usuario pague mediante tarjeta, tras haber sido registrado por su matrícula