Un
bancario español tiene el doble de trabajo que un alemán, mientras que
ante la reducción de entidades y sucursales asoman fantasmas de
oligopolio y exclusión financiera.
Unos 83.400 trabajadores de banca han perdido sus empleos en el
periodo entre 2008 y 2017, los años más duros de la crisis económica y
financiera así como la década en la que la banca española ha acometido
su mayor reconversión, tanto en la reducción de lo que se denominaba
"exceso de capacidad instalada" (plantillas y redes) como del número de
entidades bancarias.
Los principales sindicatos han lanzado continuas alertas durante este
tiempo ante la tendencia que se vivía en el sector financiero. La
última, o penúltima vuelta de tuerca, se producirá a lo largo de este
ejercicio como consecuencia de los distintos expedientes de regulación
de empleo (ERE) pactados en algunas entidades: Ibercaja;
Santander-Popular; Bankia; Liberbank, y EVO Banco.
Comisiones Obreras (CCOO) ha sido el último en advertir de esta
tendencia que afectará durante 2018 a más de 3.000 empleados. Ya durante
el pasado ejercicio, las pérdidas de empleos en la banca española
ascendieron a 1.830 puestos de trabajo. Pero el problema no sólo está en
los que se quedan en la calle, sino en los que continúan como
bancarios.
Según el sindicato antes citado, la disminución de las plantillas,
"así como una desmesurada presión comercial, provocan la prolongación
sistemática de la jornada laboral, puesto que no desciende ni el negocio
ni la clientela". Se trata de las tan criticadas "horas extras" que ni
se cobran ni cotizan a la Seguridad Social.
Aunque el grado de bancarización es más alto en España que en otros
países de la Eurozona, las oficinas cuentan con menos empleados según
datos de CCOO: 6,6 empleados en el mercado doméstico, frente a 9,8 en
Italia, 10,9 en Francia ó 19 en Alemania. Según este sindicato, en la
actualidad "un bancario o bancaria de nuestro país atiende el doble de
clientes que uno alemán".
El secretario general de la agrupación del sector financiero de CCOO
Servicios, Joan Sierra, se muestra aún intranquilo ante nuevos recortes
de empleo ya que "va a depender de si se producen nuevos procesos de
concentración, algo que no está descartado. Sin embargo, pensamos que el
número de salidas posiblemente pueda ser más moderado", dado el duro
ajuste ya sufrido en los últimos tiempos.
Doble riesgo
Si las plantillas se han reducido un 31% en la última década, el
número de oficinas cerradas supone el 40% de las que había en 2008 (de
45.662 a unas 27.000 en la actualidad). Esta evolución ha reabierto la
polémica de la exclusión financiera de algunas poblaciones, sobre todo
rurales.
Tal vez por ello, el presidente de la Asociación Española de Banca
(AEB), José María Roldán, lanzaba la propuesta de "oficinas multimarca"
en zonas rurales para "ir a esquemas cooperativos", como dijo tras su
reciente reelección al frente de la patronal bancaria.
Su modelo se ha acogido con cierto interés por parte de algunos
consejeros delegados de la banca española. Desde "la buena noticia" que
supone para el de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, que cuenta con la mayor
red de sucursales en España, hasta el "estudio en detalle" de José
Antonio Álvarez, del Santander. El número dos de Bankia, José Sevilla,
recordaba que su grupo cuenta con un Ofibús con el que atienden unos 300
municipios.
Joan Sierra, secretario general de la agrupación del sector
financiero de CCOO Servicios, considera que, a falta de conocer más
detalles, "cualquier iniciativa destinada a garantizar el derecho de la
ciudadanía al acceso a los servicios financieros es bienvenida", así
como la estrategia de algunas entidades en su apuesta por oficinas de
mayor tamaño, ya que requerirán de "una mayor dotación de plantilla".
Un informe del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas
(Ivie) ya advertía que en 2016 (últimos datos disponibles) más de 4.000
municipios carecían de oficinas bancarias, un hecho que afectaba al
50,7% de los pueblos españoles y a más de 1,25 millones de personas (un
2,7% del total de la población).
Además, un 15,8% de localidades (1.281
municipios) tan sólo contaban con una entidad única para casi un millón y
medio de habitantes (el 3,1% de la población).
Esta situación lleva a plantearse si el sector bancario español se
encamina hacia un oligopolio. Desde el presidente de la AEB a los
distintos directivos de las entidades bancarias españolas se niega este
extremo. Pero también hay excepciones. Hace casi un mes, el presidente
de Ibercaja, José Luis Aguirre, ya advertía de que el grado de
concentración ya es muy alto y "con riesgo de llevarnos a un
oligopolio".