MADRID.- La hegemonía electoral de derechas acaba de tocar a
su fin... según las encuestas. Las estimaciones de Jaime Miquel y
Asociados (JM&A) para Público calculan por vez primera que el
PSOE y Unidos Podemos (UP) sumarían hoy más votos válidos, y más
escaños en el Congreso de los Diputados, que la suma de los del Partido
Popular y Ciudadanos, formación esta última que pierde la primera plaza
que ostentaba en casi todos los sondeos publicados en los últimos meses.
Y Pedro Sánchez no sólo supera a Albert Rivera en votos y en escaños –según el desk research de JM&A, basado en la evolución todos los sondeos publicados–, sino que lo hace muy ampliamente: el PSOE obtendría casi 700.000 votos más que Ciudadanos, al que sacaría 24 escaños y casi tres puntos porcentuales de ventaja.
Con el Partido Popular hundido y dividido tras la súbita caída de Mariano Rajoy, el resultado del arrollador efecto Sánchez es que PSOE
y UP reunirían 163 parlamentarios –sólo seis menos que los de PP+C's
tras las generales de hace dos años– y sumarían el 43,9% de todos los
votos válidos, frente al 43,3% de los dos grandes partidos
derechistas. En consecuencia, unas elecciones anticipadas conllevarían
probablemente la formación de un Gobierno de coalición de izquierda.
El nuevo panorama electoral "corresponde
finalmente a la realidad de la España plurinacional, una vez finiquitada
la era del bipartidismo", subraya Jaime Miquel.
En total, Sánchez logra casi 900.000 votos más que hace dos años,
y el vertiginoso crecimiento del apoyo a Rivera –2,5 millones de
votantes más en ese periodo– no consigue compensar el naufragio de
Rajoy, que pierde 3,2 millones de electores de los casi ocho millones
que confiaron en él en 2016. Por su parte, Pablo Iglesias ha perdido en
este tiempo un número de sufragios muy parecido al que ha ganado Sánchez
con su golpe de efecto de la moción de censura.
De hecho, el análisis más interesante es el de las
transferencias de votos que se han producido en el último mes como
consecuencia de ese inesperado efecto Sánchez:
"El PSOE ha mejorado su fidelidad de voto y
recupera setecientos mil electores socialistas que se habían ido a
Unidos Podemos o a Ciudadanos antes de la moción de censura; por eso alcanza la primera posición y el umbral de los 110 escaños", explica Jaime Miquel.
"Unidos Podemos y las confluencias reúnen 4,2
millones de electores, un registro alto aunque devuelvan trescientos mil
sufragios al PSOE y casi doscientos mil se dispersen entre otros
partidos", continúa Miquel.
En cuanto al lado derecho del espectro político, lo
más destacado es que el PP ha quedado a la deriva y sin timonel, de
forma que la ultraderecha va a escindirse por vez primera del partido
que fundó Fraga:
“Alberto Núñez Feijoo no podía presentarse para presidir el Partido Popular en las condiciones en las que está este partido",
razona Miquel. "La marca ya no aporta valores positivos a sus votantes,
como consecuencia de la conducta y ejemplo de sus dirigentes: una marca
que se ha convertido en escandalosa desde que estalló la traca de
corruptelas Cifuentes-Zaplana-Gürtel”.
"Importa poco lo que suceda en el Partido Popular.
Como en Francia, el PP se quedará con el votante que no va a cambiar al
final; los demás ya están en Ciudadanos y otros de perfil más extremista
se están enrolando en VOX", que en esta nueva oleada de JM&A
repite los dos escaños que ya fue el primero en vaticinar hace un mes,
manteniendo casi invariables sus 165.000 votantes.
"A diferencia del PP, que tiene que decirnos 'Y ahora, qué',
Ciudadanos y VOX están explicando lo que pretenden con claridad
meridiana", prosigue Miquel. "Si se celebra el debate entre candidatos a
las primarias del PP, comprobaremos que su discurso político está
agotado por completo”.
Al tiempo que Rivera, en su afán por amasar todos
los votos liberales, neoliberales y neocon, se ha evadido por completo
de la realidad plurinacional de España, hasta el punto de proponer
una reforma electoral para que sólo entren en el Congreso de los
Diputados las formaciones que obtengan más del 3% de los votos válidos
en todo el país, expulsando así de Las Cortes a todos los partidos
nacionalistas y autonómicos. Y, de paso, cerrándole el paso a VOX para
que no le robe votantes por la derecha antisistema.
Semejante propuesta electoral –claramente
anticonstitucional y antidemocrática, porque niega todo peso político a
las autonomías que conforman el Estado español– hace imposible que
reciba el apoyo de los partidos vascos, catalanes y hasta canarios, por
lo que en realidad se ha cerrado su camino hacia La Moncloa.
Los socialistas han recuperado posiciones (con respecto a 2016) en
Andalucía –donde han ganado 6 escaños hasta quedar primeros muy
destacados, con 26 diputados–, Catalunya, País Valencià, Galicia,
Castilla-La Mancha y Canarias –creciendo dos escaños en cada una–, así
como en Madrid, Castilla y León, Euskadi, Extremadura, Murcia, Cantabria
y La Rioja –en las que ha ganado un parlamentario más que hace dos
años–.
Ciudadanos, por su parte, parece haber alcanzado su
techo de crecimiento en las grandes comunidades (Andalucía, Catalunya,
Madrid, País Valencià y Castilla y León), mientras queda casi residual
en algunas también importantes como Euskadi o Galicia. Al tiempo que el PP –cuya divisa azul dominaba casi todo el mapa de España hace no muchos años– aparece ahora como una formación menor en la mayor parte de las comunidades.
La debacle electoral popular es descomunal: pierde
11 diputados en Andalucía; 8 en Castilla y León; 7 en Madrid; 6 en
València; 5 en Castilla-La Mancha; 4 en Catalunya, Galicia y Canarias; 2
en Euskadi, Extremadura, Murcia y Aragón... hasta un total de 62
diputados menos que hace sólo dos años.
Las caídas más importante de Unidos Podemos se
producirían, según JM&A, en Catalunya (-4 diputados), Andalucía
(-3), Madrid y País Valencià (-2 en ambas). También perdería un escaño
en Castilla y León, Castilla-La Mancha, Aragón, Extremadura y La Rioja.
En todo caso, será el barómetro del Centro de
Investigaciones Sociológicas de julio el que nos ofrecerá la guía
definitiva de este nuevo panorama político, ya que "el CIS es
independiente y desde el Gobierno sólo se puede intervenir planificando
una agenda de lucimiento mientras se realizan las entrevistas de campo",
explica Miquel. "Como, por ejemplo, las de este próximo barómetro, que
coincidieron con las primeras imágenes del presidente Sánchez en
Bruselas, su viaje a Portugal, los rescates de refugiados en el
Mediterráneo, la seguridad bajo el paraguas de la OTAN, lo de RTVE –que
le salió mal– y su encuentro con Obama".
"El CIS es el CIS con independencia de quién lo
presida", insiste Miquel. "Es una referencia central, sus estimaciones
son serias, y muy orientativas, sobre las candidaturas que concurren en
el ámbito estatal. Precisamente, publicamos ahora para comparar en su momento con el barómetro de julio del CIS".
Falta muy poco para que podamos medir estas estimaciones con la vara del CIS.