domingo, 21 de junio de 2009

La consejera andaluza de Agricultura muestra su rechazo rotundo al acuerdo UE-Marruecos

ALMERÍA.- A pesar de que la Comisión Europea quiere zanjar cuanto antes la revisión del acuerdo de asociación entre la Unión Europea y Marruecos, de hecho alertó de que podría firmarse antes de concluir este verano, la consejera de Agricultura y Pesca, Clara Aguilera, insistió en que están presionando para retardar su rúbrica.

La consejera recordó la labor de su antecesor en el cargo, Martín Soler, para promover que se retrasara, prorrogara y que no se hiciera un nuevo acuerdo que estaba previsto para febrero, "seguimos en ello junto a otras comunidades autónomas. No nos gusta y nos vamos a negar, pero ya no es sólo el problema de que se firme el acuerdo de asociación, que lo es, el problema son los controles, que no hay ninguno y al no haberlo y el acuerdo significa una puerta de entrada libre".

Aguilera manifestó que los agricultores, en un encuentro previo, le habían transmitido su preocupación por el acuerdo de la UE con Marruecos, a lo que se refirió: "La preocupación también es para la Consejería de Agricultura. Entendemos que los convenios de asociación con Marruecos perjudican claramente a la agricultura almeriense. Por tanto no nos gustan los acuerdos de asociación"

Además, durante la reunión con los representantes del campo almeriense, la organización agraria Coag le pidió a la consejera, en esta línea, que no se proteja únicamente el tomate, ya que el resto de hortícolas corren peligro ante la liberalización de su comercio con Europa que pretende Marruecos.

Mientras el Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino, mantiene sus exigencias de control de fronteras en la Unión Europea, y afirma que salvo en contadas ocasiones se han respetado los contingentes de entrada así como el precio de acuerdo al convenio con Marruecos, la Consejería de Agricultura y Pesca afirma que el control es nulo.

Aún así, Gobierno autonómico y central están en permanente contacto, según explicó Aguilera, quien apuntó que desde su Consejería se ha reclamado la articulación de medidas por parte del Ministerio que impidan la firma de la renegociación.

"Si es inevitable el acuerdo con Marruecos, se pondrá en marcha inmediatamente una comisión bilateral que está pactada para que pudiésemos estar como comunidad autónoma en el control de ese acuerdo de asociación", sentenció la consejera.

La CAM cerrará 130 oficinas este año antes de fusionarse

ALICANTE.- Los años 2009 y 2010 se presentan muy complicados para todas las entidades financieras -incluidas la CAM-, así que todos los esfuerzos son pocos para la mejora de los márgenes. Y ahí el control de la morosidad será determinante.

A la conclusión del primer semestre, la caja alicantina ha cerrado 60 oficinas, cumpliendo con las recomendaciones establecidas por el Banco de España para ajustar las redes al actual descenso del negocio. Para la segunda mitad del año las previsiones apuntan al cierre de otras 70 más, lo que supone un adelgazamiento importante y una ahorre de costos. El reto es optimizar al máximo los recursos y evitar la duplicidad de servicios.

En cuanto a las hipotéticas fusiones que estudia el Banco de España, nada concreto trasciende. Lo que está claro, tal como ha quedado de manifiesto en las últimos días, es que la opción CAM-Bancaja está descartada. Si ofrecía muchas dudas ya esa unión en tiempos de bonanza, en la actualidad resulta inviable porque no aportaría lo que necesita cada una, seún 'Las Provincias'.

A partir de aquí, los caminos pasan por dos estrategias, o ser cabeza de ratón, absorbiendo otras cajas de tamaño menor o similar de otras autonomías, que aporten fortaleza y diversificación; o ser cola de león, y dejarse en manos de un imperio como Caja Madrid.

Por otra parte, Caja Mediterráneo (CAM) abrió hasta mañana 22 de junio el plazo para que los suscriptores que así lo deseen puedan revocar las órdenes de suscripción de participaciones preferentes emitidas por la entidad, según informó la caja a la Comisión Nacional del Mercado de Valores.

La entidad cuenta ya con un sólo día hábil para la revocación de las órdenes después de que la agencia Moody's rebajase la calificación crediticia de la entidad, con lo que se une a Caja Madrid, Caixanova y 'la Caixa', que ya anunciaron la misma decisión.

La Caja Mediterráneo (CAM) anunció el pasado 10 de junio una emisión de participaciones preferentes por importe de 450 millones de euros ampliables a 850 millones. Las participaciones, con un valor nominal de 1.000 euros y un importe mínimo de suscripción de 10.000 euros, tenían una remuneración del 7,35% durante los dos primeros años, pagadera trimestralmente.

Azagra revela que la UCAM no es de la Diócesis

MURCIA.- "Conozco a José Luis Mendoza desde que yo estaba en Cartagena. Pertenecía a un grupo de kikos. Se va a América con 8 hijos y medio. Y a la vuelta, me propone lo de la Universidad Católica. Si no hay consentimiento del obispo, no se puede hacer una Universidad Católica. Y estuve tres meses dándole vueltas con los vicarios. Que dependa de la Iglesia, imposible, no había dinero. Yo no puedo hacer una Universidad que dependa de la Diócesis, y él sí arriesga su patrimonio. Así que di el consentimiento", revela hoy en 'La Verdad', monseñor Javier Azagra, obispo emérito de Cartagena.

"Yo sólo duré dos años cuando me jubilé la cosa estaba en marcha. Siete mil alumnos, buenos profesores, familias de Murcia que no tienen que mandar a sus hijos fuera y que reciben una buena formación y...

...Y vinieron los conflictos

-Es cuando viene el obispo anterior y pensó que la titularidad es de la Diócesis. Y ahí hubo un conflicto muy fuerte. Una pena. Yo con ese obispo he tenido muy buenas relaciones, pero nunca hablamos del tema de la Universidad, aunque yo fui el que la fundó. Y eran momentos de tensión. De ahí que interviniera el Vaticano, el nuncio, para decirle que eso no era acertado. Y ya lo quitaron de aquí y lo mandaron a otra diócesis, para que siguiera como se había establecido. Para mí la Universidad Católica está siendo una evangelización de la juventud en la que se unen fe y ciencia, para que la fe no sea algo fuera de la realidad científica. A mí me parece que es positivo.

La hora (mala) de las cajas de ahorro / Enrique Arias Vega

El presidente de Bancaixa, José Luis Olivas, reclama la despolitización de las Cajas de Ahorro, lo cual es una paradoja, puesto que él accedió al cargo tras haber pasado por la presidencia de la Generalitat.

Al menos, en el caso de nuestro hombre se trata de un gestor de probada capacidad, justo lo contrario que Juan Pedro Hernández Moltó, ex portavoz de Economía del PSOE en Las Cortes, que ha dejado hecha unos zorros a la antes saneada Caja de Castilla-La Mancha.

Por eso, el mensaje de Olivas, en el fondo, es muy otro: les está pidiendo a los Gobiernos autonómicos que en esta hora de tribulación económica permitan a las Cajas que se busquen la vida donde puedan, en vez de obligarlas a funciones regionales contra natura.

Lo mismo, con otras palabras, vino a decir hace unos días el nuevo presidente de la CAM, Modesto Crespo, al tomar posesión de su cargo: su entidad y Bancaixa no son complementarias, sino de un perfil similar, por lo que su fusión no conllevaría ninguna ventaja y sí un montón de problemas, incluidos los laborales.

Algo de eso se planteó hace unos años, cuando el entonces presidente de la Comunitat, Eduardo Zaplana, trató de forzar una integración que por suerte se redujo a una inane corporación conjunta de participaciones industriales. Es decir: nada con sifón.

En este momento la cosa resulta aun más complicada, ya que entonces las entidades de crédito duplicaban sus beneficios cada tres o cuatro años cuando ahora, en cambio, están viendo las orejas del lobo: el máximo responsable de las Cajas, Juan Ramón Quintás, prevé una morosidad del 9% para el año que viene, aunque el presidente de La Caixa, Juan María Nin, optimista él, cree que podrían aguantar hasta el 15%.

En cualquier caso, los distintos gobiernos regionales siguen erre que erre. El de Juan Vicente Herrera, en Castilla y León, está forzando una integración a la que se oponen como gatos panza arriba algunas entidades, como la de Burgos. Las dos más grandes -Caja España y Caja Duero- saben, sin embargo, que no pueden sustraerse a tan poderosas intenciones, ni siquiera aunque la consultora Deloitte desaconsejara la fusión. En vez de hacerla caso, la despidieron y ficharon a otro consultor más dócil a los designios políticos.

En su día, Ibarretxe no pudo hacer la integración en Euskadi, poniendo al frente de la Caja unificada resultante al ex lehendakari José Antonio Ardanza, porque se le resistió la vitoriana Caja Vital, en manos del socialista Gregorio Rojo, hermano del presidente del Senado, Javier Rojo.

Por su parte, Manuel Chaves, poderoso jerifalte andaluz durante dos décadas, les hizo la vida imposible a los presidentes financieros díscolos -espionaje incluido-, llegando a echarlos del partido, acosó también hasta su jubilación al cura Miguel Castillejo, presidente de Caja Sur, y sólo aceptó la frustrada fusión de la Unicaja de su correligionario Braulio Medel con CCM por estar asentadas ambas en dos Comunidades socialistas. Por el contrario, cuando Caja Sur se ha acercado a Caja Murcia, su sucesor, José Antonio Griñán, ya ha dicho que nones.

A esta grosera manipulación política es a lo que se opone José Luis Olivas. Él es partidario, como lo era el anterior presidente de la salmantina Caja Duero, Sebastián Battaner, de llegar a acuerdos interregionales con entidades como Ibercaja, CajaAstur,. con las que tener sinergias y no convertirse en obsecuentes bancos centrales autonómicos al servicio del partido político hegemónico de turno.

La legislación de las cajas debe cambiar, pues, para quedarse seguramente en una veintena, en vez de en las 45 actuales. Deben convertirse en entidades más transparentes, como le exige Obama al sistema financiero norteamericano, para evitar así que los impositores crean que suscribir el último invento de obligaciones subordinadas tiene la misma carencia de riesgo que abrir una cuenta de depósito.

Debe cambiar todo, en fin, como decía el protagonista de la novela El Gatopardo, para conseguir que todo siga siendo igual: que se mantenga la necesaria y benéfica obra social y la floreciente y promotora obra cultural.

Si no, lo único que nos llegará al gran público de las Cajas serán esas operaciones tan discutibles como el crédito concedido a Florentino Pérez de 76,5 millones, al coste del euríbor más dos puntos y con tres años de carencia, para poder fichar a Cristiano Ronaldo.

Para viajes financieros tan escandalosos no se necesitan las alforjas de las Cajas.

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