domingo, 28 de octubre de 2007

El Vaticano proclama beatos a 498 mártires españoles «del siglo XX», seis, murcianos

CIUDAD DEL VATICANO.- Miles de peregrinos españoles, más de 35.000, han seguido la ceremonia de beatificación de 498 mártires que fueron asesinados durante la persecución religiosa que se desató en España antes y durante la Guerra Civil. El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, presidía la delegación oficial junto a representantes de siete Comunidades Autónomas, el diputado socialista malagueño Juan Andrés Torres Mora, ponente de la Ley de Memoría Histórica, y otros ocho parlamentarios del PP.

Muchos de ellos llevaban desde antes de las 8.00 horas de la mañana -que es cuando se ha abierto el control de entrada para acceder a la Plaza San Pedro- esperando el inicio de la ceremonia y preparando este momento con la ayuda de los cantos y la lectura de documentos que se recogen algunos testimonios de los mártires que hoy han sido proclamados beatos.

Han acudido al evento al menos 30.000 fieles de toda España (bastantes de ellos, procedentes de la Región de Murcia) que se han desplazado a Roma con los viajes oficiales que han organizado las diócesis, parroquias, colegios o congregaciones de religiosos y religiosas, según informó la Conferencia Episcopal Española (CEE), sin contar con los que han decidido viajar por su cuenta.

"Mártires del siglo XX"

Especialmente relevante ha sido la presencia de los familiares de los mártires, que según los datos de la CEE suman unos 2.500. La ceremonia, ha empezado a las 10.00 horas presidida por el Cardenal y prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, José Saraiva Martins, en representación del Papa Benedicto XVI. Media hora después del inicio, el cardenal ha proclamado beatos en el Vaticano, en nombre del papa Benedicto XVI, a los 498 españoles asesinados en 1934 y 1936-39. La Iglesia les considera "mártires del siglo XX".

Los peregrinos presenten en la Plaza de San Pedro del Vaticano han acogido la proclamación con aplausos y ondeando banderas españolas mientras sonaba música sacra.

Junto a Saraiva Martins, concelebraban la ceremonia un total de 71 obispos (el de Cartagena, Reig Pla, entre ellos) y más de un millar de sacerdores, muchos de ellos familiares de los mártires, así como los Superiores Generales de las Ordenes Religiosas.

Entre los obispos presentes figuraban los cardenales Ricard María Carles, arzobispo emérito de Barcelona; Antonio María Rouco Varela, arzobispo de Madrid; Carlos Amigo Vallejo, arzobispo de Sevilla; Antonio Cañizares Llovera, arzobispo de Toledo; y Julián Herranz, presidente emérito del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos de la Santa Sede; así como los dos purpurados recién elegidos Agustín García-Gasco -arzobispo de Valencia-- y Lluís Martínez Sistach -arzobispo de Barcelona.

También estaban presentes el presidente de la CEE y obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez Pérez, y el Secretario General de la CEE, Juan Antonio Martínez Camino.

Representación del Gobierno

El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, presidía la delegación oficial española, junto a representantes de 7 Comunidades Autónomas, 8 municipios, el diputado socialista Juan Andrés Torres Mora, ponente de la Ley de Hemoria Histórica, y otros 8 parlamentarios del PP.

Además de Moratinos, formaban parte de la delegación oficial el embajador de España ante la Santa Sede, Francisco Vázquez; el subsecretario de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Luis Calvo; y la directora de Asuntos Religiosos del Ministerio de Justicia, Mercedes Rico.

El PSOE sólo ha estado representado por el diputado Juan Andrés Torres Mora, que además de ponente de la ley es familiar de uno de los mártires que han sido beatificados. Del PP han acudido ocho parlamentarios y miembros del partido, entre los que figuran Jorge Fernández Díaz, Juan Carlos Guerra, Eugenio Nasarre, Jaime del Burgo, José Ignacio Echániz, María Dolores de Cospedal, Juan Pablo Sánchez Pacheco y Jesús Bonilla.

Una beatificación masiva

Entre los 498 mártires beatificados, dos eran obispos; 24 sacerdotes diocesanos; 462 religiosos; un diácono; un subdiácono; un seminarista y siete laicos. La gran mayoría eran españoles (salvo cinco) y tenían entre 20 y 30 años en el momento de su martirio. Respecto a las fechas de su muerte, dos tuvieron lugar en octubre de 1934; 489 sufrieron el martirio en 1936 y siete fueron martirizados en 1937.

Se trata de la beatificación más numerosa de la historia de la Iglesia. En ella se reúnen un total de 23 causas, que fueron iniciadas y llevadas adelante en su momento por las respectivas postulaciones.

Con estos nuevos beatos, son ya casi un millar -977- los mártires de la persecución religiosa española del siglo XX beatificados, once de los cuales ya han sido canonizados. Durante el Pontificado de Benedicto XVI son 559 los beatos que han subido a los altares.

Aparición de Benedicto XVI

Benedicto XVI ha expresado su satisfacción por la beatificación de estos "mártires del siglo XX", por las persecuciones religiosas en la Segunda República y en la Guerra Civil, de los que dijo que "con sus palabras y gestos de perdón hacia sus perseguidores, nos impulsan a trabajar incansablemente por la misericordia, la reconciliación y la convivencia pacífica".

El Papa ha pronunciado estas palabras ante varias decenas de miles de personas, entre ellas mucho españoles, que han asistido en la plaza de San Pedro a la beatificación y después al rezo del Ángelus, que el Pontífice ha dirigido desde la ventana de su apartamento que da al recinto vaticano.

"La beatificación de un número tan alto de mártires demuestra que el supremo testimonio de la sangre no es una excepción reservada solo a algunos individuos, sino una eventualidad realista para todo el pueblo cristiano", ha dicho el Obispo de Roma hablando en italiano.

El Papa Ratzinger ha añadido que los 498 son "hombres y mujeres de diferentes edades, vocaciones y condición social, que pagaron con la vida su fe en Cristo y en la Iglesia". Después del rezo del Ángelus, y ya hablando en español, el Pontífice ha saludado "con afecto" a los fieles españoles presentes en la plaza y a los que han seguido la ceremonia por radio y televisión, así como a los obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y seminaristas asistentes.

El Papa pide la intercesión de los nuevos beatos

"Damos gracias a Dios por el gran don de estos testigos heroicos de la fe que, movidos exclusivamente por su amor a Cristo, pagaron con su sangre su fidelidad a Él y a su Iglesia. Con su testimonio iluminan nuestro camino espiritual hacia la santidad, y nos alientan a entregar nuestras vidas como ofrenda de amor a Dios y a los hermanos", ha señalado el Papa.

Benedicto XVI ha señalado que estos beatos "con sus palabras y gestos de perdón hacia sus perseguidores, nos impulsan a trabajar incansablemente por la misericordia, la reconciliación y la convivencia pacífica".

Además,el Pontífice ha invitado a los españoles "a fortalecer cada día más la comunión eclesial, a ser testigos fieles del Evangelio en el mundo, sintiendo la dicha de ser miembros vivos de la Iglesia, verdadera esposa de Cristo".

Benedicto XVI ha pedido a los nuevos beatos que intercedan por la Iglesia en España y en el mundo y ha abogado para que "la fecundidad de su martirio produzca abundantes frutos de vida cristiana en los fieles y en las familias; que su sangre derramada sea semilla de santas y numerosas vocaciones sacerdotales, religiosas y misioneras".- (EFE)

Seis nuevos beatos murcianos

Cerca de doscientos cincuenta murcianos han estado hoy en el Vaticano para asistir a la ‘beatificación de seis mártires murcianos, según fuentes del Obispado de Cartagena.

Esta expedición estaba formada por el Obispo, Juan Antonio Reig Pla; el vicario general, Miguel Ángel Cárceles; así como familiares de los sacerdotes que han sido beatificados, y feligreses que también estuvieron en sus parroquias.

Los sacerdotes murcianos que han sido beatificados en el Vaticano son dos diocesanos y cuatro religiosos de la orden Hermanos de la Escuelas Cristianas La Salle, a los que el obispo de la Diócesis de Cartagena, Juan Antonio Reig Pla, representó en la popular plaza de San Pedro.

Por su parte, los dos sacerdotes diocesanos que hoy recibieron la dignidad de beatos son José María Cánovas Martínez y Fortunato Arias. En el caso de este último, se trata de un cura de El Palmar que murió asesinado en el transcurso de la Guerra Civil en el municipio albaceteño de Hellín.

Los ciudadanos de la Región que no han querido perderse este evento partieron el jueves en tres autobuses con destino a Valencia, dos de ellos salieron desde la Diócesis y uno desde El Palmar, que es una de las parroquias en las que ha estado uno de los sacerdotes que será beatificado.

Una vez en la capital valenciana, estos fieles tomaron el viernes el avión a las 13:30 horas, con destino a Roma. Los murcianos aprovecharon ayer para visitar el museo del Vaticano, mientras que hoy estuvieron en el acto de beatificación y mañana asistirán a una misa de acción de gracias, tras lo que regresarán a Valencia.


Todos los nuevos beatos de la Iglesia Católica, excepto uno, fueron asesinados en Lorca, el 18 de noviembre de 1936, y sus edades comprendían entre los 43 y los 23 años

Los seis murcianos mártires por su fe fueron:

Ovidio Bertrán, Fue asesinado en Lorca con los Hermanos y otros sacerdotes, el 18 de noviembre de 1936. Tenía 43 años.

Hermenegildo Lorenzo, su última comunidad fue Lorca, en la cual le sorprendió la persecución religiosa de 1936. Fue detenido con los Hermanos de la comunidad el 30 de julio, y asesinado en la madrugada del 18 de noviembre. Tenía 33 años.

Luciano Pablo, en 1934, fue destinado a Lorca, donde llegó el 9 de septiembre. En esta comunidad le sorprendió la persecución religiosa. Fue detenido con los demás Hermanos de la comunidad el 30 de julio de 1936, y con ellos recibió la muerte el 18 de noviembre de 1936. Tenía 33 años.

Estanislao Víctor, en 1933 fue destinado a la Escuela San José de Lorca, donde le sorprendió la persecución religiosa. Fue detenido con los demás Hermanos de la comunidad el 30 de julio de 1936, y con ellos recibió la muerte el 18 de noviembre de 1936. Tenía 28 años.

Lorenzo Santiago, fue detenido con los demás Hermanos de la comunidad el 30 de julio de 1936, y con ellos recibió la muerte el 18 de noviembre de 1936. Tenía 23 años.

José María Cánovas Martínez. Nació en Totana (Murcia) el 9 de agosto de 1889 y fue bautizado el día 11. Ordenado presbítero en 21 de mayo de 1921 para la diócesis de Cartagena-Murcia, fue destinado como coadjudor de la parroquia de Santiago de Lorca, donde era párroco su hermano mayor. Fue asesinado, junto con los Hermanos de las Escuelas Cristianas, el 18 de noviembre de 1936. Tenía 42 años.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

CIUDAD DEL VATICANO (AFP) - Unas 30.000 personas asistieron este domingo en la plaza de San Pedro a la beatificación de 498 "mártires¨ de las "persecuciones religiosas" de la Guerra Civil española, a cuyo término el papa Benedicto XVI exhortó a los españoles a trabajar por la "reconciliación" y la "convivencia pacífica".

El llamado del Papa deberá aplacar las polémicas generadas en algunos sectores de la izquierda europea por la masiva beatificación de víctimas de un solo bando de un conflicto que duró desde 1936 a 1939 y que marcó fuertemente la historia de Europa en el siglo XX.

Editorialistas e historiadores tanto españoles como italianos criticaron la mayor beatificación de la historia de la Iglesia por el carácter 'político' del acto.

Y es que éste se ha producido pocos días antes de la probable aprobación, la próxima semana en España, de la Ley de Memoria Histórica que rehabilita a todas las víctimas de la Guerra Civil española y de la posterior represión de la dictadura impuesta por el general Francisco Franco.

La ceremonia de beatificación, oficiada toda en español, fue presidida por el cardenal portugués José Saraiva Martins, prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, representante oficial del Papa.

Benedicto XVI no celebró la ceremonia aunque fue testigo del rito desde el palacio apostólico, desde donde dirigió un mensaje a los presentes.

"Con sus palabras y gestos de perdón hacia sus perseguidores, (los nuevos beatos) nos impulsan a trabajar incansablemente por la misericordia, la reconciliación y la convivencia pacífica", clamó el Papa al término del Angelus, pronunciado desde la ventana de su apartamento.

El Papa no hizo alusión a las circunstancias históricas en las que murieron los 498 nuevos beatos y se limitó a recordar que "no todos están llamados al martirio cruento".

En la ceremonia estuvieron presentes representantes del Gobierno español, entre ellos el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos.

La presencia de Moratinos y de uno de los ponentes de la Ley de Memoria Histórica en la ceremonia en el Vaticano fue calificada de "gesto amistoso tras fuertes roces" con la Iglesia, según el diario español El País.

"Los mártires no son patrimonio exclusivo de una nación, pertenecen al mundo entero, a la Iglesia universal", recalcó el cardenal Saraiva Martins durante la homilía, en unas palabras también interpretadas como otro gesto pacificador ante las polémicas por la beatificación.

En la lista de nuevos beatos figuran dos obispos, 24 sacerdotes, 462 religiosos, tres diáconos, un seminarista y siete laicos. Cinco de ellos nacieron fuera de España, dos en Francia, dos en México y otro en Cuba.

La mayoría de los nuevos beatos murieron en 1936, siete fueron asesinados en 1937 y dos fueron víctimas de unas 'persecuciones religiosas' de 1934.

Según los historiadores, cientos de religiosos y religiosas españoles fueron asesinados por los republicanos, sector que contaba con fuertes corrientes anticlericales antes y durante la Guerra Civil, que dejó un saldo de más de 500.000 muertos en España entre julio de 1936 y abril de 1939.

Tras la derrota de los republicanos y la victoria de los militares sublevados y la instauración del régimen dictatorial de Franco, unos 50.000 republicanos fueron ejecutados por las fuerzas nacionalistas y decenas de miles fueron encarcelados o tuvieron que partir en exilio.

No es la primera vez que la Iglesia beatifica a "mártires" de la Guerra Civil española ya que Juan Pablo II, fallecido en abril de 2005, en varias ocasiones elevó a los altares a religiosos "víctimas de las persecuciones religiosas".

Anónimo dijo...

Me gusta más el humor del periódico "El Faro". Zapatero leyendo la ley de memoria histórica y el Papa organizando la mayor beatificación de la historia...

Anónimo dijo...

No es que los fusilaron, es que los echaron a todos a un pozo de azufre a la salida de Lorca en dirección Caravaca. Ahí tienen la maldición de un pueblo que no progresa y no tiene futuro, arruinado en los puticlubs y envilecido hasta la explotación de seres humanos. Lorca no es una marca de civilización y tolerancia, sino el peor ejemplo de lo que fue nuestra guerra incivil.Purgará por años su crimen colectivo.

Anónimo dijo...

Los cuerpos del sacerdote José Cánovas Martínez, párroco de Santiago, y de los cinco Hermanos de La Salle, Ovidio Bertrán, Lorenzo Santiago, Luciano Pablo, Hermegildo de Lorenzo y Estanislao Víctor, podrían ser exhumados en breve de los pozos de las minas de azufre donde se encuentran. La petición tiene previsto realizarla la Vicaría Episcopal de Lorca, según anunció el vicario José Antonio Abellán en declaraciones a La Verdad. «Queremos intentar recuperar sus restos mortales», señaló Abellán, para añadir que «nuestra intención es que reciban cristiana sepultura».

Sobre el lugar donde podrían finalmente reposar estos seis mártires lorquinos, o que han tenido que ver de forma directa con Lorca, sería ¯según Abellán¯ «la iglesia de Santiago, ya que el sacerdote José Cánovas, era precisamente párroco de ese templo, aunque la decisión final es del Obispo de la Diócesis».

El que fuera sacerdote de Santiago y los cinco Hermanos de La Salle fueron beatificados el pasado domingo, día 28 de octubre, en el transcurso de una ceremonia litúrgica celebrada en la Plaza de San Pedro de Roma. Todos ellos fueron martirizados en Lorca el día 18 de noviembre de 1936.

En los próximos días está previsto que se lleve a cabo en la iglesia de Santiago una Misa Solemne de Acción de Gracias por la beatificación de los seis, según José Antonio Abellán, quien explicó que estaba prevista una peregrinación a Roma que finalmente no se produjo. «El párroco de Santiago estuvo organizándola, pero al final no se produjo, es por lo que queremos celebrar una misa de acción de gracias».

La iglesia de Santiago, en unión con el resto de parroquias, ha elaborado estos días un tríptico con motivo de la beatificación de los mártires. En él, aparece la fotografía de José Cánovas Martínez acompañada de su biografía. También aparecen detalles de los momentos previos a su martirio en compañía de los cinco Hermanos de La Salle.

El que fuera párroco de Santiago era natural de Totana en donde nació en 1894. Toda su vida de sacerdote desde 1921 a 1936 la pasó en la Parroquia de Santiago Apostol de Lorca. Primero fue coadjutor de su hermano Francisco, párroco de esta iglesia. Más tarde, pasó a ser cura regente de Santiago. El 3 de agosto de 1936 fue encarcelado.

El 18 de noviembre de ese mismo año, cinco milicianos mandados por un tal Avelino, le hacen subir en un camión junto a los cinco Hermanos de La Salle, Ovidio, Lorenzo, Luciano, Hermegildo y Estanislao, que estaban con él en la cárcel. Les llevaron, atados unidos unos a otros, hasta el coto minero en donde estaban las minas de azufre. Después de despojarles de cuanto llevaban, les colocaron en fila mientras ellos rezaban con fervor.

Poco después, eran matados, fusilados. Sus cuerpos fueron arrojados a uno de los pozos, del que pocas referencias existen en cuanto a cuál se trata, ya que la zona está plagada de éstas bocas.

De los Hermanos de la Salle poco se cuenta de su biografía, sólo se asegura que llevaban el colegio del Carril de Caldereros, como ahora lo hacen las Mercedarias o antes, las Hijas de la Caridad en San Francisco.

Una cruz blanca

Años después, en la boca de las minas de azufre se colocó una cruz de color blanca encima de una fría lápida de mármol. En ella, aparecía la siguiente inscripción: A la memoria de los Hermanos de La Salle, aquí martirizados el 18 de noviembre de 1936. Hace algunos años la cruz fue retirada de su lugar de origen y llevada al cementerio de San Clemente.

La inscripción se encuentra en la calle principal del camposanto a un lado de la capilla de San Clemente. En ella, aparecen casi a diario flores frescas, que depositan los fieles. A unos metros, hay otra cruz de similares características dedicada a los Hermanos de las Escuelas Cristianas.

En los pozos de las antiguas minas de azufre no queda ninguna inscripción que recuerde lo ocurrido aquel día de 1936. Sin embargo, son muchos los que aún se acercan por el lugar, como lo hacían muchos de los niños que asistían a las escuelas de los Hermanos de La Salle. Iban de excursión a aquel paraje y rezaban por los hermanos que yacían en el lugar, como recuerdan, todavía, algunos de aquellos antiguos alumnos.
De "La Verdad"

josema15 dijo...

GRACIAS A DIOS POR ESTA PAGINA DONDE OS PUEDO PREGUNTAROS SOBRE LA VIDA DEL BEATO PROCESO RUIZ CASCALES, MURCIANO, Y QUE SU MISA ES EL 30 DE JULIO,
OS AGRADEZCO POR TAN VALIOSA INFORMACION