BERLÍN.- Muchas personas no vacunadas, como la estrella del fútbol alemán
Joshua Kimmich, no se vacunan porque temen a posibles consecuencias a
largo plazo. ¿Con razón? Revisemos los hechos, dice la emisora estatal alemana DW.
En una entrevista con la televisora Sky, el futbolista profesional del Bayern Múnich, Joshua Kimmich, suscitó un debate
que no es nuevo entre los no vacunados: la suspicacia frente a las
vacunas contra el coronavirus por la falta de estudios a largo plazo.
Uno de cada cuatro alemanes sigue sin vacunarse contra el COVID-19.
Algunas personas no vacunadas justifican sus dudas con el miedo a las
posibles consecuencias a largo plazo de las vacunas.
Mientras, los escépticos de la vacunación señalan en Twitter ejemplos
de otras vacunas, por ejemplo contra la gripe porcina, donde
supuestamente hubo efectos a largo plazo. Pero, ¿es esto realmente
cierto? Aquí, ofrecemos respuestas a las preguntas más importantes.
¿Cuáles son las diferencias entre las reacciones a las vacunas, los efectos secundarios y sus implicaciones a largo plazo?
Las reacciones a la vacunación suelen producirse poco después de la
misma y pueden durar varios días. En el caso de las vacunas contra el
SARS-CoV-2, se trata, de dolor en el lugar de la inyección o dolor de
cabeza. Estas reacciones del cuerpo muestran que el sistema inmunitario
está haciendo frente a la vacuna.
Los efectos secundarios son reacciones más fuertes, por así decirlo.
Son "una reacción no deseada del cuerpo a la vacuna que se produce
además de la reacción normal (dolor de cabeza o en el brazo)", dice
Christine Falk, presidenta de la Sociedad Alemana de Inmunología y
profesora del Instituto de Inmunología de Trasplantes de Hannover, en
entrevista con DW.
Este segundo tipo de reacción es más grave que las reacciones
habituales y, en el caso más extremo, pueden provocar daños por
vacunación que tienen un impacto a largo plazo en la salud. Ya se han
descubierto efectos secundarios muy raros, como las trombosis (del seno
venoso cerebral) o la inflamación del músculo cardíaco, provocado luego
de recibir vacunas anticovid.
El término "secuelas a largo plazo", popularmente utilizado, no puede
separarse de los efectos secundarios en relación con las vacunas. Se
trata de efectos secundarios que solo se asocian a la vacunación después
de un tiempo, explica el inmunólogo alemán Carsten Watzl, en un tuit
viral.
Así, por ejemplo, si un efecto secundario sólo se produce en una
de cada millón de personas, esta conexión sólo se hace evidente cuando
varios millones de personas han sido vacunadas.
La ventaja de las vacunas contra COVID-19 es que hasta ahora se han
administrado más de 6.800 millones de dosis de vacunas en todo el mundo,
por lo que los efectos secundarios poco frecuentes pueden detectarse
rápidamente.
"Debido a que muchas personas ya han sido vacunadas, y a que el
momento de la administración para muchas personas fue hace muchos meses,
ahora estamos seguros de cuáles son los posibles efectos secundarios",
explica el inmunólogo alemán Reinhold Förster, de la Escuela de Medicina
de Hannover, a DW.
¿Qué pasó con los casos inicialmente no detectados de trombosis causados por AstraZeneca?
Se trata de un efecto secundario poco frecuente que sólo fue
descubierto por las autoridades sanitarias tras la introducción de la
vacuna de AstraZeneca, confirma Förster. Entre ellos, había algunos
casos graves, con coágulos de sangre en lugares diferentes o inusuales
(por ejemplo, en el cerebro, como trombosis del seno venoso cerebral).
"Los estudios de registro pueden mostrar las reacciones más
frecuentes a la vacuna, pero desgraciadamente no las raras, debido al
número relativamente pequeño de casos", explica también la
inmunóloga Falk. Por eso, este efecto secundario sólo salió a la luz
después de la aprobación.
Según las autoridades sanitarias australianas, la trombosis sólo se produce en un máximo de cuatro a seis personas de cada millón que se vacunan con AstraZeneca.
La mayoría de estos casos de trombosis suelen producirse entre dos y
tres semanas después de la vacunación, principalmente en personas
menores de 60 años, aclara, por su parte, el Centro Federal de Educación
Sanitaria de Alemania. Por este motivo, desde el 1 de abril de
2021, Alemania solo recomienda la vacunación con AstraZeneca a los
mayores de 60 años.
Como sea, resumen los expertos, si este efecto secundario se detecta a tiempo, puede tratarse.
¿Cuánto tiempo tarda la vacuna en descomponerse en el organismo?
Hay dos tipos diferentes de vacunas aprobadas, por ejemplo, en la
Unión Europea: las vacunas de ARN mensajero (ARNm), de Biontech-Pfizer o
Moderna, y vacunas de vectores virales, como las de AstraZeneca o
Johnson & Johnson. En ambos casos, "estamos hablando de días y
semanas hasta que las vacunas se descomponen por completo y dejan de
estar presentes en nuestro organismo", explica la inmunóloga Falk.
Para entenderlo: las vacunas de ARNm contienen, por así decirlo, el
plano de la composición de un determinado componente del virus; tras su
inyección, el sistema inmunitario se estimula y se forman anticuerpos
contra esta pequeña parte. Después, según Biontech-Pfizer, el ARNm se
degrada completamente de nuevo, por lo que no puede desencadenar ningún
efecto tardío a largo plazo. "No hay pruebas de que puedan producirse
reacciones posteriores", afirma también el inmunólogo Förster.
Las vacunas de vectores virales también contienen un plano de una
parte específica del virus y estimulan al sistema inmunitario para que
produzca anticuerpos. Según el alemán Centro Federal de Educación
Sanitaria, los vectores de las vacunas se descomponen al cabo de poco
tiempo, por lo que tampoco pueden provocar una reacción en el organismo
una vez transcurrido un período de tiempo más largo.
¿Qué efectos secundarios se han reportado tras la aplicación de vacunas contra COVID-19?
Los efectos secundarios conocidos y al mismo tiempo muy raros de las
vacunas contra el coronavirus, que el alemán Instituto Paul Ehrlich
enumera en su informe de seguridad, son, por ejemplo: la miocarditis,
una inflamación del músculo cardíaco, y la pericarditis, una inflamación
del pericardio, cuya relación causal aún no se ha aclarado de forma
concluyente, en los casos notificados hasta ahora. Además, se han
notificado reacciones anafilácticas, trombosis (del seno venoso
cerebral), síndrome de Guillain-Barré y trombocitopenia o
trombocitopenia inmunitaria.
Conclusión:
Los principales expertos en inmunología de Alemania descartan, en
gran medida, la posibilidad de que las personas enfermen años después,
como consecuencia de la vacunación contra COVID-19. El cuerpo reacciona a
la vacuna directamente tras la vacunación, o pocas semanas más tarde.
Y, entonces, puede desarrollar reacciones a la vacuna o, dado el caso,
efectos secundarios más graves.
En el peor de los casos, aunque también
muy raro, pueden ser trombosis (del seno venoso cerebral) o
inflamaciones del músculo cardíaco, que también pueden tener un efecto a
largo plazo en la salud de la persona.
Dado que ya se han administrado casi siete mil millones de dosis de
vacunas en todo el mundo, ya se han podido descubrir efectos secundarios
muy poco frecuentes. Pero todavía no se dispone de estudios científicos
sobre sus posibles consecuencias a largo plazo.
No obstante, las consecuencias a largo plazo, en el sentido de
efectos tardíos que solo aparecen por primera vez años después de la
vacunación, como temen algunos escépticos, no son posibles coinciden
todos los inmunólogos entrevistados y fuentes científicas consultadas.