MURCIA.- La economía de la Región de Murcia crece por quinto año consecutivo
pero con dificultades para avanzar en productividad y converger con la
renta media por habitante nacional. Además, la Comunidad presenta un
"grave problema" de pobreza y exclusión social, con indicadores que
mejoran pero siguen siendo peores que en el resto del país, según pone
de manifiesto la 'Memoria anual sobre la situación socioeconómica y
laboral de la Región de Murcia en 2018' elaborada por el Consejo
Económico y Social (CES).
Así lo ha hecho saber el presidente del CES, José Antonio Cobacho, en
la rueda de prensa para presentar esta Memoria, en la que ha
comparecido acompañado por el vicepresidente del CES y presidente de la
Cámara de Comercio de Murcia, Miguel López Abad; por la presidenta de la
Federación de consumidores Thader Consumo, Juana Pérez Martínez; y por
los secretarios generales de UGT y CCOO Región de Murcia, Antonio
Jiménez y Santiago Navarro, respectivamente.
La Memoria, que ha sido aprobada por unanimidad por el Pleno del CES,
incluye este año como novedad unos capítulos especiales que estudian la
evolución del tejido empresarial de la Región, la implantación de la
Responsabilidad Social Corporativa (RSC), un análisis de la pobreza y la
exclusión social y de la política de vivienda.
DESACELERACIÓN DE LA ECONOMÍA
En lo que respecta a la economía regional, López Abad ha subrayado
como novedad la "profunda desaceleración" que estima el INE, que calcula
un crecimiento del 1,5% del PIB de la Región en 2018 (en 2017 fue del
3,1%), frente al 2,6% del conjunto de España. "Es un resultado
inesperado", según el presidente de la Cámara de Comercio.
López Abad lo ha achacado al retraimiento de la exportación por la
desaceleración de la economía comunitaria, el avance del proteccionismo,
el Brexit y la creciente incertidumbre política. La exportación crece
un 2%, 15 puntos menos que en 2017 debido a que "se estancan las ventas
energéticas".
Por otra parte, lamenta que continúa la "atonía" del
consumo privado" y se "desploma" la industria" cuyo Valor Añadido Bruto
(VAB) disminuye un 1,1%.
Por sectores, ha señalado que la agricultura solo crece un punto en
el último bienio, y advierte que el estancamiento de la producción
física "puede reflejar la escasez de agua". La nota positiva está en la
construcción, que afianza su crecimiento con un 5,6% y un 6,8% en los
dos últimos años, a pesar de que "tardó en reaccionar a la reactivación
económica".
En lo que respecta a las cuentas públicas, baja "levemente" el
déficit de la Comunidad, 0,15 puntos, pero con un aumento relevante de
la deuda pública hasta situarse en más de 9.900 millones de euros.
En
este sentido, López Abad ha lamentado especialmente la infrafinanciación
de la Comunidad, que "afecta horizontalmente sobre todas las
realidades" que evalúa la memoria.
Tampoco se ha recuperado el número de empresas previo a la crisis,
tras perderse unas 13.300 entre 2007 y 2013, y han aumentado en 8.800 en
los cuatro años posteriores. "La Región es más dinámica que la media
nacional creando empresas en las fases expansivas pero pierde más en los
momentos de recesión", ha alertado.
Frente a ello, el CES aconseja al Gobierno regional seguir removiendo
obstáculos para facilitar el emprendimiento en un escenario respetuoso
con el medio ambiente; estudiar estímulos a la concentración
empresarial; promover la productividad con inversiones en
infraestructuras e impulsando la formación, la I+D+i o la
internacionalización; así como corregir el déficit de financiación
autonómica; combatir el fraude fiscal; y trasladar el Pacto Regional del
Agua al ámbito nacional, entre otras cosas.
POBREZA Y EXCLUSIÓN
En lo que respecta al empleo, Navarro ha remarcado las dificultades
para la creación de empleo de calidad, e insta al nuevo Gobierno
regional que establezca medidas encaminadas a la mejora. "Aunque ha
crecido el empleo fijo, también es verdad que siete de cada diez empleos
fijos que se han creado son a tiempo parcial y se puede entender que no
son deseados", ha remarcado.
Por su parte, Jiménez ha precisado que los indicadores en materia de
pobreza y exclusión social en la Región han mejorado y, a pesar de ello,
se sigue revelando un grave problema en esta materia. Para hacerle
frente, el CES apuesta por aumentar las transferencias sociales o, dicho
de otro modo, tomar medidas de redistribución de la riqueza.
En este sentido, ha señalado que estas transferencias son más
efectivas a nivel nacional, donde consiguen bajar la tasa de riesgo de
pobreza 13,1 puntos, frente a la Región, donde apenas llega a reducirla
3,9 puntos. Así, el CES reclama medidas efectivas de protección a
hogares con niños en los hogares con menos renta, emplaza a mejorar los
salarios o a que haya un empleo de más calidad.
Por ejemplo, Jiménez ha manifestado que la desigualdad en la
redistribución de la renta ha caído desde el 2014, pero el 10% de la
población con menos renta reúne solo el 2,2%; y el 10% de la población
que acumula más renta dispone del 22,9%. Además, la tasa de riesgo de
pobreza se sitúa en la Región en el 31,1%, 5 puntos superior a la del
comienzo de la crisis y 8,5 puntos superior a la media nacional (21,6%).
La tasa AROPE de pobreza retrocede en la Región "notablemente" desde
2014, peor sigue situándose en el 34,7% en la Región frente al 26,6% a
nivel nacional. En cuanto al perfil, el mayor grado de riesgo de pobreza
está en los hogares monoparentales, seguido del resto de hogares con
niños dependientes, los extranjeros extracomunitarios, la población con
bajo nivel formativo y quienes carecen de trabajo.
Por edades, Jiménez advierte que las elevadas tasas de riesgo de
pobreza de la población infantil se trasladan al siguiente tramo de edad
(entre 19 y 26 años), al tiempo que persisten altos niveles de
privación como, por ejemplo, la incapacidad de atender gastos
imprevistos o la imposibilidad de permitirse una semana de vacaciones al
año.
Incluso, un 4% de la población no se puede permitir una comida con
carne o pescado cada dos días. El porcentaje regional de hogares que
llegan con mucha dificultad a final de mes se sitúa 15 puntos por encima
de la media nacional.
VIVIENDA PROTEGIDA
La Memoria ha estudiado por primera vez la intervención en la
política de vivienda y, a este respecto, llama la atención sobre el
hecho de que la Región presenta un porcentaje de infrautilización del
stock de viviendas disponible mayor que el de España.
Así, el porcentaje
de vivienda principal, unos dos tercios del total, es unos 5 puntos
menor; mientras que los de viviendas secundarias y vacías, cerca del 17%
en cada caso.
"Es una de las consecuencias del conocido 'boom' inmobiliario", según
Pérez, quien remarca también el "hundimiento" de la vivienda protegida,
lo que achaca en gran medida a la reorientación de los planes
nacionales de vivienda, que han seguido los regionales. Y es que el
modelo ha cambiado para propiciar una mayor promoción de la
rehabilitación y el alquiler.
Asimismo, el estudio constata una importante disminución del gasto en
la política de vivienda desde el principio de la década tras los
recortes por la crisis. Así, el CES aconseja recuperar este tipo de
ayudas y, especialmente, a la vivienda protegida para colectivos con
mayores problemas sociales.
Finalmente, el estudio del CES constata que en los últimos 10 años ha
habido un avance "exponencial" de la presencia de la RSC en todos los
ámbitos de la sociedad murciana.