Este domingo, hace cinco años nacía el Movimiento 15 M, el Movimiento
de los indignados, que ha cambiado la política española, que ha dado un
golpe de muerte al bipartidismo, y que ha permitido que algunos de los
que empezaron a plantar sus primeras carpas en la emblemática Puerta del
Sol de Madrid, hayan llegado a las Instituciones, se hayan convertidos
en líderes políticos de Podemos (aunque otros siguen insistiendo en que
no les representan), y han incorporado a la política a millones de
jóvenes, la mayoría de ellos en el paro, o en la precariedad laboral.
Jóvenes que se han convertido en punta de lanza del profundo cambio que
se está produciendo en España, desde las primeras elecciones que se
celebraron, tras el 15 de Mayo de 2011, en plena crisis económica y
social que ya presentaba los primeros efectos devastadoras de una
política destructiva, insolidaria y sobre todo, profundamente injusta.
La emblemática Puerta del Sol, sirvió esta semana para presentar la
nueva Coalición entre Podemos e Izquierda Unida. Aquel video del
encuentro entre Iglesias y Garzón ha quedado difuminado este domingo, en
el aniversario de un acontecimiento que ha trascendido de nuestras
fronteras, y que ha pasado desapercibido, por lo menos oficialmente,
tanto para Podemos como para Izquierda Unida. También habría que decir
que muy pocos de esos “indignados” estaban en la proclamación de la
candidatura de Pedro Sánchez como líder del PSOE, para las decisivas
elecciones del próximo 26 de Junio, en las que, señalan todos los
expertos, va a ser decisivo el voto de los jóvenes, de todos los menores
de cuarenta años, volcados en estos momentos, en el proyecto de
Iglesias-Garzón.
De acuerdo con sus asesores, Pedro Sánchez, convencido de que las
mayorías siguen decidiendo en el centro, lo que él llama “progresismo
reformista”, invocaba incluso el espíritu de concordia de Adolfo Suárez,
recordando aquella frase de un brillante “escribidor” como Fernando
Onega de “puedo prometer y prometo”; “Puedo prometer y prometo decencia,
puedo prometer y prometo diálogo, puedo prometer y prometo,
dedicación”. El de su presentación en Móstoles, este fin de semana,
apoyado por la presidenta andaluza Susana Díaz, y con las ausencias del
valenciano Puig y del vasco Madina, (intolerable la del primero,
comprensible la de Madina, colocado, de nuevo, en el mismo puesto de las
listas que el 20 de Diciembre para que no salga) no ha sido, ni mucho
menos, el acto que las circunstancias exigían.
Dominados por el miedo al “sorpasso”, en realidad, más que miedo, un
verdadero ”terror”, a pesar de las apariencias, no fue ni mucho menos,
el acto de la unidad como se quiso aparentar, cuando muchos ya intuían
las navajas debajo de las chaquetas de muchos de los barones, a la
espera de los resultados del 26 J. Ni fue el acto adecuado, ni el
discurso para el momento, ni se trasmitió la sensación de victoria en la
que tanto insistía Susana Díaz: “No podemos conformarnos con ser
segundos, tenemos que ser los primeros, tenemos que ganar y si
renunciamos a ganar, los ciudadanos no nos van a reconocer como el
PSOE”. Pero ¿se gana con la situación en la que se encuentra el PSOE, a
pesar de todos los intentos que hizo el candidato socialista por llegar a
un pacto razonable para la investidura de Marzo? ¿Encaja esa frase de
Adolfo Suarez en la imagen que la mayoría del electorado tiene de Pedro
Sánchez y de su posición ideológica?
Sánchez ha querido transmitir la imagen de que él representa el
cambio moderado, la izquierda razonable y sensata, la posición entre una
derecha inmovilista y una izquierda que ha abandonado la
“transversalidad”, y ha iniciado una precampaña tranquila, en positivo,
sosegada, sin ataques a la derecha ni a la izquierda, intentado
conquistar lo que queda de centro en el Partido Popular y en Ciudadanos,
su antiguo aliado ¿Es ese el verdadero camino, o es el único camino que
le han dejado Populares y Podemitas? ¿Es esa la campaña que hay que
hacer insistiendo en que estamos ante un “Referéndum sobre el “Cambio”,
cuando la gran pelea, el gran debate, va a girar entre “Continuidad o
Cambio” y, en ese debate, está en peores condiciones, que la Coalición
Unidos Podemos?
En fin, mientras muchos electores detecten que en el PSOE no solo hay
miedo al “Sorpasso”, sino “Terror”, va a ser muy difícil presentarse
como seguro ganador…Y no es tan descabellado, ese terror. El primer
barómetro que se ha hecho público, desde el acuerdo con Izquierda Unida,
el de la sexta TV , la Coalición Izquierda Unida-Podemos le saca cuatro
puntos al PSOE (24% frente a 20%) los populares vuelven a a ganar las
elecciones con el 29,6% de los votos. Y Ciudadanos con el 15 % se
mantiene en cuarta posición.
(*) Periodista