domingo, 28 de octubre de 2007

Una etapa tensa para el sector de la construcción

VALENCIA.- El ladrillo ha dejado de ser el rey de las inversiones. Después de años de bonanza, el sector de la construcción asiste con inquietud a un fuerte parón en su crecimiento. Las obras ya no se empiezan con la alegría de hace tres o cuatro años y las ventas se han visto reducidas en torno al 75% con respecto al año anterior.

A pesar de estos datos, los técnicos y operarios de la construcción siguen siendo los profesionales más rifados del panorama laboral español.

Para analizar los cambios en el sector, Michael Page celebró un desayuno de trabajo en Valencia .

Desde el inicio del encuentro, todos los asistentes coincidieron en señalar que el sector de la construcción se caracteriza por ser cíclico. «Ahora estamos en una etapa muy suave después de otra muy agitada, con todos pensando cuándo va a ser el descalabro final. Pero, por ahora, se mantiene».

Además hay desarrollos nuevos, promotores congelados, escasez de proyectos, muy pocas ventas y suelo comprado a precios muy altos son las claves de la tensa situación actual. «Aunque la cartera de mercado está cubierta a dos años vista, los clientes son más reacios a empezar nuevas promociones».

Estas circunstancias coyunturales han favorecido que la construcción sea el sector con mayor rotación de personal en estos momentos. Si durante las épocas de mayor apogeo del ladrillo la escasez de profesionales obligaba a contratar fuera de España, ahora las compañías siguen rifándose a los profesionales, aunque esta vez son casi todos nacionales.

«Cuando hay bonanza económica y hay mucho trabajo, la gente se marcha de una empresa porque quiere mejorar, ganar más dinero o trabajar cerca de su casa. Y cuando estamos en una situación como la actual, en la que parece que las cosas están empeorando, también hay rotación: o disminuyes plantilla, o la gente se pone nerviosa y se va a otro lado donde haya más seguridad».

Esa importante movilidad de profesionales ha generado, durante años, una inflación salarial que ahora es imposible frenar. Los asistentes al desayuno de trabajo comentaban con estupor cómo un estudiante de últimos años de carrera no aceptaba empezar a trabajar, sin aportar experiencia previa, por menos de 30.000 euros brutos anuales.

Por eso, para evitar que los buenos profesionales se marchen, las empresas apuestan por un director de recursos humanos que haga hincapié en la importancia del personal.

«El talento de los trabajadores es el futuro de la empresa, por eso existe la necesidad de atraerlo y retenerlo». Entre los métodos empleados están rodearse de grandes profesionales que no se vayan, formarlos permanentemente y después aplicar nuevas fórmulas de retribución flexibles, a la carta, ofreciendo bonos vinculados a varios años.

«También es importante mirar por el medio ambiente, participar en la diversidad e integrar a colectivos que pueden estar desfavorecidos. Esto hace que los trabajadores se sientan orgullosos del sitio donde realizan su trabajo».

Por último, los asistentes ayudaron a Infoempleo.com a construir un perfil del candidato ideal para una empresa constructora. En la cúpula empresarial se situarían economistas y abogados; entre los consejeros delegados habría ingenieros de caminos y arquitectos; y los responsables de delegaciones o directores de expansión y estrategia serían todo ingenieros.

Imprescindible que sean estables, que posean dotes de comunicación, que sepan gestionar un equipo, que conozcan las técnicas de proyectos y que no se asusten ante las grandes sumas de dinero que verán sus ojos.- (Vocento)

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