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miércoles, 7 de febrero de 2024

Sergio Vicente, experto en sequías del IPCC: “La atmósfera está más sedienta que nunca”


MADRID.- Cuando pensamos en la sequía, la explicación más sencilla que nos viene a la cabeza es que no llueve. Pero el fenómeno implica muchos factores que van más allá de la simple falta de lluvia o las consecuencias del cambio climático. Una de las personas que mejor conoce esa complejidad es Sergio Vicente, investigador del Instituto Pirenaico de Ecología y miembro del Laboratorio de Clima y Servicios Climáticos del CSIC, al que ha entrevista www.eldiario.es 

Sergio Vicente forma parte del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático de la ONU (IPCC) y es uno de los científicos españoles con un mayor impacto en el ámbito las ciencias de la atmósfera. En una tranquila charla con él, justo en el momento en que Cataluña ha entrado en alerta por la sequía, nos deja afirmaciones tan interesantes como que no llueve menos, que optimizar los regadíos ha empeorado el problema o que el aumento de superficie boscosa le está robando caudal a los ríos. Y noticias sobre el papel que, en este escenario, juega la “sed” del cielo.  

¿Cómo de excepcional es la situación de sequía en la que estamos?

Es un evento extremo y, como tal, es raro. Pero no es un fenómeno que pueda decir que sea inaudito, porque la sequía es consustancial al clima mediterráneo. Pese a lo que se está diciendo en los medios de que es la mayor sequía de la historia en Cataluña, si nos vamos al registro desde 1850 ha habido sequías equivalentes a esta desde un punto de vista pluviométrico. ¿Qué sucede ahora? Además de la falta de lluvia, que sigue siendo el factor principal, tenemos dos componentes nuevos que la agravan: el primero es el calentamiento y el segundo es que ahora consumimos más agua.  

¿Qué efecto tiene el aumento de temperatura?

Ahora mismo, cuando se produce un déficit hídrico en nuestras latitudes le tenemos que sumar también que hay dos grados más de media, que lo que hacen es aumentar la demanda de agua por parte de la atmósfera. En nuestras latitudes esta demanda se ha incrementado en torno a 120-130 litros al año. Es decir, que ahora mismo nuestra atmósfera demanda unos 120 litros más al año que lo que demandaba en los años 60. Esa es la clave. 

¿Es como si el cielo tuviera “sed”?

Sí, pero no hay que confundir la demanda de agua con la evaporación, que se produce cuando hay agua en el suelo. Para entenderlo: en los desiertos hay una muy elevada demanda de agua de la atmósfera, pero la evaporación es prácticamente nula, porque no hay agua. En función del estado de la atmósfera —de su temperatura, humedad, radiación y velocidad del viento— la atmósfera demanda una cantidad de agua. 

De media, en España esa demanda es de 1.200-1.300 litros al año (mm/m2). Esto quiere decir que si tuviéramos un cubo con esa cantidad, la atmósfera se la bebería. Pero si el cubo está vacío, no se evaporaría el agua que no hay, pero provocaría un elevado estrés, que es lo que está pasando. 

¿En qué se traduce ese estrés?

Si esa demanda extra que mencionábamos antes se produce en un año húmedo no pasa nada, incluso puede ser beneficiosa para la vegetación. Pero si no tenemos lluvia, la vegetación tiene que cerrar los estomas, se produce un estrés en la planta. ¿Qué sucede? Que si la sequía coincide con años cálidos, los cultivos de regadío van a demandar más agua.  

¿Eso se suma a nuestra mayor demanda porque somos más?

Claro, cuando hay un déficit de precipitación como el que tenemos ahora, se produce una situación crítica porque los regadíos demandan mucha agua, porque la población en las cuencas internas de Cataluña ha crecido mucho, porque el sector turístico allí es muy relevante… Es decir, tenemos más factores estresantes, aparte de la precipitación. En 1879, por ejemplo, en la mayor sequía que ha habido en Barcelona, no había esta demanda, no había que dar de beber a los millones de personas que viven ahora mismo allí ni a la cantidad de turistas que van a ir dentro de unos meses. 

Y hay otro componente fundamental, y es que en España las zonas de cabecera de montaña –donde se producen los recursos hídricos, porque son fundamentalmente las zonas donde llueve– se han abandonado casi en su totalidad desde el final de la Guerra Civil. A partir de los años 40-50, la gente que se dedicaba a la agricultura de montaña y ganadería abandonaron estos espacios. Entonces se ha producido una revegetación muy intensa con paisajes predominantemente boscosos que consumen mucha agua.  

Pero esa mayor demanda en los bosques de cabecera de montaña no es tan grande como la de la agricultura, ¿no?

No, pero en algunas zonas se han reducido los caudales en torno a un 15 o 20% debido a este efecto, que no es poco. Esto es muy diverso y depende muchísimo de la cuenca, pero en algunas nos vamos a cifras por encima del 30%. En zonas del Pirineo aragonés se han reducido un 30-40% mientras la lluvia solo se ha reducido un 5%. Un ejemplo es el río Aragón, que alimenta al río Ebro.

Decía usted hace un tiempo que “en España no llueve menos”, ¿con qué datos se explica esta afirmación?

A nivel global cada vez llueve más, vamos hacia un mundo más húmedo. Esto puede resultar paradójico, pero vamos hacia un mundo más cálido. Y un mundo más cálido es más húmedo porque la cantidad de agua que puede albergar nuestra atmósfera es mayor. El problema es que, al producirse cambios en los gradientes térmicos globales, se espera que haya cambios en los procesos de circulación atmosférica. La Península está en una zona límite, entre las borrascas y los ciclones subtropicales, y si se nos suben los ciclones tropicales, en teoría vamos a tener condiciones de estabilidad superiores. 

Pero, respondiendo a tu pregunta, cuando te vas a los registros meteorológicos largos, desciende la lluvia según el periodo que estés considerando. En el caso español, si ampliamos la perspectiva, vemos que no se producen cambios en el periodo de tiempo largo, es decir, no llueve menos. Y hay que ser cuidadosos con las afirmaciones, porque puede suceder que vuelva a llover mucho o haya años fríos, como sucedió en el pasado, y estemos alimentando a los negacionistas.

Y, sin embargo, esta sequía destaca respecto a las anteriores, ¿no?

Desde luego es una sequía muy extrema. Sobre todo en la vertiente Este, porque en la meseta norte y Galicia hay más humedad que en años normales. No hay un solo mecanismo que explique una sequía, al final es una conjunción de factores. En general, es muy raro que se den condiciones de sequía en toda la península —como en 1948, 1995, o 2005, cuando hubo episodios muy severos—, lo habitual es que se produzcan sequías a nivel regional, por anomalías en determinadas regiones.  

¿Cuánto se puede a atribuir a la mala gestión y cuánto a la escasez de lluvia?

En España tenemos uno de los mejores planes de sequía del mundo. Las administraciones han hecho un buen trabajo en ese sentido. No estamos como en 1995, cuando tuvimos una sequía muy extrema y se llegó a plantear movilizar a la población de Sevilla porque no había agua. Ahora hay planes de sequía muy desarrollados, tenemos unos indicadores que cuando llegan a prealerta ya directamente se producen restricciones en la agricultura de regadío, antes que cortar el agua en Barcelona.  

¿Qué consecuencias tienen las anomalías de temperatura como las de estos meses de enero y febrero? 

Que la nieve se derrita antes significa que no tienes reservas y, además, las zonas cubiertas de nieve están protegidas. Con la nieve por encima la temperatura nunca cae por debajo de cero grados y esto lo que hace es proteger el pasto. Además está el daño en las estaciones de esquí, que no están muy felices. Este deshielo es relevante sobre todo en las zonas de cultivo de secano, pues te garantiza que vas a tener un suelo cargado de humedad para cuando el cereal esté en activo en primavera. En esas zonas de nieve, en montaña, no es tan relevante desde el punto de vista agrícola.  

Ante esta nueva realidad, ¿España va a tener que cambiar su modelo agrícola a la fuerza?

En España tenemos un problema muy gordo con el regadío, está muy sobredimensionado. Pero, a la vez, nuestra capacidad de regulación está sobrepasada, hemos regulado todos los ríos de España, podemos almacenar la lluvia que cae en un año, somos el país de Europa que más embalses tiene y aún así no conseguimos suplir las demandas. Porque hemos triplicado la agricultura de regadío desde los años 50.

Y se produce una situación paradójica: alrededor de tres cuartas partes de esas superficies de regadío son regadas con goteo o aspersión, pero ni aún así tenemos agua suficiente porque, para conseguir una mayor rentabilidad se han duplicado los ciclos de cultivo. Y resulta que con un sistema modernizado de riego consumimos la misma agua. 

Con un problema añadido, los riegos tradicionales por gravedad, que consumen más agua, te recargan el acuífero. Pero si llega un agricultor y moderniza su campo, gasta la misma agua, pero esta se aprovecha toda y se va a las plantas y a la atmósfera. La eficacia es tremenda, prácticamente toda el agua se convierte en fotosíntesis, pero por otro lado no se infiltra nada. 

Si el agua es siempre la misma, ¿dónde ha ido a parar la que falta?

El agua es siempre la misma, es cierto, pero no siempre está en el mismo sitio ni en el mismo momento. El factor tiempo, cuánta agua tienes en ese momento respecto a lo que deberías tener de forma habitual, es fundamental. Los gestores tienen que hacer frente a una situación muy anómala, a pesar de planes de sequía muy bien desarrollados. Llevamos tres años en los que llueve muy poco y han sido de los más secos. El problema es que nos pensamos que el agua que hay en un año normal o húmedo son los recursos que tenemos para gestionar, y no es así, porque la sequía es algo consustancial al clima mediterráneo. 

Las causas del problema actual se resumen en el cambio climático y que tenemos una mayor demanda. Sequías ha habido muchas en el registro histórico, la diferencia es que ahora somos muchos, hay una actividad que demanda mucha agua, que es la agricultura, que en las zonas de cabecera no se cultiva ni se pastorea y, además, tenemos el calor.  

viernes, 2 de febrero de 2024

El Gobierno murciano no se plantea aplicar, "de momento", restricciones por la situación de sequía

 MURCIA.- El Gobierno murciano, "de momento", no se plantea aplicar restricciones por la situación ocasionada por la sequía, según ha hecho saber el presidente del Ejecutivo autonómico, Fernando López Miras.

López Miras ha contestado de esta forma en un contacto con los medios de comunicación y al ser preguntado por el hecho de que la Generalitat de Cataluña ha declarado la emergencia por sequía en Barcelona y su área metropolitana y en Gerona y su entorno.

En este sentido, el presidente murciano ha reconocido que la Región "está también en una situación muy complicada" en cuanto a sus reservas hídricas", que "van a entrar ya en la situación de sequía excepcional".

Sin embargo, a pesar de estar en una situación "similar" a la de Cataluña o la de Andalucia, López Miras ha avanzado que, de momento, el Gobierno murciano "no se plantea poder establecer o aplicar restricciones".

Ha destacado que esto es así "porque llevamos muchos años trabajando en la gestión del agua, innovando, aplicando tecnología y porque somos el territorio del mundo que mejor gestiona el agua, cada gota de agua".

viernes, 29 de diciembre de 2023

El BOE publica el Real Decreto por el que se establecen medidas para paliar los efectos de la sequía


MURCIA.- El Boletín Oficial del Estado (BOE) ha publicado el Real Decreto-ley 8/2023, de 27 de diciembre, por el que el Gobierno de España introduce medidas orientadas a paliar los efectos de la sequía en diversas demarcaciones hidrográficas, entre ellas la del Segura, según informa la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) en un comunicado.

Las previsiones de la Oficina Técnica de la Sequía han pronosticado la posible declaración de sequía extraordinaria en la cuenca del Segura para el primer trimestre de 2024, lo que ha supuesto la inclusión de la cuenca entre las afectadas por la sequía en el conjunto del país.

En este sentido, el Real Decreto-ley establece una serie de medidas para paliar los efectos de la sequía, en principio con un ámbito temporal que finaliza el 31 de diciembre de 2024.

Entre las medidas se contemplan exenciones del canon de regulación y tarifas de utilización de los usuarios de los regadíos tradicionales que padezcan restricciones superiores al 40% de sus dotaciones nominales. 

Asimismo, se prevén exenciones para los usuarios de la cuenca del Segura que utilizan las infraestructuras del acueducto Tajo-Segura durante el periodo de sequía extraordinaria.

Además, la normativa incluye la creación de la Comisión Permanente de la Sequía en la demarcación hidrográfica del Segura, en la que participan responsables del organismo de cuenca, de la Dirección General del Agua del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y representantes de las cuatro autonomías con territorio de la demarcación --Andalucía, la Región de Murcia, Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha--.

En la Comisión Permanente hay también representantes de los usuarios de abastecimiento, usos energéticos y del regadío, elegidos entre quienes representan a estos sectores en la Junta de Gobierno. Participan, asimismo, con voz pero sin voto, las administraciones locales y organizaciones sindicales, empresariales y en defensa de los interese medioambientales.

También se establece la posibilidad de utilización por parte de los usuarios de regadío de los volúmenes disponibles y no utilizados por la Mancomunidad de Canales del Taibilla (MCT) en sus plantas desaladoras, a una tarifa subvencionada.

Estas medidas se complementan con una serie de obras de ejecución inmediata enfocadas a la mejor explotación del sistema único de la cuenca del Segura mediante actuaciones en la infraestructura del postrasvase, así como en la presa de El Cenajo. El presupuesto indicativo es de 16.619.486 euros.

Por último, se contemplan una serie de medidas administrativas encaminadas a la limitación de las dotaciones de suministro de aguas, ejecución de nuevos sondeos, cesiones de derechos de usos y el régimen sancionador en caso de incumplimiento por parte de los usuarios.

Según ha explicado la CHS, con este paquete de medidas, el Gobierno de España, "en un ejercicio de precaución y en previsión de una declaración de sequía extraordinaria en el corto plazo", faculta a la Confederación a establecer medidas que permitan una mayor racionalidad en el control y protección del dominio público hidráulico a tenor de lo establecido en el vigente Plan Especial de sequías.

Este plan establece, en las últimas determinaciones, que la cuenca se encuentra en un escenario de alerta en relación al índice global de escasez coyuntural, con previsión de declaración de la sequía extraordinaria en el primer trimestre del año 2024.

El conjunto de medidas se suma a las establecidas en el Real Decreto-Ley 4/2023, por el que se adoptan medidas urgentes en materia agraria y de aguas en respuesta a la sequía, por el que se destinaron 10.000.000 de euros para la explotación de la Batería Estratégica de Sondeos (BES).

A esto se añade la declaración de impacto ambiental favorable de los sondeos constitutivos del sinclinal de Calasparra, que aportarían, una vez declarada la sequía extraordinaria, un volumen de 32 hectómetros anuales, a los que se suman los de la Vega Media y Baja, así como los destinados al abastecimiento a favor de la MCT ubicados en Albacete, que podrían aportar en valores máximos anuales 48 y 13 hectómetros cúbicos, respectivamente. 

Los últimos se encuentran finalizando su tramitación medioambiental, en la que se determinaran los volúmenes máximos a extraer.

Así, la cuenca del Segura se encuentra de nuevo en una situación de disminución de los recursos superficiales por menores aportaciones derivadas de la escasez de lluvias, que implica un recorte de las dotaciones de los usuarios de regadío, mientras que no se esperan afecciones al normal suministro de los abastecimientos dependientes de la MCT, según la CHS.

Por todo ello, el organismo de cuenca ha hecho un llamamiento a los usuarios de regadío para que "realicen un cumplimiento efectivo con las medidas de restricción adoptadas por la comisión de desembalse que implican unas restricciones medias del 25% para los regadíos de la cuenca del Segura".

lunes, 6 de noviembre de 2023

Denuncian una discriminación hacia la Región en las ayudas agrícolas para la sequía


MURCIA.- Las cooperativas de frutos secos de Fecoam denuncian la falta de ayudas ante la extrema sequía "por un mero capricho del Ministerio". Alegan que la Región de Murcia "va a recibir la mitad" de lo que le correspondería al haber sido considerada como uno de los territorios menos perjudicados por la falta de agua, quedando clasificada como zona de afectación media. 

En contraposición, provincias como Jaén, Almería, Alicante, Gerona, Lérida, Barcelona, Tarragona o Álava sí han sido calificadas como zonas de afectación alta por parte del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Una decisión que las cooperativas agrarias tachan de ser "totalmente injustificable y discriminatorio".

Según los datos publicados por el propio Ministerio, las ayudas a los productores murcianos serán de 45,3 euros por hectárea, "mientras que comunidades autónomas como Cataluña, País Vasco o Navarra recibirán el doble", alcanzando los 90,6 euros por hectárea. Una situación que las cooperativas ha calificado de "tétrica" ante la que, aseguran, no reciben contestación.

 "El Gobierno central, en lugar de amparar a un sector, se nos salta y nos dejan aparcados sin ninguna explicación y sin responder a las múltiples cartas y llamadas realizadas", afirman.

Critican, además, la limitación de las ayudas a un máximo subvencionable de 70 hectáreas por beneficiario, dando finalmente una cifra de 3.000 euros. Una cuantía que "no cubre ni de lejos los costes de producción" y que ven "decepcionante" que no distingua entre cultivos de riego y de secano, además de dejar fuera a los cultivos de viña y olivar.

domingo, 18 de agosto de 2019

Sigue la pertinaz sequía: los embalses españoles a menos del 48% de su capacidad, 14 puntos menos que hace un año


MADRID.- El agua comienza a escasear en los embalses españoles. A 12 de agosto, la reserva hidráulica en España se encuentra en 27.024 hectómetros cúbicos, un 48.19% de su capacidad total, frente a los 34.787 del mismo periodo del año anterior, tal como se aprecia en la cola del embalse de La Fuensanta en el curso alto del río Segura. 

Aunque los embalses no han alcanzado por el momento la preocupante situación de 2017, en comunidades como Andalucía, Castilla-La Mancha, Valencia o Murcia la sequía empieza a causar sus primeros estragos. Ante este escenario, la polémica de los trasvases a través del acueducto del Tajo-Segura vuelve a ponerse sobre la mesa.

El Boletín Oficial del Estado publicó este mismo viernes la Orden del Ministerio de Transición Ecológica por la que se autoriza un nuevo trasvase de 20 hectómetros cúbicos desde los embalses de Entrepeñas y Buendía a través del acueducto Tajo-Segura. 
Según los últimos datos disponibles, el agua embalsada en la cuenca del Tajo es de 4.603 hectómetros cúbicos, un 41,8% de su capacidad total, mientras que la del Segura se queda en un 24,04% con 274 hectómetros cúbicos.
La autorización se produce en plena polémica por la composición de la comisión técnica que se encarga de la materia, pues el Gobierno ha dado luz verde a que participen en ella los municipios de la Ribera del Tajo, contrarios a los trasvases. 
La decisión se anunció la pasada semana, tras un encuentro entre el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y la ministra para la Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera. 
En la misma línea, se acordó financiar el abastecimiento de los municipios ribereños de la cabecera del Tajo y la celebración de una comisión bilateral entre ambos ejecutivos.
Pero la medida no ha gustado a todas las partes implicadas, tal y como se refleja en las críticas lanzadas por la oposición. 
El Grupo Parlamentario Popular ha presentado incluso una Proposición no de Ley en el Congreso en el que solicita no incluir a los municipios de la Ribera del Tajo en la comisión, propuesta de la que sus dirigentes en la comunidad no han tardado en desmarcarse. Ciudadanos Castilla-La Mancha, por su parte, ha visto con buenos ojos que los mencionados municipios participen en la misma, pero exige revisar la política porque en estos momentos "se está trasvasando barro".
Más allá del último roce por el trasvase del Tajo-Segura, en comunidades como Andalucía las autoridades ya han advertido sobre la posible aplicación de restricciones si la sequía se alarga. A 12 de agosto, su reserva hidráulica se encuentra a un 44,89% de su capacidad total, frente al 60,18% en la misma semana del año pasado. 
Preocupa la situación en la Cuenca del Guadalquivir, con un 40,7% frente al 57,55% del año pasado, cifras que recuerdan a las que se dieron en 2017.
El delegado en Málaga de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, Fernando Fernández Tapia-Ruano, ya ha asegurado que es "un año hidrológico malo, porque al margen de las lluvias del mes de octubre, no ha vuelto a llover", por lo que "si las condiciones no cambian, que esperemos que sí, en el otoño habrá que adoptar medidas", para lo que se prevé la celebración de reuniones en los primeros días de septiembre, según informa la agencia Europa Press
También preocupa el estado de los embalses en otras comunidades como Castilla la Mancha (29.86%), Valencia (31.14%) o Murcia (18.92%).

La sequía empieza a agravarse y crece el número de zonas en España en alerta

MADRID.-La sequía en España está provocando cortes y restricciones en el suministro de agua en algunas localidades, que tienen que ser abastecidas con camiones cisternas, y pérdidas para la agricultura y la ganadería, cuando los embalses se encuentran por debajo de la media de su capacidad total, en el 48,2%. 

Muchos municipios, además, han hecho un llamamiento a sus habitantes y visitantes en época estival para hacer un uso "responsable" del agua ante la escasez de precipitaciones, y que restrinjan el riego de jardines, el baldeo y el riego con manguera de calles, plazas y patios.
Algunos pantanos, como los que abastecen a la ciudad de Ávila, están muy por debajo de la media nacional, en torno al 36 % de su capacidad, la mitad que el año pasado, según los datos semanales del Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco).
Esta situación llevó a mediados de julio pasado al Ayuntamiento de Ávila a declarar la "emergencia" en la ciudad por la situación de "sequía extrema" y la "escasez de agua para el abastecimiento".
Una situación que ha obligado a las autoridades a suspender un concurso hípico internacional que debía celebrarse a finales de agosto y a aprobar obras de sondeo de agua.
También en Castilla y León, en Lastrilla, una pedanía del Ayuntamiento de Pomar de Valdivia, con apenas diez habitantes censados, el agua llega por medio de cisternas, según han explicado esta semana fuentes de la Diputación de Palencia.
En los municipios segovianos de San Idelfonso y El Espinar, ambos en el catálogo de reservas de la biosfera y a los pies del Parque Natural del Guadarrama, donde en verano se duplica la población, las autoridades han adoptado medidas para restringir el uso de agua potable, mientras que en La Granja se ha reducido el funcionamiento de las fuentes del Palacio Real.
En Zamora, siete municipios están recibiendo agua mediante camiones cisterna, y, en Castilla-La Mancha, los pantanos de Entrepeñas y Buendía, en la cabecera del río Tajo, se encuentran al 20,69 % de su capacidad total.
Pese a ello, el lunes pasado la Comisión Central de Explotación del Acueducto Tajo-Segura aprobó un nuevo trasvase de 20 hectómetros cúbicos para el mes de agosto.
La escasez de agua la están viviendo los vecinos de Chillarón del Rey, pueblo que a pesar de estar al lado de los embalses de cabecera del Tajo, están siendo abastecidos por cisternas.
En La Rioja, varios municipios con necesidades de abastecimiento han recibido entre enero y julio el suministro de agua transportada por camiones, que han distribuido ya un total de 347.000 litros de manera gratuita.
Desde las once de la noche a las ocho de la mañana está restringido el suministro en la localidad cacereña de Caminomoriscos, en la comarca de Las Hurdes.
Mientras tanto, en Andalucía, una de las regiones con el menor registro de precipitaciones y unas reservas de agua embalsada bajas, no se ha declarado situación oficial de sequía.
Tampoco Cataluña está en situación de sequía, ya que sus embalses se encuentran en el 66,8 %; eso sí, lejos del 84,9 % del mismo periodo del año pasado.
Pero los efectos de la escasez de precipitaciones la están padeciendo también en la ganadería y la agricultura.
Así, según datos de Asaja Extremadura las pérdidas por la sequía en la ganadería se cifran en más de 195 millones de euros en los últimos cinco meses.
Y en la agricultura, según la misma fuente, la sequía está afectando a cultivos como el olivar, con la reducción de un 40 %, cifra similar en los viñedos y un 30 % en la producción de higos.
Ante esta situación, el responsable de campañas de Consumo y Biodiversidad de Greenpeace, Julio Barea, ha explicado que España padece una "sequía estructural" y a pesar de "la falta de una declaración oficial al respecto, se podría hablar del inicio de otro periodo muy escaso de precipitaciones al igual que en 2017".
Las cuencas del Duero, el Ebro, el Tajo, el Guadiana y el Guadalquivir "no están en sequía todas enteras", pero sí prácticamente "en más del 50 %", explica, y alerta de que las reservas están ya "bajo mínimos" pese a que aún no hay sequía oficial.

Déficit de lluvias

Las lluvias acumuladas desde que el pasado 1 de octubre comenzó el año hidrológico 2018-2019 se sitúan un 14 por ciento por debajo del valor normal de lo que correspondería a este periodo hasta el 30 de mayo, que son 520 litros por metro cuadrado, según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
Por zonas ha llovido por debajo de los valores normales en lo que iba de año hidrológico en la mitad oeste peninsular, en el norte del cuadrante nororiental, en el archipiélago canario y en la mitad oeste de las islas Baleares.
Asimismo, el déficit de lluvias superó el 25 por ciento en extensas áreas de Castilla y León, en la provincia de La Coruña, en el norte y sur de Extremadura, en zonas de Andalucía occidental y en la Comunidad de Madrid, así como en todas las islas del archipiélago canario con la excepción de Fuerteventura.
Por otra parte, habría llovido más de lo normal en amplias zonas del tercio este de la Península y Baleares, especialmente en zonas del levante, sierra Nevada y provincias de Teruel y Castellón, donde en algunas zonas las precipitaciones llegan hasta el 75 por ciento de los valores normales e incluso los duplican en algunos puntos más aislados.

viernes, 9 de agosto de 2019

Sequía meteorológica: ¿cómo está la situación?

MADRID.- En un verano de contrastes, la escasez de agua vuelve a ser noticia en muchos puntos de nuestro país. ¿Cómo está la situación? ¿Cuánto ha llovido? ¿Cómo serán los próximos meses?, se pregunta la web www.tiempo.com

En verano la sombra de la sequía planea sobre nuestras cabezas. La escasez de precipitaciones en esta época del año es normal, el problema radica en los meses que llevamos a nuestras espaldas. 
Desde el inicio del año hidrometeorológico, es decir, desde el 1 de septiembre de 2018, la precipitación acumulada se encuentra tan solo en valores normales o ligeramente superiores en áreas muy reducidas de la vertiente mediterránea. En algunas zonas del oeste de nuestro país ha llovido desde entonces menos de la mitad.

Viviendo de las rentas

Este 2019 estamos viviendo de las rentas. ¿Por qué? Porque 2018 fue un año muy húmedo en el conjunto de España, llovió un 25% más de lo habitual. La primavera destacó por encima del resto de estaciones, con un carácter extremadamente húmedo. De hecho, 2018 resultó ser el segundo año más lluvioso de este siglo (solo por detrás de 2010) y el quinto más húmedo desde 1965.
Sin embargo, 2017 fue un año en el que las reservas hídricas volvieron a descender debido a la escasez de precipitaciones en las estaciones más lluviosas: el otoño y la primavera. Quedó clasificado como el segundo año más seco desde 1965. No hemos andado, por tanto, muy boyantes en los últimos años y a esto hay que sumarle que en lo que llevamos de año, solo abril nos ha dejado valores de precipitación dignos, casi un 50% más de precipitación.

¿Cómo están los embalses?

Según los últimos datos del Ministerio para la Transición Ecológica, la reserva hidráulica española se encuentra esta semana al 49,4% de su capacidad. Esto supone casi un 21% menos respecto a la media de agua embalsada de los últimos diez años.
Las cuencas que gozan de mejor salud son las de la vertiente cantábrica, las cuencas gallegas, internas del País Vasco, el Ebro, internas de Cataluña y en el sur peninsular Tinto, Odiel y Piedras. A la cola están las cuencas del Júcar y del Segura con un 33,8% y un escaso 25,1% respectivamente.El embalse de la Serena, en la provincia de Badajoz, el más grande de Europa, se encuentra tan solo al 30% de su capacidad.
Dada esta situación, algunos embalses españoles ya han entrado en situación de alerta, lo que supone que el agua para el consumo humano está garantizada para dos años como máximo si el agua embalsada no aumenta. El campo también está padeciendo la escasez de agua siendo las comunidades de Castilla y León, Castilla-La Mancha o Aragón las más afectadas.

¿Cuáles son las previsiones?

A priori, las previsiones estacionales no son muy halagüeñas. Según AEMET, en la mitad norte peninsular existe un 50% de probabilidad de que el trimestre agosto-septiembre-octubre sea más seco de lo habitual, un 30% de que sea normal y un 20% de probabilidad de que sea húmedo. 
En cambio, en la mitad sur, donde más falta hace el agua, no existe anomalía. Esto significa que las lluvias serían las normales para la época, siendo septiembre y octubre los meses que mayor cantidad de agua recogerían. Además, este trimestre con precipitaciones normales o por debajo de la media irían acompañadas de un periodo de temperaturas más cálido en todo el país, salvo en el archipiélago canario.
Si nos fijamos en el modelo americano, el de la NOAA, la tendencia es parecida. No existirían anomalías muy marcadas para el conjunto de nuestro país, especialmente en el centro y sur peninsular. Tan solo en la cornisa cantábrica las lluvias podrían ser ligeramente superiores a las normales. 
Sea como sea, solo nos queda esperar a que arranque el otoño meteorológico y, mientras tanto, hacer un uso responsable de los recursos hídricos.

jueves, 8 de agosto de 2019

Uno de cada tres agricultores murcianos sufre la sequía

MURCIA.- La organización profesional agraria Asaja Murcia ha estimado que unos de cada tres agricultores están afectados directos e indirectamente por la "pertinaz" sequía "que está asolando al campo murciano". Las principales consecuencias de la falta de agua son abandono de cultivos, endeudamiento y pérdida de rentabilidad en las explotaciones agrícolas.

Según ha explicado  Asaja Murcia, "estamos muy preocupados por la fuerte sequía que está asolando al campo murciano, y en este sentido, uno de cada tres agricultores están afectados directamente, en las distintas comarcas murcianas como son el Campo de Cartagena, el Valle del Guadalentín, el Altiplano, el Noroeste o la Huerta de Murcia".
"Los productores afectados por la sequía son tanto de regadío, es decir, cítrícos, frutales, hortalizas, uva de mesa, etcétera, como de secano, tanto viñedo como olivar, frutos secos y cereales", ha apuntado.
"La carestía hídrica está provocando en el sector primario murciano un abandono preocupante de las explotaciones, así como también un alto grado de endeudamiento y una alarmante pérdida de rentabilidad económica, por ende, muchos agricultores están abandonando sus explotaciones y se está perdiendo mucho tejido social agrario, pues estamos viendo como perdemos muchos agricultores y, eso, es muy negativo para nuestra sociedad y economía", ha señalado Asaja.
Asaja Murcia ha indicado también que "si no conseguimos solucionar la sequía, el futuro del campo murciano es ensombrecedor y muy poco halagüeño".

lunes, 24 de junio de 2019

El ministro Planas convoca la mesa de la sequía para dar una "respuesta proporcionada"

MADRID.- El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación en funciones, Luis Planas, ha dado instrucciones para convocar la mesa de seguimiento de la sequía para evaluar la situación y poder dar una respuesta "oportuna" y "proporcionada".

Planas, quien ha presentado hoy el Informe de Consumo Alimentario en España en 2018, ha destacado que el Gobierno está en funciones pero "en acción" y trabaja para dar respuesta a la situaciones que se vayan generando.

Sobre la sequía, ha detallado que España se encuentra en una situación de sequía agronómica, si bien las dotaciones de riego se han mantenido "idénticas".
Aún así, ha precisado las primeras medidas que se están adoptando, como la petición a la Unión Europea de que el primer pago de las ayudas de la Política Agraria Común previsto para octubre sume el 70 % del total, en lugar del 50 %, para aumentar la "renta disponible de los agricultores".
Además, se solicitarán que los pagos del segundo pilar se puedan elevar hasta el 85 % en este adelanto.
También se ha referido a las indemnizaciones de hasta 90 millones valoradas por Agroseguro que recibirán los productores de cereales de otoño-invierno por las pérdidas derivadas por la sequía, con Castilla y León, Castilla-La Mancha y Extremadura como comunidades más afectadas.
El pasado viernes, la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) acordó pedir al Gobierno un real decreto de sequía con medidas excepcionales en tres zonas: Adaja, el Cega y el Alto Tormes, declaradas en "situación excepcional de sequía" por el organismo de cuenca.
Fue el día en el que se inició un verano que se prevé más caluroso de lo normal, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), una estación que sucede a una primavera que ha sido la sexta más seca del siglo XXI, con un 15 % de lluvias menos respecto al porcentaje normal.