Así lo expuso un representante del Obispado, muy próximo a Reig Pla, cuando fue preguntado por la decisión del secretario de Estado del Vaticano, cardenal Bertone, de retirarle al obispo las competencias que tiene sobre la UCAM.
El portavoz del obispo explicó a La Verdad que, de acuerdo con toda la documentación, la Diócesis de Cartagena sigue siendo la titular de la UCAM a los ojos del Estado, según el dictamen de 1997 que negó legitimidad a una fundación civil (la de Santa Teresa de Ávila) para ostentar la titularidad de una universidad de la Iglesia.
«Si el Estado determina que la titularidad corresponde a la Diócesis, es a ésta a quien va a exigir responsabilidades en el caso de que se surjan problemas», explicó este portavoz.
«Si le quitan la responsabilidad económica a la Diócesis, estupendo. Si esa responsabilidad pasa ahora a la Santa Sede nuestra Diócesis se quedaría tranquila», apostilló.
En la carta anterior de Bertone, de abril del año pasado, se indicaba que la Diócesis no tenía ninguna responsabilidad civil, directa o subsidiaria, sobre la Universidad Católica.
Según la Fundación San Antonio que preside José Luis Mendoza, el obispo no tiene poderes ejecutivos en la universidad ni capacidad siquiera para reformar o sancionar los estatutos.
Así reza el párrafo de la carta del cardenal Tarsicio Bertone que aparta al obispo de la UCAM. José Luis Mendoza considera que el nuncio no va a ejercer un mayor control sobre esta universidad.
A su juicio, el traspado de competencias no conllevará una fiscalización por parte del Vaticano. «El nuncio tendrá las mismas funciones que ejercía nuestro obispo, que es la vigilancia y salvaguardia de la identidad católica y su reforzamiento», apuntó.
Según el Ejecutivo regional, la Fundación tiene la encomienda de la titularidad. Si la Diócesis se queda sin competencias, para ser transferidas a la Nunciatura, se ignora en qué medida afecta o no al contenido del decreto, dado que el Gobierno regional no lo aclaró.